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Los relojes inteligentes son la amenaza al estilo de los 70

Bloomberg | Miércoles 30 octubre, 2013


La industria de relojes tradicionales se enfrenta al reto de los relojes pulsera inteligentes como el Galaxy Gear de Samsung Electronics Co., que se vende a $299. Internet/La República


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Los relojes inteligentes son la amenaza al estilo de los 70

Cuando los relojes pulsera de cuarzo con pilas llegaron a la escena muchos consumidores se olvidaron de los mecánicos

En la década de los años 70, los relojeros suizos casi tienen que salir de la industria cuando subvaluaron la relevancia del reloj pulsera de cuarzo. Pese a la recuperación de la industria y de que incluso prospera, hoy se enfrenta al nuevo reto tecnológico que presentan los relojes pulsera inteligentes como el Galaxy Gear de Samsung Electronics Co., que se vende a $299

“¿Te gustaría si tu novio te trajera un reloj pulsera inteligente en vez de un reloj pulsera con diamantes?”, dijo Johann Riupert, accionista multimillonario controlante de Cie Finaciere Richemont S.A., que comercializa 13 marcas de relojes, entre las que se cuentan Cartier y Vacheron Constantin. “No estoy seguro de que vaya a tener un impacto inmenso en los relojes pulsera clásicos”.
La industria tiene que mentalizarse respecto de que llegarán los relojes pulsera inteligentes, dijo Andreas Hofer, socio de Boston Consulting Group, en Zúrich. Researcher Strategy Analytics anticipa ventas globales de un millón de relojes pulsera inteligentes para este año y de 7 millones para 2014. Sanford C. Bernstein pronostica que Apple Inc. podría ver la facturación del iWatch creciendo de $2.300 millones a $5.700 millones durante el primer año de ventas del dispositivo. Los relojeros suizos “no deberían decir con ligereza que se trata de una tendencia que no los afectará”, dijo el consultor Hofer, mientras miraba que su iPhone estuviera en hora. “Tiene que haber cierta humildad”.
El reloj pulsera de alta gama suizo tiene tan poca tecnología que, con una mirada netamente práctica, la verdad es que ya no tendría que existir.
Cuando los relojes pulsera de cuarzo con pilas llegaron a la escena en la década de los años 70, muchos consumidores se olvidaron de los mecánicos: de los que precisaban que les dieran vuelta a la rosquita hasta los que se daban cuerda por sí mismos tomando la energía del movimiento producido por la muñeca de quien lo llevaba puesto.
Los relojes pulsera de cuarzo eran más baratos y confiables. Aun los relojes mecánicos más caros perdían varios segundos por semana y precisaban un servicio de mantenimiento cada una cierta cantidad de años que podía llegar a costar más que dos iPhones nuevos. Timezone, un sitio web para aficionados a los relojes, los tildó de ser “un anacronismo”.

Bloomberg







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