Lagarde salva a Europa y demuestra qué es lo importante
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 02 septiembre, 2010
Lagarde salva a Europa y demuestra qué es lo importante
Christine Lagarde, la ministra de Hacienda de Francia, se encontraba en su casa de fin de semana de Normandía el sábado 8 de mayo haciendo malabarismos entre llamados del presidente francés Nicolas Sarkozy, el ministro de Hacienda alemán Wolfgang Schaeuble y Dominique Strauss-Kahn, el francés al frente del Fondo Monetario Internacional.
El euro declinaba, el índice Euro Stoxx 50 había caído 11% desde el 1 de mayo y crecía el temor a que Grecia y otros países del sur de Europa no pagaran su deuda. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy F. Geithner, había sido claro en una conferencia telefónica con funcionarios del Grupo de los Siete: los inversores querían acción.
El domingo, los ministros de Hacienda de los 27 países de la Unión Europea se reunieron en la sede de Bruselas del bloque, donde se encontraba Lagarde, según una persona que estaba presente. La ministra impulsó un amplio acuerdo para reforzar las finanzas de la UE.
A las 03:00 de Bruselas del lunes, a medida que los mercados asiáticos empezaban a operar, la UE anunció un paquete de rescate valuado en 750 mil millones de euros o, al cambio de ese día, casi $1 billón.
“Lo único que entienden los mercados es el dinero”, dijo 10 días después Lagarde, que tiene 54 años. “Teníamos que pasar a ser reales, lo que significaba grandes. Si no se pone una cifra elevada sobre la mesa, pensarán que no somos más que un grupo de aficionados”.
El fin de semana de $1 billón fue el paso siguiente en la lucha por reestructurar la economía de Europa - tal vez salvar la moneda única- mediante el apuntalamiento de los mercados de deuda, la reducción de los déficits presupuestarios y el reacondicionamiento de un sistema bancario que sufría las consecuencias de la crisis y de la contracción del crédito de 2008.
Luego de decenas de reuniones sobre el pánico europeo, Lagarde ha emergido como una presencia calma en medio de la turbulencia.
“Es una mujer a la que todos respetan, incluidos el mundo anglosajón y Alemania”, dice Stephane Richard, máximo responsable ejecutivo de France Telecom SA, que se desempeñó como jefe del Departamento de Hacienda de Lagarde durante dos años hasta junio de 2009. “Por otra parte, los franceses la quieren porque los representa bien”.
Lagarde dice que si ella y sus colegas no hubieran logrado demostrar que, unida, Europa respaldaría a sus miembros más débiles, la situación habría afectado mucho al euro. Las 12 horas de conversaciones en Bruselas, que comprendieron conversaciones que Lagarde mantuvo con autoridades de España y Alemania, así como una conferencia telefónica de medianoche de los presidentes de los bancos centrales y los ministros de Hacienda del G-7, fueron como estar en el centro de un tornado, recuerda Lagarde.
“No se siente la fuerza del viento”, dice. “Sólo hay que resolver las cosas”.
París
Christine Lagarde, la ministra de Hacienda de Francia, se encontraba en su casa de fin de semana de Normandía el sábado 8 de mayo haciendo malabarismos entre llamados del presidente francés Nicolas Sarkozy, el ministro de Hacienda alemán Wolfgang Schaeuble y Dominique Strauss-Kahn, el francés al frente del Fondo Monetario Internacional.
El euro declinaba, el índice Euro Stoxx 50 había caído 11% desde el 1 de mayo y crecía el temor a que Grecia y otros países del sur de Europa no pagaran su deuda. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy F. Geithner, había sido claro en una conferencia telefónica con funcionarios del Grupo de los Siete: los inversores querían acción.
El domingo, los ministros de Hacienda de los 27 países de la Unión Europea se reunieron en la sede de Bruselas del bloque, donde se encontraba Lagarde, según una persona que estaba presente. La ministra impulsó un amplio acuerdo para reforzar las finanzas de la UE.
A las 03:00 de Bruselas del lunes, a medida que los mercados asiáticos empezaban a operar, la UE anunció un paquete de rescate valuado en 750 mil millones de euros o, al cambio de ese día, casi $1 billón.
“Lo único que entienden los mercados es el dinero”, dijo 10 días después Lagarde, que tiene 54 años. “Teníamos que pasar a ser reales, lo que significaba grandes. Si no se pone una cifra elevada sobre la mesa, pensarán que no somos más que un grupo de aficionados”.
El fin de semana de $1 billón fue el paso siguiente en la lucha por reestructurar la economía de Europa - tal vez salvar la moneda única- mediante el apuntalamiento de los mercados de deuda, la reducción de los déficits presupuestarios y el reacondicionamiento de un sistema bancario que sufría las consecuencias de la crisis y de la contracción del crédito de 2008.
Luego de decenas de reuniones sobre el pánico europeo, Lagarde ha emergido como una presencia calma en medio de la turbulencia.
“Es una mujer a la que todos respetan, incluidos el mundo anglosajón y Alemania”, dice Stephane Richard, máximo responsable ejecutivo de France Telecom SA, que se desempeñó como jefe del Departamento de Hacienda de Lagarde durante dos años hasta junio de 2009. “Por otra parte, los franceses la quieren porque los representa bien”.
Lagarde dice que si ella y sus colegas no hubieran logrado demostrar que, unida, Europa respaldaría a sus miembros más débiles, la situación habría afectado mucho al euro. Las 12 horas de conversaciones en Bruselas, que comprendieron conversaciones que Lagarde mantuvo con autoridades de España y Alemania, así como una conferencia telefónica de medianoche de los presidentes de los bancos centrales y los ministros de Hacienda del G-7, fueron como estar en el centro de un tornado, recuerda Lagarde.
“No se siente la fuerza del viento”, dice. “Sólo hay que resolver las cosas”.
París