Provincia paralizada

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 04 mayo, 2009

Guanacaste es la región del país más afectada por la recesión
Provincia paralizada
El precio de propiedades ha bajado, mientras empresas de servicio, así como comerciales, han cerrado sus puertas

Karen Retana
kretana@larepublica.net

El boom en los bienes raíces convirtió a Guanacaste en un polo de desarrollo en la última década. Millones de metros cuadrados en residenciales y comercios se levantaron apalancados por recursos del extranjero. Sin embargo, con la contracción financiera mundial, este sector recibió un duro golpe y generó un efecto dominó sobre otros servicios que dependían de esta actividad.
En la actualidad, ocho de cada diez proyectos inmobiliarios se encuentran suspendidos por la falta de liquidez de los compradores y por la restricción crediticia.
En las condiciones actuales, varios propietarios se han visto en la necesidad de vender sus inmuebles con un descuento de hasta el 30%. Otros prefieren guardar sus recursos y no desarrollar por el temor de no colocarlos.
La menor demanda de inmuebles trajo consigo la contracción en la construcción de hasta un 74%. Grandes proyectos como Miraval Resort, Punta Cacique, Saint Regis y Montes del Barco, entre otros, se mantienen detenidos hasta que las condiciones económicas mejoren. Aunque algunas constructoras mantienen sus operaciones, muchas lo hacen con personal mínimo para reducir sus costos.
La espera de estos desarrollos ocasionó a su vez que ingenieros, arquitectos, abogados y muchos más profesionales establecidos en Guanacaste por razones de trabajo tuvieran que hacer sus maletas y regresar a San José. Se estima que las planillas en este sector han disminuido en unos 15 mil puestos.
Con la salida de estos negocios, algunos oficentros han disminuido su ocupación y con ello el precio de los alquileres en hasta un 15%.
Lo mismo ha sucedido con algunas agencias de vehículos, que se vieron obligadas a cerrar operaciones por la caída en las ventas. Otras empresas que aún se mantienen vigentes apostaron a los recortes de personal y la reducción de costos de operación.