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Nadal sobrevive en Australia

EFE | Jueves 22 enero, 2015




Nadal sobrevive en Australia

El español sufrió para derrotar al número 112 del mundo. Sharapova también tuvo complicada jornada

Rafael Nadal necesitó de cinco sets para alcanzar la tercera ronda en Australia, el español sufrió con su rival y el clima. Paul Crock-AFP/La República

El español Rafael Nadal sacó adelante un partido agónico, a la desesperada y casi sin fuerzas después de cuatro horas y 12 minutos de angustia, con mareos, deshidratación y calambres incluidos, y venció con un esfuerzo sobrehumano al estadounidense Tim Smyczek por 6-2, 3-6, 6-7 (2), 6-3 y 7-5, para ganar la tercera ronda del Abierto de Australia.
“Una noche muy dura”, dijo Nadal sobre la pista, quien aprovechó la oportunidad para calificar a su rival de “caballero por lo que ha hecho al final, algo que no todo el mundo hace con 6-5 en el quinto set”, al referirse a la repetición de primer saque que Smyczek le concedió tras el murmullo del público que había desconcertado a Rafa.
“Había mucha humedad, intenté lo mejor, pero no sé lo que me ha pasado. Ha sido un problema gástrico, creo, he tenido malas sensaciones y deshidratación al finalizar el primer set, y algunos calambres por alguna parte”, explicó.
Smyczek parecía el rival perfecto para que Nadal se rodase más. Situado en el puesto 112 del mundo, procedente de la fase previa, sin título alguno.
Así Nadal empezó a afilar sus colmillos en el primer set que ganó con autoridad, pero los problemas y las dudas comenzaron a surgir en el juego del español.
El estadounidense, de golpes amartillados y piernas de acero, aprovechó la primera de sus tres oportunidades para cerrar ese parcial, el segundo set a su favor en 40 minutos con una certera derecha en paralelo.
El 0-2 del tercer set inquietó más aún el banquillo de Nadal, quien llamaba al fisio del torneo. Rafa sentía mareos y deshidratación y los consiguientes calambres, y el doctor le dio una pastilla.
Con dos sets a uno para Smyczek, la cara de uno y otro jugador reflejaban lo que sucedía en la pista. El estadounidense sin sudar una gota, tranquilo. Nadal, empapado.
Todo parecía perdido para el campeón de 2009, que no obstante se mantuvo en la lucha, agarrándose a lo que podía, a sus piernas, a su coraje. Y llegó por fin la rotura en el sexto juego (4-2) que le dio moral para hacerse con ese parcial y nivelar el duelo.
Nadal estaba al límite y su rival parecía fresco, sin signos de nerviosismo y concentrado al máximo. Así salvaba puntos de rotura, mientras que a Nadal le costaba ganar su servicio. Hasta que finalmente Rafa logró robarle el saque en el undécimo juego.
En el cierre Nadal necesitó cuatro oportunidades para sellar una de las victorias más duras de su carrera, ahora se enfrentará en tercera ronda con el israelí Dudi Sela que derrotó al checo Lukas Rosol, pesadilla y verdugo del español en Wimbledon 2012, por 7-6 (2), 5-7, 7-5 y 6-3.
También sufrió Roger Federer el primer susto del torneo ante el italiano Simone Bolelli, pero cedido el primer set se recuperó para ganar 3-6, 6-3, 6-2 y 6-2.
Durante los 33 minutos del primer set, Federer no encontró manera de frenar la regularidad del italiano de 29 años, y fue hasta el octavo juego del segundo parcial, cuando el ganador de 17 torneos del Grand Slam, dio el golpe de efecto necesario para cambiar el destino del partido.
Rompió entonces Federer por primera vez y fue en ese momento cuando el suizo gritó su célebre “vamos” en tres idiomas diferentes. De todas formas, las cámaras de los fotógrafos se pusieron al rojo vivo cuando el suizo solicitó atención médica para tratarse un dedo de la mano derecha durante ese segundo parcial.

“No sé lo que es, parece como si me hubiera picado una avispa, pero no lo sé”, dijo en la pista, aunque luego en la conferencia de prensa, mirando su mano, comentó “no es una llaga, no sé lo que es, está insensible e hinchada, mientras que no empeore está bien”, repitió varias veces.
Por su parte, la Rod Laver Arena, central del Abierto de Australia, fue testigo del escalofrío de la rusa Maria Sharapova, que salvó dos bolas de partido ante su compatriota Alexandra Panova.
Sharapova, segunda favorita, tuvo que vencer el escalofrío de la derrota en dos ocasiones ante Panova, 150 del mundo, de la fase previa, antes de avanzar a los dieciseisavos de final, por 6-1, 4-6 y 7-5
Con 51 errores no forzados en su cuenta, Maria tuvo que templar los nervios en esos momentos, calmar sus latidos cuando Panova se dispuso a servir para ganar el juego y encontrar las líneas para abortar la que hubiera significado la mayor sorpresa del torneo.
“Estuve a un punto dos veces de salir del torneo. Ella jugó todo el partido con mucha inspiración”, dijo la ganadora de cinco grandes sobre su rival, de 25 años.

Melbourne, Australia/EFE







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