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Las reglas son para todos

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 24 junio, 2020


Con la llegada de la pandemia a Costa Rica ha sido posible descubrir lo bondadoso que es su pueblo y también detectar personas, algunas de San Carlos, que han estado ignorando las leyes por muchos años con impunidad. Como dice el inversionista Warren Buffett—“cuando sale la marea es posible descubrir quien está nadando desnudo.”

Ahora viene una revelación y un reto todavía más grande-- ¿Quién va a coger el café? Las medidas sanitarias absolutamente prohíben el ingreso de extranjeros al territorio nacional y los cafetaleros, aparentemente, dependen de la mano de obra de países vecinos. Alegan ellos que a los nacionales no les gusta el trabajo y que no buscan el empleo que ofrecen. Quieren importar 80 mil personas de otros países, algunos contaminados con Covid-19, para coger “el oro verde.”

El gobierno ha clausurado totalmente la industria turística, dejando a 125 mil sin empleo, como parte de su esfuerzo de limitar y luchar contra el coronavirus. Hay empresas quebradas y cerradas para siempre y otros, incluyendo hoteles grandes, que podrán recuperarse, pero después de varios años de préstamos, ahorros, y esfuerzos. Personas que han estado toda la vida laborando en el sector más vibrante de la economía han quedado cesantes y sin mucha esperanza este año.

El gobierno tiene que demostrar que es en serio esta lucha contra la enfermedad; no puede autorizar la importación de ningún extranjero para la cosecha del café. ¡Qué pierden millones los cafetaleros!! ¡Más importante es la buena salud de los habitantes!

Hay muchos costarricenses que pudieran querer probar esta experiencia. Pero estos van a esperar un pago mínimo, exigirán que el cafetalero les asegure con la CAJA, y que el patrono les tenga barracas limpias con servicios sanitarios en condiciones excelentes. Van a desear acceso a agua mientras que están trabajando en la finca.

¿Será posible que prefieren nicaragüenses, ngäbe, y panameños porque a ellos se les pueden pagar lo que les da la gana y que no hay que asegurarlos? Son tan pobres que aceptan cualquier situación para manejar el hambre de sus familias. ¿Cuántos extranjeros menores de edad están en los cafetales en época de cosecha? Seguramente no reciben la educación garantizada por la Constitución Política.

Si el gobierno, en nombre de la lucha contra el Covid-19, estuvo dispuesto a sacrificar toda la industria turística por tiempo indefinido, lo lógico es que no importa si se pierde toda la cosecha del café de 2020. Lo importante, como han insistido los jerarcas, es salvar vidas y dejar esa cantidad de extranjeros entrar a trabajar es crear un peligro para los habitantes.

Todavía hay tiempo de hacer una campaña para reclutar costarricenses a la cosecha que comienza en agosto. ¡Que resulta muy caro reclutar nacionales!! ¡Es más fácil traer extranjeros que pueden explotar! Inaceptable son los argumentos.

Las empresas empacadoras y agrícolas de San Carlos que han estado violando la ley y empleando indocumentados. ¿Adónde estuvieron los inspectores del Ministerio de Trabajo? Es mejor no contestar esa pregunta porque da tanta vergüenza.


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