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Con Sumo

Carmen Juncos cjuncos@larepublica.net | Lunes 15 septiembre, 2008




Con Sumo

Carmen Juncos
cjuncos@larepublica.net

Idolos prefabricados

La molestia de muchos por la agresión verbal a María antes de que inicie su presentación en el Latin American Idol cada semana, en especial por parte de Mimí, miembro del jurado, en mi opinión debería canalizarse en algo positivo.

Las expresiones a gritos, con gestos coléricos y exasperados por parte de Mimí a María, se deben según la jurado, a que quiere “sacarle todo”, obligarla a que “deje la piel en el escenario”. Aun si pensamos bien, y aceptamos que el jurado, con su personal conocimiento y experiencia está haciendo lo que puede para ayudar a la representante de Costa Rica y al resto de participantes, hay cosas de fondo en que pensar.
¿Por qué insistir en que una joven con una hermosa voz, que canta bien aunque está comenzando carrera, deba adoptar el estereotipo mediante el cual se convierte en “artistas” a algunos que ni tienen buena voz ni cantan bien, pero que mediante el andamiaje que los lanza al show pueden convertirse en mercadería fácilmente vendible y muy rentable?

¿Es lo correcto valorar la capacidad de María para lucir con poca ropa, sacudiendo su cabeza y su cuerpo para despeinarse y exteriorizar con eróticos movimientos emociones que conviertan su imagen en explotable, en altamente rentable?

O se debería valorar solo como cantante, respetar su identidad, su personal manera de transmitir emociones (sin estridencia ni recursos sensuales artificiales) y permitir que, quizás, algún empresario se interese por respaldarla para que inicie una carrera hacia un tipo de intérprete diferente, que pudiera distinguirse en medio de tantos “artistas” prefabricados a quienes se les enseña a calzar perfectamente en el modelo del estereotipo para ser lo mismo de lo mismo.

Después de todo, María José es una cantante costarricense. Y así como buscamos distinguirnos como país, María puede ser una exponente nacional original, distinta a la imagen homogénea, carente de identidad que ofrecen hoy la mayoría de los ídolos prefabricados en el mismo molde, dicho con todo respeto hacia ellos que están haciendo lo suyo lo mejor que pueden.

María José debería recibir apoyo oficial y privado costarricense para educar la voz y técnicas de actuación y desarrollar una carrera exitosa sin perder su identidad.






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