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NOTA DE TANO


Asdrúbal Cabrera, del infierno al cielo

Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Miércoles 06 noviembre, 2019

washington

El 1 de agosto de este 2019, los propietarios de los Vigilantes de Texas pusieron de “patitas en la calle”, al joven veterano infielder venezolano, Asdrúbal Cabrera, de 33 primaveras.

En las Grandes Ligas, cuando un club pone en asignación a un jugador, significa que está despedido.

El 24 de enero de este año, Asdrúbal firmó un contrato de un año con los Vigilantes, pero la cosa como que no funcionó.

Sin trabajo, y ya en la etapa de cierre de la temporada, el piloto de los Nacionales, Dave Martínez, se arriesgó en darle otra oportunidad al venezolano, que fue firmado por Washington el 6 de agosto.

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El resto es leyenda viva, porque Cabrera, jugando como segunda base, ayudó desde el plato y defensivamente a que los Nats ganaran su primer título Mundial y Asdrúbal se hiciera con el anillo de campeón del mundo, un sueño que no todos logran.

El destino le tenía reservada esta buena jugada al campo corto venezolano, quien llegó a los Indios de Cleveland en la temporada 2007 y defendió los colores de la Tribu por siete campañas.

Entre Cabrera (2007-14) y Johnny Peralta (2005-07) hicieron la transición para que los fanáticos de los Indios no resintieran tanto la partida del mago Omar Vízquel, el short-stop de las manos de seda, que jugó para la Tribu de 1994 al 2004.

Vízquel, un seguro Salón de la Fama, nunca pudo ganar la Serie Mundial, a pesar de que Cleveland la disputó en las temporadas 1995 y 1997, cayendo ante Bravos y Marlins y curiosamente, Cabrera, compatriota de Vízquel se corona campeón del mundo pocas semanas después de quedarse sin trabajo. Los deportes suman estas curiosidades.

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El béisbol venezolano es una fábrica de short-stops de calidad, empezando por el legendario Luis Aparicio, ya instalado en Cooperstown.

Ozzie Guillén, campo corto de los Medias Blancas, Omar Vízquel, Asdrúbal Cabrera, juegan todos con el número 13 en honor a Luisito Aparicio, de manera que si don Omar terminó su carrera sin anillo de campeón mundial, don Asdrúbal se lo encontró en el camino.

Por cierto, ¿se habrán enterado en Brasil que también cuentan con un campeón del mundo?

Yan Gómez, el receptor de los Nats, es brasileño y también llegó a la novena campeona procedente de los Indios de Cleveland, una franquicia que se enorgullece de nutrir de talento a otras instituciones.

gpandolfo@larepublica.net

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