Navidad al estilo latino
| Martes 25 diciembre, 2007
Navidad al estilo latino
Epoca para la familia, las compras, reconciliaciones y tradiciones religiosas. Latinoamérica sigue viviendo intensamente estas fechas
Bogotá
EFE
Millones de personas en el continente americano celebran la Navidad en un ambiente religioso y de reconciliación, pero cada vez más consumista.
En Argentina y en Colombia, por ejemplo, centros comerciales han ampliado sus horarios hasta la madrugada para satisfacer las demandas de consumidores en busca de regalos.
Las mesas se visten de variados platos y bebidas, como el tamal costarricense, las hallacas venezolanas, el “mote con huesillos” (jugo helado de trigo cocido y duraznos secos) o el “cola de mono” (un trago criollo de leche, café, aguardiente, azúcar y canela) en Chile.
También están entre los deleites navideños el lechón asado en República Dominicana y el “clericó” (mezcla de vino, refrescos, azúcar y frutas diversas) de Paraguay.
En cuanto a los rituales, en Bolivia, los aimaras dedican esta época a la cosecha. El 21 y 22 de diciembre son los días elegidos para dar gracias a la “Madre Tierra” y al “Padre Sol” por sus cultivos.
En el estado mexicano de Oaxaca (centro-este) centenares de niños, hortelanos y floricultores crean figuras tradicionales y navideñas con rábanos, flores y hoja de maíz, motivos que son premiados en la fiesta popular de la Noche de Rábanos que se celebra todos los días 23 de diciembre.
En Chile, la Navidad se llama Pascua y quien lleva los regalos es el Viejito Pascuero.
Como es tradicional, cada calle se adorna con figuras que representan el nacimiento del Niño Dios. En Paraguay, varios municipios promovieron festivales musicales y de danza que incluyeron representaciones de pesebres con actores y pasajes de ese acontecimiento religioso.
Figuras de gauchos, indígenas andinos, apaches de madera, cobre o arcilla forman parte de la exposición de 110 “Pesebres de Nuestra América”, que se exhiben en Quito con el objetivo de “rescatar el verdadero sentido de la Navidad”.
En Quito, capital de Ecuador, se alzó un gigantesco pesebre en el que cada figura humana mide entre 29 y 36 metros de altura.
En la capital colombiana, el gobierno de Bogotá diseñó este año unas “rutas” para que propios y extraños gocen de espectáculos musicales, circenses y fuegos artificiales.
La Navidad también es espacio de treguas y reconciliaciones, como es el caso de los ambientalistas de la ciudad argentina de Gualeguaychú que tienen previsto montar mañana una mesa navideña en la carretera donde mantienen bloqueado un paso fronterizo a Uruguay, en rechazo a una papelera instalada en ese país. La Navidad en Brasil tiene más espíritu religioso que la propia Semana Santa que, en una nación como esta, considerada como más católica del mundo (con 73 por ciento de sus 184 millones de habitantes), es una época dedicada al turismo local.
Los brasileños celebran en el regocijo hogareño de las navidades con cenas familiares, arbolitos y regalos de Papa Noel, pero prefieren ahorrar energías para el Carnaval, que en 2008 se celebrará en la primera semana de febrero en todo el país.
Otras celebraciones son un poco más sobrias, como en Cuba, en donde muchas personas consideran el día como uno más de descanso laboral.
Epoca para la familia, las compras, reconciliaciones y tradiciones religiosas. Latinoamérica sigue viviendo intensamente estas fechas
Bogotá
EFE
Millones de personas en el continente americano celebran la Navidad en un ambiente religioso y de reconciliación, pero cada vez más consumista.
En Argentina y en Colombia, por ejemplo, centros comerciales han ampliado sus horarios hasta la madrugada para satisfacer las demandas de consumidores en busca de regalos.
Las mesas se visten de variados platos y bebidas, como el tamal costarricense, las hallacas venezolanas, el “mote con huesillos” (jugo helado de trigo cocido y duraznos secos) o el “cola de mono” (un trago criollo de leche, café, aguardiente, azúcar y canela) en Chile.
También están entre los deleites navideños el lechón asado en República Dominicana y el “clericó” (mezcla de vino, refrescos, azúcar y frutas diversas) de Paraguay.
En cuanto a los rituales, en Bolivia, los aimaras dedican esta época a la cosecha. El 21 y 22 de diciembre son los días elegidos para dar gracias a la “Madre Tierra” y al “Padre Sol” por sus cultivos.
En el estado mexicano de Oaxaca (centro-este) centenares de niños, hortelanos y floricultores crean figuras tradicionales y navideñas con rábanos, flores y hoja de maíz, motivos que son premiados en la fiesta popular de la Noche de Rábanos que se celebra todos los días 23 de diciembre.
En Chile, la Navidad se llama Pascua y quien lleva los regalos es el Viejito Pascuero.
Como es tradicional, cada calle se adorna con figuras que representan el nacimiento del Niño Dios. En Paraguay, varios municipios promovieron festivales musicales y de danza que incluyeron representaciones de pesebres con actores y pasajes de ese acontecimiento religioso.
Figuras de gauchos, indígenas andinos, apaches de madera, cobre o arcilla forman parte de la exposición de 110 “Pesebres de Nuestra América”, que se exhiben en Quito con el objetivo de “rescatar el verdadero sentido de la Navidad”.
En Quito, capital de Ecuador, se alzó un gigantesco pesebre en el que cada figura humana mide entre 29 y 36 metros de altura.
En la capital colombiana, el gobierno de Bogotá diseñó este año unas “rutas” para que propios y extraños gocen de espectáculos musicales, circenses y fuegos artificiales.
La Navidad también es espacio de treguas y reconciliaciones, como es el caso de los ambientalistas de la ciudad argentina de Gualeguaychú que tienen previsto montar mañana una mesa navideña en la carretera donde mantienen bloqueado un paso fronterizo a Uruguay, en rechazo a una papelera instalada en ese país. La Navidad en Brasil tiene más espíritu religioso que la propia Semana Santa que, en una nación como esta, considerada como más católica del mundo (con 73 por ciento de sus 184 millones de habitantes), es una época dedicada al turismo local.
Los brasileños celebran en el regocijo hogareño de las navidades con cenas familiares, arbolitos y regalos de Papa Noel, pero prefieren ahorrar energías para el Carnaval, que en 2008 se celebrará en la primera semana de febrero en todo el país.
Otras celebraciones son un poco más sobrias, como en Cuba, en donde muchas personas consideran el día como uno más de descanso laboral.