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Led Zeppelin regresa por algo más que nostalgia

| Sábado 01 diciembre, 2007




Led Zeppelin regresa por algo más que nostalgia

Para Robert Plant y sus compañeros de banda, el retorno también podría darles un maravilloso plan de pensiones

Mark Beech
Bloomberg News

Nueva York- El cantante de Led Zeppelin, Robert Plant, ha dicho en son de broma que el regreso del grupo significa que a su canción representativa “Stairway to Heaven” (Escalera al cielo) deberían cambiarle el nombre a “Stairlift to Heaven”) (Montacargas al cielo).
Los admiradores de la banda de rock británica, que vienen añorando una reunión por treinta años, están de hecho embelesados. Para Plant, de 59 años, y sus compañeros de banda, que ya han vendido más de 300 millones de discos, la vuelta también podría darles un maravilloso plan de pensiones.
Led Zeppelin se desintegró tras la muerte del batería John Bonham en 1980. Gracias a canciones tan populares como “Whole Lotta Love”, en una ocasión se creyó que la influencia del grupo semejaba la de Elvis Presley, los Beatles y Bob Dylan.
El grupo tiene nuevos discos compactos, un DVD y una página web. Ha puesto en Internet su catálogo de canciones del pasado y se ha unido a un concierto de fines caritativos, presentando a los colegas Jimmy Page en la guitarra y el cantante Robert Plant, con el hijo de Bonham, Jason, en la batería, y el bajo John Paul Jones.
Más de un millón de personas participaron en un sorteo por Internet para ganar el derecho a comprar boletos para el concierto del 10 de diciembre en la sala londinense O2, de 20 mil plazas. Los boletos se han ofrecido por EBay por hasta $10 mil cada uno en ofertas para compra inmediata. Es posible que la demanda tiente a Led Zeppelin a hacer una gira en el 2008.
El grupo “se está concentrado en el concierto”, dijo su portavoz en el Reino Unido, Chris Goodman, de la compañía de relaciones públicas Outside Organisation. Aun así, la reunión ha suscitado conjeturas en los blogs o bitácoras de Internet en el sentido de que la banda está haciendo preparativos para una gira.
En los últimos 12 meses, las bandas The Who, The Stooges, Spice Girls y Sex Pistols han vuelto a los escenarios. La revista Billboard informó de que The Police ingresó más de $171 millones en total y calcula que Led Zeppelin podría ganar $3,2 millones por noche. Plant y Page tuvieron giras en los años noventa, e informaron de un ingreso de $31,4 millones por 63 espectáculos.
Para aquellos que dicen “¿Led quién?”, la compilación de canciones en el nuevo CD “Mothership” ofrece un medio estupendo de ponerse al día. Tiene 24 canciones, casi todas las que importan, así como una que no (el cod-reggae “D'Yer Mak'er”).
“Mothership” es mejor que un álbum similar, el CD doble “Remasters”, de 1992, porque agrega el prodigioso número “When the Levee Breaks”, de Bonham. La remasterización hace que “Communication Breakdown” suene aún más estrepitoso, si tal cosa es posible. La demolición de los blues fue revolucionaria en 1969. Debe haber sacado de quicio a los hippies.
Si bien los Beatles y los Stones dominaban las tablas de ventas, Led Zeppelin no sacaba sencillos. La influencia del grupo era subversiva y ubicua. He oído su música en todas partes, desde un radio de baterías que transmitía “Kashmir” en el remoto Perú el año pasado hasta el estruendo de “Rock and Roll” en una fiesta que destruía la paz de un seminario en Toscana en los años ochenta.
¿Es el retorno tan solo un acto de nostalgia de unos envejecientes pioneros del rock metálico pesado? Es más que eso: la banda planea sacar material nuevo y Plant ha hecho un CD excepcional, “Raising Sand”, con la cantante estadounidense de country Alison Krauss. Su alianza compensa en cierta medida las letras más cuestionables y a veces misóginas de Plant en los años setenta.
La imagen de Led Zeppelin se ha torcido injustamente por el enfoque en tan solo las rimbombantes frases rítmicas de tres cuerdas. Zep era ruidoso y orgulloso, pomposo e imperioso. También tenía músicos de impecable destreza, y canciones con pasajes sensibles como “Over the Hills and Far Away”. El que quiera probar esa complejidad debería escuchar el álbum de 1976 “The Song Remains the Same”, de varios conciertos en Nueva York en 1973, que se puso en venta este mes en versión ampliada.
La versión en DVD combina las canciones con vídeos de fantasía, imágenes de millonarias residencias campestres, admiradoras, aviones privados y limusinas. Todo esto alimentó la ira y envidia de la revolución punk de 1976.
Como cápsula de tiempo, es invaluable. Aun así, no es el mejor álbum de un concierto en directo de Zeppelin: el rival “How the West Was Won” tiene números sin igual y “BBC Sessions” es intachable.
Como los ominosos segundos iniciales de “Black Dog” (Page lo llama “el despertar del ejército de las guitarras”), la máquina de dinero de Led Zeppelin se está preparando para dominar el mundo otra vez. Bienvenidos de nuevo, amigos.
Led Zeppelin se encuentra en el sello Warner/Atlantic, Plant y Krauss, en Rounder. Los precios de los discos compactos van desde $12,98 en Estados Unidos y 8,99 libras en el Reino Unido.






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