Fujimori niega lazo con escuadrón de la muerte
| Viernes 14 diciembre, 2007
Fujimori niega lazo con escuadrón de la muerte
Ex presidente peruano aseguró que tuvo un “vínculo de tipo jerárquico” con su asesor Vladimiro Montesinos
Lima
EFE
El ex presidente de Perú Alberto Fujimori negó ayer tener vínculos con el grupo Colina, el “escuadrón de la muerte” que perpetró matanzas durante su Gobierno (1990-2000), y aseguró que tuvo un “vínculo de tipo jerárquico, funcional” con su entonces asesor Vladimiro Montesinos.
“No, nunca, jamás”, respondió Fujimori cuando el fiscal supremo, José Peláez, le preguntó si tuvo “relación” con Colina, que operaba desde la sede del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), donde el ex gobernante aceptó que vivió durante cinco meses.
Estas declaraciones las hizo Fujimori durante la segunda jornada del juicio que se le sigue por violaciones a los derechos humanos, que incluyen las matanzas de un total de 25 personas en Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), cometidas por el grupo Colina.
Además, por los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer.
El ex mandatario reconoció que firmó en 1991, poco antes de la incursión en Barrios Altos, dos cartas, una de felicitación y otra proponiendo el ascenso de miembros de las fuerzas armadas, entre ellos cuatro integrantes de Colina.
Explicó, en su defensa, que durante su gestión “los papeles eran secundarios, lo más importante era el contacto con el pueblo”.
El personal castrense felicitado era un “equipo de analistas” que participó en las investigaciones que permitieron la captura en 1992 del líder y fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, y la cúpula de esa banda armada, precisó.
Insistió, asimismo, en que, como jefe de Estado y de las Fuerzas Armadas, solo daba “directivas” y no “órdenes” y acotó que “desconocía muchas cosas”, al tratar de desmarcarse de los sangrientos hechos que la Fiscalía le atribuye como “autor mediato”.
Sobre ambas matanzas, las más emblemáticas cometidas durante los primeros años de su régimen, señaló que él estaba más concentrado en la política macroeconómica que en la seguridad del país, sumido en la violencia por el embate de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Como presidente, dijo, no le correspondía ordenar el inicio de las investigaciones de los casos e insistió en que la descripción de esos sangrientos hechos se basa en “rumores”.
Al afirmar que es un “hombre de campo, de universidad”, Fujimori justificó que los temas de inteligencia y seguridad los haya delegado a terceros, como su asesor Montesinos, a quien conoció durante su campaña electoral de 1990, pero rechazó que tuvieran una amistad.
Repuesto de la crisis de hipertensión que lo aquejó el lunes, durante la primera audiencia del juicio, el ex jefe de Estado lució más calmado y hasta sonriente durante el interrogatorio, aunque bebió constantemente agua y pidió una pausa para ir al baño.
Fujimori, que afronta en este juicio la posibilidad de ser condenado hasta a 30 años de cárcel, fue sentenciado el martes último a 6 años de prisión en un juicio sumario por el allanamiento ilegal de la vivienda de la esposa de Montesinos en el 2000.
El ex gobernante renunció a la presidencia peruana por fax, después de huir a Japón en noviembre del 2000, tras hacerse pública una enorme red de corrupción liderada por Montesinos, lo que sumió al país en una profunda crisis política y moral.
En noviembre de 2005 llegó a Chile, donde fue detenido para afrontar un proceso de extradición que fue resuelto de manera favorable en septiembre pasado por la Corte Suprema, que autorizó su repatriación por dos casos de violaciones a los derechos humanos y cinco de corrupción.
Ex presidente peruano aseguró que tuvo un “vínculo de tipo jerárquico” con su asesor Vladimiro Montesinos
Lima
EFE
El ex presidente de Perú Alberto Fujimori negó ayer tener vínculos con el grupo Colina, el “escuadrón de la muerte” que perpetró matanzas durante su Gobierno (1990-2000), y aseguró que tuvo un “vínculo de tipo jerárquico, funcional” con su entonces asesor Vladimiro Montesinos.
“No, nunca, jamás”, respondió Fujimori cuando el fiscal supremo, José Peláez, le preguntó si tuvo “relación” con Colina, que operaba desde la sede del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE), donde el ex gobernante aceptó que vivió durante cinco meses.
Estas declaraciones las hizo Fujimori durante la segunda jornada del juicio que se le sigue por violaciones a los derechos humanos, que incluyen las matanzas de un total de 25 personas en Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), cometidas por el grupo Colina.
Además, por los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y el empresario Samuel Dyer.
El ex mandatario reconoció que firmó en 1991, poco antes de la incursión en Barrios Altos, dos cartas, una de felicitación y otra proponiendo el ascenso de miembros de las fuerzas armadas, entre ellos cuatro integrantes de Colina.
Explicó, en su defensa, que durante su gestión “los papeles eran secundarios, lo más importante era el contacto con el pueblo”.
El personal castrense felicitado era un “equipo de analistas” que participó en las investigaciones que permitieron la captura en 1992 del líder y fundador de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, y la cúpula de esa banda armada, precisó.
Insistió, asimismo, en que, como jefe de Estado y de las Fuerzas Armadas, solo daba “directivas” y no “órdenes” y acotó que “desconocía muchas cosas”, al tratar de desmarcarse de los sangrientos hechos que la Fiscalía le atribuye como “autor mediato”.
Sobre ambas matanzas, las más emblemáticas cometidas durante los primeros años de su régimen, señaló que él estaba más concentrado en la política macroeconómica que en la seguridad del país, sumido en la violencia por el embate de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Como presidente, dijo, no le correspondía ordenar el inicio de las investigaciones de los casos e insistió en que la descripción de esos sangrientos hechos se basa en “rumores”.
Al afirmar que es un “hombre de campo, de universidad”, Fujimori justificó que los temas de inteligencia y seguridad los haya delegado a terceros, como su asesor Montesinos, a quien conoció durante su campaña electoral de 1990, pero rechazó que tuvieran una amistad.
Repuesto de la crisis de hipertensión que lo aquejó el lunes, durante la primera audiencia del juicio, el ex jefe de Estado lució más calmado y hasta sonriente durante el interrogatorio, aunque bebió constantemente agua y pidió una pausa para ir al baño.
Fujimori, que afronta en este juicio la posibilidad de ser condenado hasta a 30 años de cárcel, fue sentenciado el martes último a 6 años de prisión en un juicio sumario por el allanamiento ilegal de la vivienda de la esposa de Montesinos en el 2000.
El ex gobernante renunció a la presidencia peruana por fax, después de huir a Japón en noviembre del 2000, tras hacerse pública una enorme red de corrupción liderada por Montesinos, lo que sumió al país en una profunda crisis política y moral.
En noviembre de 2005 llegó a Chile, donde fue detenido para afrontar un proceso de extradición que fue resuelto de manera favorable en septiembre pasado por la Corte Suprema, que autorizó su repatriación por dos casos de violaciones a los derechos humanos y cinco de corrupción.