Inseguridad aumentó durante gobierno de Arias
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 21 enero, 2010
Al final de la administración Pacheco un 35% aseguraba en encuesta de CID Gallup que su principal preocupación era la inseguridad, hoy la cifra es de un 45%
Inseguridad aumentó durante gobierno de Arias
• Hace cuatro años en un 20% de los hogares costarricenses al menos una persona había sido víctima de un asalto, hoy esta situación se da en al menos el 30% de las familias
• Inexperiencia y nombramientos políticos en puestos de mando es una de las razones por las cuales falla el sistema policial, apuntan expertos
Carlos J. Mora
cmorah@larepublica.net
La violencia en las calles, los asaltos, robos y cualquier flagelo que atente contra la seguridad de los costarricenses le ganó terreno a la administración Arias Sánchez.
Al filo del cierre de este gobierno la población se siente más insegura que hace cuatro años, cuando estaba por entregar el poder el ex presidente Abel Pacheco.
Mientras que a inicios de 2006 un 35% de los entrevistados afirmaba que la inseguridad era su principal preocupación, hoy lo percibe así un 45%, según datos de las encuestas de CID Gallup para LA REPUBLICA.
Este aumento en la sensación de inseguridad queda claro al observarse que mientras en 2006 en un 20% de los hogares costarricenses había al menos un miembro de la familia víctima de un asalto, hoy es en un 30% donde se sufre esta situación.
San José y Alajuela son las dos provincias donde se perpetra la mayor cantidad de delitos contra la propiedad y la vida. En la capital en 2009 se consumaron 8.131 delitos, mientras que en Alajuela 2.800, arrojan las estadísticas del Ministerio de Seguridad Pública.
“No estamos contentos con el estado de la seguridad y no lo ocultamos, pero tenemos un índice más bajo que otros países de América Latina. Pero la inseguridad no se resuelve con un decreto de emergencia, sino con una acción prolongada, que implica muchas cosas y eso lo hemos hecho y en el transcurso del tiempo se verá, porque cada año le hemos dado cerca del 40% al Ministerio de Seguridad”, dijo Rodrigo Arias, ministro de la Presidencia ante una consulta de este medio.
“Es un proceso muy lento y poco a poco se irán viendo los resultados, ojalá que el nuevo gobierno, cualquiera que sea, vea que nuestras medidas están dando efecto, como la legislación que enviamos a la Asamblea Legislativa”, agregó Arias.
Las declaraciones de Arias han sido refutadas a lo largo de estos años por expertos en materia de seguridad. Uno de los principales errores de este gobierno ha sido nombrar personas sin experiencia en este campo en los puestos de mando, apuntó Rogelio Ramos, ministro de Seguridad en la pasada administración. El ex jerarca aseguró que además de aumentar los recursos a la fuerza policial es necesario hacer reformas en los ámbitos penales, judiciales y policiales del país.
Dichas reformas son urgentes, pero además se debe atender de manera más dura la corrupción policial, pues solo en 2009 se conocieron casi 1.500 casos en los que policías recibieron dinero de los criminales a cambio de no ser capturados, considera Juan Diego Castro, ex ministro de Seguridad y de Justicia.
Inseguridad aumentó durante gobierno de Arias
• Hace cuatro años en un 20% de los hogares costarricenses al menos una persona había sido víctima de un asalto, hoy esta situación se da en al menos el 30% de las familias
• Inexperiencia y nombramientos políticos en puestos de mando es una de las razones por las cuales falla el sistema policial, apuntan expertos
Carlos J. Mora
cmorah@larepublica.net
La violencia en las calles, los asaltos, robos y cualquier flagelo que atente contra la seguridad de los costarricenses le ganó terreno a la administración Arias Sánchez.Al filo del cierre de este gobierno la población se siente más insegura que hace cuatro años, cuando estaba por entregar el poder el ex presidente Abel Pacheco.
Mientras que a inicios de 2006 un 35% de los entrevistados afirmaba que la inseguridad era su principal preocupación, hoy lo percibe así un 45%, según datos de las encuestas de CID Gallup para LA REPUBLICA.
Este aumento en la sensación de inseguridad queda claro al observarse que mientras en 2006 en un 20% de los hogares costarricenses había al menos un miembro de la familia víctima de un asalto, hoy es en un 30% donde se sufre esta situación.
San José y Alajuela son las dos provincias donde se perpetra la mayor cantidad de delitos contra la propiedad y la vida. En la capital en 2009 se consumaron 8.131 delitos, mientras que en Alajuela 2.800, arrojan las estadísticas del Ministerio de Seguridad Pública.
“No estamos contentos con el estado de la seguridad y no lo ocultamos, pero tenemos un índice más bajo que otros países de América Latina. Pero la inseguridad no se resuelve con un decreto de emergencia, sino con una acción prolongada, que implica muchas cosas y eso lo hemos hecho y en el transcurso del tiempo se verá, porque cada año le hemos dado cerca del 40% al Ministerio de Seguridad”, dijo Rodrigo Arias, ministro de la Presidencia ante una consulta de este medio.
“Es un proceso muy lento y poco a poco se irán viendo los resultados, ojalá que el nuevo gobierno, cualquiera que sea, vea que nuestras medidas están dando efecto, como la legislación que enviamos a la Asamblea Legislativa”, agregó Arias.
Las declaraciones de Arias han sido refutadas a lo largo de estos años por expertos en materia de seguridad. Uno de los principales errores de este gobierno ha sido nombrar personas sin experiencia en este campo en los puestos de mando, apuntó Rogelio Ramos, ministro de Seguridad en la pasada administración. El ex jerarca aseguró que además de aumentar los recursos a la fuerza policial es necesario hacer reformas en los ámbitos penales, judiciales y policiales del país.
Dichas reformas son urgentes, pero además se debe atender de manera más dura la corrupción policial, pues solo en 2009 se conocieron casi 1.500 casos en los que policías recibieron dinero de los criminales a cambio de no ser capturados, considera Juan Diego Castro, ex ministro de Seguridad y de Justicia.