Prioridades para un mejor desarrollo
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 29 octubre, 2007
Un panel de 30 reconocidos economistas internacionales, que estuvieron reunidos en el país, llegó a la conclusión de que tres factores serían los que podrían promover un crecimiento del producto interno bruto y reducir la pobreza y la desigualdad, para un verdadero mejoramiento en las condiciones de vida de la población latinoamericana, según informó LA REPUBLICA el viernes.
El primero de esos factores al que debería dársele prioridad es el desarrollo temprano de la niñez, a lo que habría que inyectar más dinero, y pusieron como ejemplo a Irlanda que hace 30 años hizo que la educación secundaria fuera gratuita y el resultado fue mayor desarrollo para ese país.
El segundo es el ordenamiento fiscal, con lo que se lograría incrementar la riqueza y promover el crecimiento.
El tercer factor es la consistencia en la atención a dichos problemas, es decir, su mantenimiento en el largo plazo.
Se sabe, se ha sabido siempre, que el capital humano es, en definitiva, el motor capaz de impulsar hacia el desarrollo a las naciones, independientemente del modelo de desarrollo que cada una elija.
Por ello, aunque no es un asunto nuevo lo que nos explican los expertos, es algo que cayó en el descuido y el desinterés y que deberá ser retomado con fuerza si se desea contar, en este inicio de siglo en el que el mundo y las fuerzas productivas se reacomodan y redefinen, con el capital humano necesario para resultar exitosos.
El acceso a la educación de alta calidad para todos y una política fiscal clara y sostenida, señalados por los expertos deberían ser entonces prioridades entre los demás factores atendidos en busca del mejor desarrollo, el que reduce la pobreza y la desigualdad.
Costa Rica tuvo ya en una época, legislación y acciones consistentes para atender las necesidades básicas para la adecuada formación de su capital humano y esto generó abundantes beneficios para su población que hoy son reconocidos mundialmente.
Es la hora de replanificar y reemprender la tarea para continuar contando con ese capital humano.