Banca se flexibiliza ante alza en morosidad hipotecaria
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 25 febrero, 2009
Promocionan renegociación de deudas antes de caer en impago
Banca se flexibiliza ante alza en morosidad hipotecaria
Cantidad de préstamos de vivienda y construcción en cobro judicial aumentó a partir de noviembre
Daniel Chacón
dchacon@larepublica.net
La variación en las tasas para los préstamos de vivienda y construcción ha generado que la mora aumente casi un 40% en la banca comercial.
Esto provoca que la cuota a pagar por el deudor haya incrementado de mayo del año anterior a enero de este año hasta en un 45%. En un préstamo por ¢60 millones, representa unos ¢300 mil de incremento en la mensualidad.
Ante tal situación, los responsables de las diferentes entidades bancarias anuncian a sus clientes la posibilidad de renegociar las deudas, para evitar un castigo tanto al banco por parte de los supervisores, como para el cliente.
El fenómeno se fundamenta en la variación de las tasas de interés aplicadas a los créditos. Por ejemplo, la tasa activa hipotecaria en mayo anterior rondaba el 8,25%, pero a enero llegó a un promedio del 15,75%, cifra variable según la entidad.
Al momento de firmar un crédito, se evita que la relación cuota-salario supere el 30% de los ingresos libres del deudor; sin embargo, esta previsión quedó sin efecto debido a los últimos ajustes.
A lo anterior, se suma que cada vez más familias ven mermar sus ingresos por factores como inflación, que rondó un 13,90% en 2008.
“Efectivamente hubo una época en que las tasas a las que se prestaba dinero se mantuvieron en un nivel muy bajo. Es posible que muchos deudores pudieron haber adquirido obligaciones a tasas bajas y que ante un interés mayor, no tengan la capacidad de mantenerlas bien servidas en vista del aumento real en la relación cuota-salario”, reflexionó Marco Garro, presidente de la consultora Finanzas Estructuradas.
El problema tiene como responsables a las personas que adquirieron estos compromisos sin proyectar situaciones como la presente. El Banco Central también dio señales erróneas al permitir tasas en niveles tan bajos, y los bancos comerciales al no prever un incremento abrupto en el indicador.
“La gente es responsable de sus actos al adquirir un compromiso sin preguntar por los riesgos. En el caso de las autoridades, la tasa básica pasiva ha variado un 300% en el último año. Los bancos nunca debieron prestar dinero en proporciones insostenibles”, comentó Leiner Vargas, catedrático de la Universidad Nacional, quien considera viable que en un futuro cercano los deudores deban devolver bienes para pagar sus deudas.
Aunque el incremento en la mora no es crítico todavía, no deja de llamar la atención que entidades como el Banco Nacional tengan un 2% del total de la cartera de vivienda y construcción en cobro judicial.
“Se detectó que algunos créditos formalizados a partir de abril de 2008 se perjudicaron enormemente en sus cuotas de pago hacia finales del año. En estos casos especiales, el Banco rebajará en tres puntos la tasa de interés porque la actual es mayor a la que en ese momento proyectábamos para hoy”, expresó Bernardo Alfaro, subgerente del Banco Nacional.
Siempre entre los bancos del Estado, se están aplicando políticas para evitar que se agrave la situación de mora.
“Suavizamos las cuotas para mejorar la capacidad de pago, asimismo, pusimos a disposición del cliente alternativas de arreglo, de forma tal que la última opción signifique tener que ejecutar la garantía”, expresó Mario Rivera, gerente general del Banco Costa Rica.
La banca privada también analiza con detalle este fenómeno. Por tanto, existe una mayor apertura para la renegociación de deudas.
“Estamos conscientes de la situación nacional e internacional y por ello para nosotros es factible la renegociación de deudas. El cliente debe anticiparse y contactar al banco antes de que llegue a un nivel en el cual ya no pueda pagar, porque ahí el proceso se complica”, explicó Milagro López, directora de productos de Scotiabank.
Las dificultades para rematar y el castigo que sufren tanto el deudor como la entidad financiera son suficientes para motivar estos arreglos, tendencia que es generalizada entre las entidades bancarias.
“No existe impedimento legal para hacer estos arreglos. Incluso les hemos ayudado a algunos a contactarlos con otros clientes cuando existe el deseo de vender el activo que se adquirió con el crédito, dijo Luis Angel González, director de banca de personas de HSBC.
El gran pero para renegociar es cuando ya la persona se atrasó con las cuotas, y más aún cuando llega a cobro judicial.
Los costos que se generan para ambos lados son altos: el cliente debe pagar abogado y se reduce su calificación como sujeto de crédito en todo el sistema financiero. El banco debe guardar más dinero de respaldo, porque el crédito de esa persona aumenta de riesgo, además de abrir el proceso legal para ejecutar la garantía en un mercado sin clientes para la compra de viviendas.
Y es en este nivel donde no existe negociación. La Superintendencia Financiera (Sugef) es muy rígida en esta materia y no existe portillo alguno para negociar.
“Sería recomendable que la Sugef flexibilizara lo concerniente a las estimaciones en materia de créditos; ser más permisiva con la reestructuración de deudas para evitar un daño mayor al sistema financiero, es una medida que aliviaría la presión en el tema de morosidad”, estimó Juan Muñoz, ex intendente financiero.
