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Estafas con tarjetas subieron un 123%

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 28 julio, 2009




Pasividad de los clientes, comercios y bancos provocó fuerte repunte de delitos con plásticos durante el último trimestre
Estafas con tarjetas subieron un 123%
Medidas de seguridad implementadas hasta ahora no han dado resultados

Las estrategias para atacar el fraude con tarjetas de crédito han sido ineficientes. A pesar de la desarticulación de dos bandas importantes en los últimos meses, las estadísticas muestran un repunte de un 123% en los casos de fraude, durante los últimos tres meses.
A eso se suma la pasividad de ciertos negocios que aceptan este medio de pago sin corroborar la identificación de la persona.
En lo que va del año, la mayor cantidad de fraudes se ha hecho con plásticos robados, que son utilizados en comercios dedicados a la venta de electrodomésticos y equipos electrónicos, indicó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
El móvil del fraude es variable, aunque en nuestro país, la mayor cantidad se da por el robo de la tarjeta, el olvido o la falsificación completa de los datos de la persona.
Los bancos en su momento adoptaron protocolos de seguridad, como incorporar la fotografía de la persona, pero la práctica se abandonó porque igual se utilizaban en operaciones fraudulentas.
“Un emisor nacional hizo pruebas con tarjetas con nombre de hombre y cara de mujer y viceversa y el comercio no objetó y pasó las transacciones. Esto de la foto no ha funcionado ni en Estados Unidos, que es el país más tarjetero del mundo. Hay una razón adicional y es que para las marcas lo que vale es la lectura de la banda magnética para asegurarse de la validez del plástico”, comentó Jorge Bonilla, director de banca electrónica del Banco Nacional.
Precisamente la baja responsabilidad de los comercios es lo que motiva el poco compromiso por comprobar el origen de la tarjeta. Cuando se da un fraude de este tipo, quienes asumen los costos son el banco o el cliente.
El único amparo que existe es el reglamento al que deben apegarse los comercios para operar con tarjetas de crédito, en el que se solicita comprobar la identidad de la persona, pero sin que exista un castigo en caso de no hacerlo.

“En los casos de estafa se dan compras de bienes por montos elevados y en un lapso de tiempo muy corto. Creo que debe existir un control de la unidad emisora para alertar al usuario o comprobar que no esté sucediendo un fraude; en algunos casos se hace, pero no es una práctica aún generalizada”, comentó Cinthya Zapata, directora de la Oficina del Consumidor.
El descargo de responsabilidad entre las partes es común; donde al consumidor no se le debiera cobrar el gasto efectuado de forma fraudulenta, porque las otras dos partes también pudieron evitar la operación, consideró la funcionaria.
En tanto, los delincuentes se aprovechan del descuido de las personas, que extravían las tarjetas y no las reportan; o simplemente son víctimas de un asalto y no las cancelan a tiempo.
En los últimos meses, las autoridades judiciales han detenido a 14 personas que se de
dican a esta actividad.
Un primer grupo era conformado por nueve individuos que realizaron compras por ¢60 millones en electrodomésticos, utilizando información de tarjetas de crédito de ciudadanos alemanes y estadounidenses; a quienes les copiaron la información de su banda magnética y era enviada electrónicamente al país.
El caso más reciente es el de una banda de cinco personas, que aprovechaban el descuido de la gente para sustraer las tarjetas. Solo en un fraude, sustrajeron ¢3,5 millones de un solo plástico.
En una de las ocasiones, el sospechoso se vistió de médico, se metía a las oficinas y robaba las tarjetas. También, se aprovechaban de las personas que la dejaban en el automóvil.
Se intentó conocer la opinión de otros emisores de peso en el mercado como Citibank y Credomatic, pero al cierre no dieron respuesta.

Daniel Chacón
dchacon@larepublica.net






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