Penales premian al Atlético
Dinia Vargas dvargas@larepublica.net | Miércoles 18 marzo, 2015
Penales premian al Atlético
Arsenal rozó el milagro, pero quedó eliminado ante el Mónaco
Un “combate” de 120 minutos terminó con la clasificación para los cuartos de final de la Liga de Campeones del Atlético de Madrid en la tanda de penaltis (3-2), en el suspense del último lanzamiento, el que Stefan Kiessling mandó fuera, entre el éxtasis de la afición rojiblanca que llenó el Vicente Calderón.
Mientras que al borde del milagro se quedó el Arsenal, que necesitaba una gesta de considerables dimensiones ante el Mónaco pero se quedó a un gol de lograrlo.
Porque tocó en el turco Omer Toprak y todo cambió para el portero Bernd Leno, a contrapié, sin más opción que mirar cómo el balón se introducía en su meta, y para el Atlético, ya con la eliminatoria equilibrada, el primer paso indispensable para alterar la inercia de un encuentro descontrolado, ya sin Moyá, lesionado, bajo palos.
Tampoco el gol, en la única oportunidad de todo el primer tiempo, varió esa sensación de enredo hacia el descanso.
El segundo tiempo rearmó al Atlético en esa dirección, con más claridad y sentido en el pase, menos apresurado porque su rival, con el paso de los minutos y del cansancio, también bajó las revoluciones de su presión y ya con el partido aparentemente bajo el control rojiblanco, pero aún a falta de un gol para sellar el pase.
Hizo méritos el Atlético por ambición y ocasiones, como un saque de falta de Koke al que no llegó Raúl García por milímetros y un tiro de Arda Turan, para acabar antes con el partido, como también los hizo en una prórroga entre dos equipos desfondados, que se lo jugaron todo a los penaltis, en los que ganó el Atlético en el suspense del último lanzamiento, cuando Kiessling lo lanzó fuera.
Por su parte, en el Principado los de Arsene Wegner acabaron sucumbiendo al desastre de la ida (1-3) y, como entonces, fallando numerosas ocasiones de gol en una falta de acierto que les deja fuera de Europa por la diferencia del valor de los goles en campo contrario.
Podrán consolarse con la satisfacción de haber marcado dos goles a una defensa que solo había recibido dos en siete encuentros y haber hecho temblar a la zaga menos batida de Europa y de Francia.
Y ganar su quinto encuentro consecutivo, así como mantener su serie positiva en Francia, donde nunca han perdido.
El Mónaco respiró cuando el colegiado pitó el final del encuentro y solo entonces pudo saborear la clasificación para cuartos, la primera desde 2004, año en el que con Didier Deschamps en el banquillo y Fernando Morientes en la delantera llegaron a la final.
El Arsenal puso todo el coraje pero le faltaron el orden y la calma para derribar el muro monegasco y conseguir la gesta.
Dinia Vargas
dvargas@larepublica.net
@dvargasLR
Madrid/EFE