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Crisis alimentaria revive diferencias ideológicas en la región

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 08 mayo, 2008




Costa Rica, El Salvador y México decidieron no firmar la declaración conjunta que contemplaba el aporte de $100 millones por parte de Venezuela
Crisis alimentaria revive diferencias ideológicas en la región

• El resto de las 14 delegaciones, entre las que se encontraban Nicaragua, Honduras, Ecuador, Venezuela y varias islas del Caribe, sí firmaron el documento
• Economías que se abstuvieron de firmar el acuerdo defendían el libre comercio con las potencias mundiales, pero el resto lo detractaban

Carlos Jesús Mora
cmorah@larepublica.net
* Colaboró con esta información la periodista Natasha Cambronero

Las implicaciones de una propuesta de Venezuela en Nicaragua de donar $100 millones para un fondo que minimice el impacto de una crisis alimentaria en el istmo puso en evidencia las diferencias ideológicas que tienen a gran parte de los países latinoamericanos alineados en dos bloques.
Así quedó registrado ayer ante el mundo, cuando Costa Rica, El Salvador y México se mostraron renuentes a firmar la declaración conjunta que suscribió el resto de los países participantes en la cumbre que avalaba dicho fondo.
Los millones serían aportados por el Banco de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) con el fin de financiar los proyectos agrícolas que presenten los países centroamericanos y del Caribe; sin embargo, los gobiernos que se mantuvieron al margen argumentaron que la ayuda implicaba aceptar una serie de condiciones de índole ideológica.
“Yo aplaudo a los países del ALBA cuando hablan de una mayor solidaridad y cooperación. Nadie va a rehuir a que nos quieran dar cooperación los países del ALBA, pero si es bajo la condición de que no podemos seguir buscando nuevos mercados e insertándonos en la economía internacional, no aceptamos”, dijo Oscar Arias, mandatario costarricense, al justificar su solicitud de ser excluido del documento final.
El ALBA es una iniciativa de integración para los países de América Latina y el Caribe promovida por Venezuela, en contraposición al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsada por Estados Unidos.
Arias justificó aún más su decisión al asegurar que “los países miembros del ALBA que impulsa Chávez, no creen en el libre comercio”, dejando en evidencia que su administración defiende e impulsa los acuerdos comerciales suscritos con Estados Unidos, la Unión Europea y eventualmente con China.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, trató de minimizar la reacción de Arias diciendo ante los medios que “Costa Rica y el resto de los países se mantenían en el foro”.
Sin embargo el mandatario nacional y los cancilleres de El Salvador y México insistieron en su posición, pero Ortega también fue perseverante y pidió que se le pasara el micrófono a su homólogo costarricense para que aclarara, “pues después van a decir que Costa Rica rompió relaciones con la cumbre”.
Ante esto, Arias replicó que en la declaración “se emiten juicios de valor que no comparto”, para posteriormente solicitar que se “excluyera a Costa Rica de la reunión de presidentes”.
Cables internacionales aseguran que la declaración conjunta de ayer estaba elaborada desde antes de la celebración de la Cumbre y que al final no se sometió a ninguna modificación.
El resto de las 14 delegaciones, entre las que se encontraban Nicaragua, Honduras, Ecuador, Venezuela y varias islas del Caribe sí firmaron el documento.
A pesar de que Venezuela es el país que ofreció el dinero y la creación de dicho fondo, el mandatario Hugo Chávez fue el gran ausente en el encuentro presidencial.
Desde la óptica de expertos en materia de política exterior, quedó en evidencia la intención del Gobierno venezolano de tener eco en toda la región.
“En efecto, Hugo Chávez ha utilizado la bonanza de la economía de su país, proveniente de las relaciones petrodiplomáticas que ha impulsado, por lo que es normal que ofrezca dinero, pero ese dinero podría tener algún tipo de condicionamiento político, por lo que estos tres países hicieron bien en no suscribir ese acuerdo”, dijo Nuria Marín, analista internacional.
La producción de biocombustibles procedentes de alimentos, como el maíz, en Estados Unidos, o la caña de azúcar, en Brasil, ha propiciado en los últimos meses una subida de los precios mundiales de los principales granos y ha originado el racionamiento de estos productos, por lo que la región ha buscado una política común para mitigar su impacto.










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