Polémica en programas de búsqueda de pareja
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 27 julio, 2011
Polémica en programas de búsqueda de pareja
Se están poniendo de moda este tipo de programas en China, donde las mujeres buscan hombres de ingresos altos pero que las dejen ser las “jefas”
Los programas de búsqueda de pareja se han convertido en los espacios de más audiencia en la televisión de China y en un reflejo de las dificultades para encontrar novia por parte de los varones, debido a problemas como el desequilibrio de sexos que conllevó la política del “hijo único”.
El más popular de estos programas, “Feichang Wurao” (“No perturbar sin sinceridad”) es emitido por la cadena Jiangsu TV y ha generado la polémica, aupando a algunos de sus participantes a la fama.
En el programa se presentan 20 candidatas de distintos perfiles, y un joven protagonista, al que todas ellas juzgarán y, si alguna lo desea, tendrá una cita con él.
Las historias que han pasado por “Feichang Wurao”, desde que se inicio en enero de 2010, cautivaron la atención del público chino, sobre todo al evidenciar que a la mayor parte de las mujeres del país les interesa un chico que pueda ofrecerles estabilidad económica.
Y no solo se trata de tener un trabajo estable y estar graduado de una buena carrera universitaria, sino que muchas de las candidatas, en no pocas ocasiones, han sido claras al mencionar además como sinónimo de estabilidad una casa o un automóvil, que en algunas ocasiones ha de ser de determinada marca lujosa.
“Prefiero llorar en un BMW antes que reír en una bicicleta”, dijo una de sus más famosas participantes, Ma Nuo, quien se ha convertido en un símbolo del materialismo y las exigencias de las jóvenes chinas.
Muchos de los participantes varones han expresado su desesperación por las altas exigencias de las candidatas, mientras que la controversia que el programa genera en China ha mantenido su audiencia y ha llegado a interesar a extranjeros residentes en el país, que se han aventurado a participar en el espacio.
Es el caso de Gregoire Charvet, de Francia, y Sam Stromeyer, de Estados Unidos, ambos de 25 años y que participaron en el programa.
Charvet, estudiante de la Universidad de Tsinghua, una de las mejores de China, comentó que la “estabilidad” que piden es que el varón tenga trabajo fijo, ingresos altos, buena apariencia y virilidad pero que al mismo tiempo pueda ser sumiso, tranquilo, que deje que ellas sean las “jefas”.
Sun Saiyin, participante chino que trabaja en una empresa que exporta ropa, dijo que las chicas del concurso no son demasiado diferentes de las de la “realidad”.
Pekín / EFE
Se están poniendo de moda este tipo de programas en China, donde las mujeres buscan hombres de ingresos altos pero que las dejen ser las “jefas”
Los programas de búsqueda de pareja se han convertido en los espacios de más audiencia en la televisión de China y en un reflejo de las dificultades para encontrar novia por parte de los varones, debido a problemas como el desequilibrio de sexos que conllevó la política del “hijo único”.
El más popular de estos programas, “Feichang Wurao” (“No perturbar sin sinceridad”) es emitido por la cadena Jiangsu TV y ha generado la polémica, aupando a algunos de sus participantes a la fama.
En el programa se presentan 20 candidatas de distintos perfiles, y un joven protagonista, al que todas ellas juzgarán y, si alguna lo desea, tendrá una cita con él.
Las historias que han pasado por “Feichang Wurao”, desde que se inicio en enero de 2010, cautivaron la atención del público chino, sobre todo al evidenciar que a la mayor parte de las mujeres del país les interesa un chico que pueda ofrecerles estabilidad económica.
Y no solo se trata de tener un trabajo estable y estar graduado de una buena carrera universitaria, sino que muchas de las candidatas, en no pocas ocasiones, han sido claras al mencionar además como sinónimo de estabilidad una casa o un automóvil, que en algunas ocasiones ha de ser de determinada marca lujosa.
“Prefiero llorar en un BMW antes que reír en una bicicleta”, dijo una de sus más famosas participantes, Ma Nuo, quien se ha convertido en un símbolo del materialismo y las exigencias de las jóvenes chinas.
Muchos de los participantes varones han expresado su desesperación por las altas exigencias de las candidatas, mientras que la controversia que el programa genera en China ha mantenido su audiencia y ha llegado a interesar a extranjeros residentes en el país, que se han aventurado a participar en el espacio.
Es el caso de Gregoire Charvet, de Francia, y Sam Stromeyer, de Estados Unidos, ambos de 25 años y que participaron en el programa.
Charvet, estudiante de la Universidad de Tsinghua, una de las mejores de China, comentó que la “estabilidad” que piden es que el varón tenga trabajo fijo, ingresos altos, buena apariencia y virilidad pero que al mismo tiempo pueda ser sumiso, tranquilo, que deje que ellas sean las “jefas”.
Sun Saiyin, participante chino que trabaja en una empresa que exporta ropa, dijo que las chicas del concurso no son demasiado diferentes de las de la “realidad”.
Pekín / EFE