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| Sábado 04 agosto, 2007




Persiste Impunidad ante Explotación Sexual de Nuestra Niñez

Melissa Arias Lépiz (pplana@colper.or.cr) /
Doris González Mosquera (dgonzalez@colper.or.cr)
  • En siete años, sólo 35 personas han sido condenadas. 
  • Fenómeno creciente, acción insuficiente.

Un informe dado a conocer por autoridades de la Comisión Nacional contra la Explotación Sexual (CONACOES) reconoce que en siete años sólo se han condenado 35 personas por el delito de Explotación Sexual Comercial contra la niñez y que, desde 1999 hasta septiembre del 2006, tan sólo se procesaron 65 denuncias por el delito de relaciones sexuales remuneradas.

Según la CONACOES, cuya entidad líder es el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes, ocurre cuando "una persona o grupo de personas involucra a niñas, niños o adolescentes en actos sexuales o utiliza y manipula su imagen con fines pornográficos, para satisfacer intereses y deseos propios o de otras personas, a cambio de remuneración económica u otro tipo de beneficios o regalías".

El Poder Judicial, por su parte, mediante el Anuario de Estadísticas Policiales del año 2005, del Poder Judicial, elaborado por el Departamento de Planificación, Sección de Estadística, muestra que, en el 2005, de los 460 casos presentados ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) por delitos sexuales, solamente 28 casos fueron por relaciones sexuales remuneradas con personas menores de edad: 26 en San José, uno en Puntarenas y otro en Corredores.

Según el OIJ, pese a las denuncias y casos recibidos por este delito, en el 2005 solo existió una condena, en el Tribunal de Puntarenas. Fue un costarricense cuya sentencia, según el Anuario de Estadísticas Policiales, se clasificó entre los dos años a menos de tres años de cárcel.

Tales cifras dejan al descubierto que los esfuerzos estatales y particulares para erradicar la explotación sexual comercial en el país, son muy débiles, al tiempo que la niñez y la adolescencia son seducidas por bandas organizadas que recurren a la tecnología y a muchos recursos económicos para reclutar los menores a explotar.

Esta situación es confirmada por Josial Salas, de Promoción de Justicia, Visión Mundial Costa Rica, quien señala que el problema es muy grave, sobre todo por que "los dos principales factores que han permitido que esto siga creciendo en el país son, en primer lugar la ignorancia o apatía de las personas, que quizás están frente de una situación de este tipo pero no la denuncian, y en segundo lugar la gran sensación de impunidad que existe en torno a estos delitos, ya que son muy pocas las personas condenadas por ello. Eso hace que muchos abusadores y explotadores sigan actuando con toda tranquilidad."

Turismo y pobreza

Está comprobado que son la actividad turística y la pobreza los principales detonantes de esta bomba de explotación, degradación y vergüenza. Eso se ha visto por mucho tiempo en San José, donde incluso hay una zona reconocida en la que la actividad turística aparece ligada a la explotación sexual. Con frecuencia, en ese sitio aparecen involucradas personas menores de edad. Pero ahora el mal extiende sus garras a zonas de creciente actividad turística como el Pacífico Central y Guanacaste.

"El país está siendo promocionado como destino éxotico y tolerante a un turismo sexual, abierto a involucrar a personas menores de edad, lo que lo convierte en suelo fértil para el incremento de un turismo sumamente dañino para los niños, niñãs y adolescentes en condiciones vulnerables, dentro de un sistema de oferta y demanda que los asume como mercancía sexual. Esto unido a una permisividad social", denunció el Presidente Ejecutivo del Patronato Nacional de la Infancia, Mario Víquez.

Gabriela Giral Arias, Directora Regional del PANI en Limón señala por su parte: "un factor es el turismo, sin embargo el entorno es el principal elemento que lleva a los menores a la explotación. Muchos de ellos llevan el sustento a sus hogares, otros inician para experimentar".

Y el ejemplo que surge es el de Alta Talamanca, donde prácticamente no existe actividad turística y sin embargo se presentan muchos casos de niños, niñas y adolescentes en explotación sexual comercial.

Falta planificación y continuidad

Al respecto el Presidente Ejecutivo del Patronato Nacional de la Infancia, Mario Víquez indicó que las cifras podrían parecer insignificantes pero en los últimos diez años han tenido que luchar para que el fenómeno se reconozca para obtener recursos y emprender acciones, pues "administraciones anteriores han invisibilizado (la explotación sexual) o lo consideraban como natural, por lo que hemos debido comenzar por sensibilizar a las instituciones de que el problema es una realidad".

La diputada socialcristina, Ana Helena Chacón, quien preside la Comisión de la Mujer en la Asamblea Legislativa, indicó que es urgente la aprobación de un proyecto de ley que penalice la tenencia de pornografía infantil y la edad de prescripción de delitos sexuales contra personas menores de edad, para que estas caduquen hasta 10 años después de cumplir su mayoría de edad.

La iniciativa, plasmada en el Proyecto 14.568, apenas está en una fase inicial, aunque cuenta con buen ambiente dentro del plenario, pero Chacón lamentó que con cada cambio de gobierno las acciones dirigidas a combatir el mal sean redireccionadas y denunció que en el Ministerio de Seguridad Pública (MSP), la policía especializada en el tema esté dedicando sus esfuerzos a otras tareas, con lo que se desatienden los logros alcanzados por su especialización.

"No podemos seguir en desacuerdo, tratando de borrar las buenas acciones de gobiernos anteriores, mientras que bandas organizadas internacionales lucran con la explotación de nuestros niños", indicó la diputada visiblemente molesta con el gobierno actual.

Zona rural en la mira del negocio

El Presidente Ejecutivo del PANI, Mario Víquez indicó que el fenómeno se ha desplazado de la capital a las zonas rurales, donde las condiciones de pobreza y los diferentes problemas sociales que viven son terreno abonado para que la niñez y la adolescencia sea seducida por formas fáciles de obtener dinero.

Los sitios señalados por Víquez, como los mayores focos donde el fenómeno se propaga son: Manuel Antonio, Jacó y Puntarenas, y agregó que en Limón además se descubrió que la explotación se diversificó porque también afecta a los







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