El sueño de don Rodolfo Méndez Mata
| Sábado 27 marzo, 2010
El sueño de don Rodolfo Méndez Mata
El presidente Arias ha dicho en diferentes ocasiones, que el Partido Liberación necesita un oponente. En caso de no existir, ha expresado la urgencia de crearlo. Sería algo así como una agrupación idéntica, encargada de convalidar las ideas del partido en el poder, pero desde la “oposición”. Como si se tratara de una obra teatral, los oponentes lanzarían discursos televisivos, a través de la radio o simplemente encaramados en una tarima, haciéndoles publicidad a las políticas del partido en el poder, pero asegurándole al costarricense que el futuro, en manos de la nueva agrupación, sería la mejor opción.
Siguiendo esa tesitura, don Rodolfo Méndez ha dado a conocer, según su entender, lo que sería la nueva revolución social de Costa Rica.
El proyecto resumido consiste en lo siguiente: en primer lugar, no habría necesidad de quitarle dinero al rico para entregárselo al más pobre, ni obligación de cobrar más impuestos. Todo lo que él haría para lograr el milagro económico y social, sería aprovechar los nuevos tratados de libre comercio, aún sin aprobar, con la Unión Europea, China y Singapur. Según su ponencia, si a esta plataforma comercial le agregamos la capacidad demostrada por el costarricense: el éxito estaría asegurado.
Es algo así como no hacer nada. Unicamente se necesitaría que la oposición creada por Liberación, asuma el poder. Lo demás se lograría aprovechando el esfuerzo y el espíritu emprendedor de la empresa privada. Claro está, ayudada como siempre por el estado.
A los miles de pobres que existen en el país, les lloverían por inercia las condiciones necesarias para salir de la miseria. Esta es la gran revolución social del siglo XXI, que propone el nuevo favorecedor de las clases sociales más necesitadas. Argumentos tan profundos no tienen parangón.
El estadista hace una reseña de los logros sociales alcanzados por las fuerzas opositoras a Liberación: sin embargo, al narrar la historia deja un espacio en blanco cuando llega al año 1990. Se le olvidó resaltar que en la época en que don Rafael Angel Calderón Fournier condujo al país, se lograron eliminar 242 leyes de exoneraciones de impuestos que brindaban privilegios a unos pocos. Se incrementó la producción y las exportaciones en un 60%. El desempleo bajó a un 4,1%. El crecimiento del producto interno bruto, en ese periodo, fue el más grande de América Latina. Se estableció el Bono Gratuito de la Vivienda, beneficiando a miles de familias. La pobreza extrema bajó a un 8%. Se creó el Cupón Alimentario. Durante esa administración, el 100% de los recursos de Asignaciones Familiares llegó a manos de los beneficiarios. Inconscientemente se le olvidó también mencionar, la creación del Bono Escolar, y la dignificación del salario a los periodistas. Existen decenas de otras cosas más, que por razones de espacio no puedo mencionar.
Don Rodolfo Méndez y don Oscar Arias pueden seguir con sus lucubraciones. Costa Rica aún es medio democrática. Lo que sí me atrevo a asegurar, es que los logros no se dan por impulso, ni que a los pobres les lloverá maná milagrosamente. Moraleja: es más fácil que un camello pase por el hueco de una aguja, que encontrar en el camino a un verdadero amigo.
Jorge Castro Guardia
Administrador
El presidente Arias ha dicho en diferentes ocasiones, que el Partido Liberación necesita un oponente. En caso de no existir, ha expresado la urgencia de crearlo. Sería algo así como una agrupación idéntica, encargada de convalidar las ideas del partido en el poder, pero desde la “oposición”. Como si se tratara de una obra teatral, los oponentes lanzarían discursos televisivos, a través de la radio o simplemente encaramados en una tarima, haciéndoles publicidad a las políticas del partido en el poder, pero asegurándole al costarricense que el futuro, en manos de la nueva agrupación, sería la mejor opción.
Siguiendo esa tesitura, don Rodolfo Méndez ha dado a conocer, según su entender, lo que sería la nueva revolución social de Costa Rica.
El proyecto resumido consiste en lo siguiente: en primer lugar, no habría necesidad de quitarle dinero al rico para entregárselo al más pobre, ni obligación de cobrar más impuestos. Todo lo que él haría para lograr el milagro económico y social, sería aprovechar los nuevos tratados de libre comercio, aún sin aprobar, con la Unión Europea, China y Singapur. Según su ponencia, si a esta plataforma comercial le agregamos la capacidad demostrada por el costarricense: el éxito estaría asegurado.
Es algo así como no hacer nada. Unicamente se necesitaría que la oposición creada por Liberación, asuma el poder. Lo demás se lograría aprovechando el esfuerzo y el espíritu emprendedor de la empresa privada. Claro está, ayudada como siempre por el estado.
A los miles de pobres que existen en el país, les lloverían por inercia las condiciones necesarias para salir de la miseria. Esta es la gran revolución social del siglo XXI, que propone el nuevo favorecedor de las clases sociales más necesitadas. Argumentos tan profundos no tienen parangón.
El estadista hace una reseña de los logros sociales alcanzados por las fuerzas opositoras a Liberación: sin embargo, al narrar la historia deja un espacio en blanco cuando llega al año 1990. Se le olvidó resaltar que en la época en que don Rafael Angel Calderón Fournier condujo al país, se lograron eliminar 242 leyes de exoneraciones de impuestos que brindaban privilegios a unos pocos. Se incrementó la producción y las exportaciones en un 60%. El desempleo bajó a un 4,1%. El crecimiento del producto interno bruto, en ese periodo, fue el más grande de América Latina. Se estableció el Bono Gratuito de la Vivienda, beneficiando a miles de familias. La pobreza extrema bajó a un 8%. Se creó el Cupón Alimentario. Durante esa administración, el 100% de los recursos de Asignaciones Familiares llegó a manos de los beneficiarios. Inconscientemente se le olvidó también mencionar, la creación del Bono Escolar, y la dignificación del salario a los periodistas. Existen decenas de otras cosas más, que por razones de espacio no puedo mencionar.
Don Rodolfo Méndez y don Oscar Arias pueden seguir con sus lucubraciones. Costa Rica aún es medio democrática. Lo que sí me atrevo a asegurar, es que los logros no se dan por impulso, ni que a los pobres les lloverá maná milagrosamente. Moraleja: es más fácil que un camello pase por el hueco de una aguja, que encontrar en el camino a un verdadero amigo.
Jorge Castro Guardia
Administrador