En rescate de la industria preciada
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 25 agosto, 2007
El turismo como industria clave para el desarrollo económico del país debe ser uno de los principales blancos de inversión y vigilancia de las autoridades.
Solo el año pasado 1,6 millones de extranjeros visitaron Costa Rica con fines turísticos, lo que le generó al país $1,600 millones en divisas.
Sin embargo, mientras muchos de estos visitantes trajeron sus recursos al lugar que escogieron como destino para vacacionar, fueron perseguidos, asaltados y amenazados por la delincuencia.
Tal como lo informa hoy LA REPUBLICA, en los últimos 18 meses se reportaron al menos 500 delitos contra turistas extranjeros, lo que equivale a un promedio de una víctima por día; esto sin considerar los que no denuncian ante las autoridades su mala experiencia.
La situación no es nueva y aún menos en momentos en que la creciente inseguridad ciudadana no se apiada de nadie.
A finales del año pasado el Poder Ejecutivo creó la Policía Turística, sin embargo, el personal destacado no ha sido el suficiente para lo que demanda la realidad del país.
Actualmente hay 126 oficiales responsables de cubrir los distintos puntos turísticos en todo el territorio nacional, equipo humano que evidentemente resulta insuficiente para la cantidad de visitantes y zonas atractivas que ofrece Costa Rica.
El plan del Gobierno es aumentar ese cuerpo policial a por lo menos 400 efectivos para 2010, de modo que se logre cubrir mejor las áreas turísticas. Sin embargo se requieren acciones cuanto antes.
El próximo 5 de setiembre atracarán en Limón los barcos Liberty y Miracle, de la cadena Carnival Cruises; detrás de estos cruceros vienen otros 136 más a ese puerto, y 94 navíos al de Puntarenas.
Naturalmente durante los seis meses que abarcará la temporada de cruceros, estas dos provincias recibirán miles de turistas con la expectativa de encontrar el paraíso que sin lugar a dudas es Costa Rica.
No podemos jugarnos el chance de decepcionar a nuestros visitantes, quizás es la hora de ajustar el cronograma de la Policía Turística a las necesidades de la industria más preciada del país.