Banca se flexibiliza ante alza en morosidad hipotecaria
Cantidad de préstamos de vivienda y construcción en cobro judicial aumentó a partir de noviembre
Daniel Chacón
dchacon@larepublica.net
La variación en las tasas para los préstamos de vivienda y construcción ha generado que la mora aumente casi un 40% en la banca comercial.
Esto provoca que la cuota a pagar por el deudor haya incrementado de mayo del año anterior a enero de este año hasta en un 45%. En un préstamo por ¢60 millones, representa unos ¢300 mil de incremento en la mensualidad.
Ante tal situación, los responsables de las diferentes entidades bancarias anuncian a sus clientes la posibilidad de renegociar las deudas, para evitar un castigo tanto al banco por parte de los supervisores, como para el cliente.
El fenómeno se fundamenta en la variación de las tasas de interés aplicadas a los créditos. Por ejemplo, la tasa activa hipotecaria en mayo anterior rondaba el 8,25%, pero a enero llegó a un promedio del 15,75%, cifra variable según la entidad.
Al momento de firmar un crédito, se evita que la relación cuota-salario supere el 30% de los ingresos libres del deudor; sin embargo, esta previsión quedó sin efecto debido a los últimos ajustes.
A lo anterior, se suma que cada vez más familias ven mermar sus ingresos por factores como inflación, que rondó un 13,90% en 2008.
“Efectivamente hubo una época en que las tasas a las que se prestaba dinero se mantuvieron en un nivel muy bajo. Es posible que muchos deudores pudieron haber adquirido obligaciones a tasas bajas y que ante un interés mayor, no tengan la capacidad de mantenerlas bien servidas en vista del aumento real en la relación cuota-salario”, reflexionó Marco Garro, presidente de la consultora Finanzas Estructuradas.
El problema tiene como responsables a las personas que adquirieron estos compromisos sin proyectar situaciones como la presente. El Banco Central también dio señales erróneas al permitir tasas en niveles tan bajos, y los bancos comerciales al no prever un incremento abrupto en el indicador.
“La gente es responsable de sus actos al adquirir un compromiso sin preguntar por los riesgos. En el caso de las autoridades, la tasa básica pasiva ha variado un 300% en el último año. Los bancos nunca debieron prestar dinero en proporciones insostenibles”, comentó Leiner Vargas, catedrático de la Universidad Nacional, quien considera viable que en un futuro cercano los deudores deban devolver bienes para pagar sus deudas.
Aunque el incremento en la mora no es crítico todavía, no deja de llamar la atención que entidades como el Banco Nacional tengan un 2% del total de la cartera de vivienda y construcción en cobro judicial.
“Se detectó que algunos créditos formalizados a partir de abril de 2008 se perjudicaron enormemente en sus cuotas de pago hacia finales del año. En estos casos especiales, el Banco rebajará en tres puntos la tasa de interés porque la actual es mayor a la que en ese momento proyectábamos para hoy”, expresó Bernardo Alfaro, subgerente del Banco Nacional.
Siempre entre los bancos del Estado, se están aplicando políticas para evitar que se agrave la situación de mora.
“Suavizamos las cuotas para mejorar la capacidad de pago, asimismo, pusimos a disposición del cliente alternativas de arreglo, de forma tal que la última opción signifique tener que ejecutar la garantía”, expresó Mario Rivera, gerente general del Banco Costa Rica.
La banca privada también analiza con detalle este fenómeno. Por tanto, existe una mayor apertura para la renegociación de deudas.
“Estamos conscientes de la situación nacional e internacional y por ello para nosotros es factible la renegociación de deudas. El cliente debe anticiparse y contactar al banco antes de que llegue a un nivel en el cual ya no pueda pagar, porque ahí el proceso se complica”, explicó Milagro López, directora de productos de Scotiabank.
Las dificultades para rematar y el castigo que sufren tanto el deudor como la entidad financiera son suficientes para motivar estos arreglos, tendencia que es generalizada entre las entidades bancarias.
“No existe impedimento legal para hacer estos arreglos. Incluso les hemos ayudado a algunos a contactarlos con otros clientes cuando existe el deseo de vender el activo que se adquirió con el crédito, dijo Luis Angel González, director de banca de personas de HSBC.
El gran pero para renegociar es cuando ya la persona se atrasó con las cuotas, y más aún cuando llega a cobro judicial.
Los costos que se generan para ambos lados son altos: el cliente debe pagar abogado y se reduce su calificación como sujeto de crédito en todo el sistema financiero. El banco debe guardar más dinero de respaldo, porque el crédito de esa persona aumenta de riesgo, además de abrir el proceso legal para ejecutar la garantía en un mercado sin clientes para la compra de viviendas.
Y es en este nivel donde no existe negociación. La Superintendencia Financiera (Sugef) es muy rígida en esta materia y no existe portillo alguno para negociar.
“Sería recomendable que la Sugef flexibilizara lo concerniente a las estimaciones en materia de créditos; ser más permisiva con la reestructuración de deudas para evitar un daño mayor al sistema financiero, es una medida que aliviaría la presión en el tema de morosidad”, estimó Juan Muñoz, ex intendente financiero.