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Acompañamiento de negocios (parte 1): Incubadoras vs Aceleradoras

Raul Martin raul.martin@outlook.com | Lunes 26 marzo, 2018




Cuando se está emprendiendo, es muy común sentir un proceso muy solitario. Es normal cuestionarse los pasos que se están tomando o querer tener una opinión externa. Por esto existen programas de acompañamiento. Entre ellos las incubadoras y las aceleradoras.

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Ambas instituciones ayudan a emprendedores a desarrollar y maximizar sus negocios, pero el elemento más importante quizás, es que las incubadoras trabajan con proyectos en etapas mucho más tempranas. Un poco sobre cada una:

Incubadoras

Una incubadora es una organización que apoya a emprendedores que quieran iniciar un negocio. Se dan herramientas y servicios para pasar de una idea, hasta un modelo de negocios rentable y replicable. Es importante entender estos términos:

Idea: un plan para resolver una necesidad u oportunidad que hemos detectado.
Modelo de negocios: es el plan de lo que se va a hacer, para quién y cómo.
Rentable: además de costos inferiores a ingresos, que ejecutarlo valga la pena.
Replicable:  que se pueda hacer de forma repetida y sostenida, nada hacemos si vendemos algo de mala calidad a un alto costo, si nunca lo haremos de nuevo.

Las incubadoras por lo tanto, construyen un proceso que le brinde acompañamiento al emprendedor en los pasos para iniciar operaciones. Estos van desde asesorías, espacio de trabajo, apoyo contable y de publicidad, ayuda legal, hasta sesiones para definir concretamente su idea, su mercado y su producto.

Las incubadoras usualmente no buscan un lucro, sino que tienen alguna misión social, interés de inclusión o fomento. En el país hay modelos sin fines de lucro como Auge y Tec Emprende Lab, que son abiertas pero asociadas a universidades públicas, como también Parquetec, que es una incubadora privada. Dependiendo del modelo, se tienen diferentes costos o pagos.

A nivel general, las incubadoras no brindan inversión a los proyectos, sino acompañamiento y un lugar donde puedan madurar las ideas. Esto implica que no hay una cesión de capital y la retribución es gratuita o a partir de pagos.

Puntos para analizar al escoger una incubadora, son: las instalaciones, los mentores, el personal, el proceso y el record que tenga.

La forma más sencilla de conocer esto es conversando directamente con emprendedores que están siendo incubados.

Una de las grandes diferencias entre aceleradoras e incubadoras, es la parte monetaria. En modelos que se ven internacionalmente, no hay que hacer un pago en metálico para ser acelerado, sino que las empresas ceden de su capital y a cambio de eso reciben la capacitación, espacio y muchas veces una inversión que las acompaña.

Claramente esto es apetecido, por lo que entrar es muy competitivo. La realidad de Costa Rica, es que no existe este mismo tipo de rigurosidad. Esto no significa que no haya aceleración, solo que hemos tropicalizado un poco el modelo. Muchas instituciones tienen un programa mixto, donde se tiene incubación y aceleración en diferentes etapas, sin embargo el capital siempre es un factor clave y donde no hay mucha claridad.

En el país no se sabe realmente cual es la oferta de las incubadoras/aceleradoras, en términos de su proceso o del capital que puede brindar.

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Sí hay organizaciones que brindan fondos pero se varía mucho qué porcentaje de la empresa se pide a cambio; distinto a países con un entorno maduro, donde se anuncian los términos previo a ingresar y son uniformes para todos.
No se están emitiendo juicios al respecto, simplemente es una realidad diferente y por lo tanto hay que adaptarse al tamaño del mercado, a los riesgos y la disponibilidad de capital. 

Contrario a las incubadoras, las aceleradoras buscan un retorno financiero y el enfoque suele ser en proyectos escalables que les permitan multiplicar los montos que invierten.

Entonces, ¿adónde calzo mejor?

Para tomar una decisión informada, lo mejor es entender el funcionamiento de cada institución y preguntarse si en su etapa actual, y disponibilidad vale la pena pagar por estos programas. Si todavía no está claro si debería incubar o acelerar su proyecto, detallamos algunas cosas que debe preguntarse:
“Mi prioridad es..”

-¿Encontrar un espacio para trabajar en mi idea? Incubación

-¿Hacer contactos con otros del ecosistema? Incubación

-¿Buscar acompañamiento para montar mi empresa? Incubación

-¿Buscar asesoría para llevar mi negocio a otro nivel? Aceleración

-¿Mejorar mis ingresos o márgenes? Aceleración

-¿Levantar capital? Aceleración

Al final es una decisión propia hacia qué tipo de organización quiere acercarse para buscar ayuda. Hay muchas opciones y antes de tomar una decisión lo mejor es preguntar a funcionarios o graduados de cada institución por referencias.

El tener una mejor idea de qué tipo de acompañamiento le da una incubadora o aceleradora, y saber qué ofrece, le va a permitir alinear las expectativas que tiene.


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