"La Cobra" Riccó
| Lunes 14 julio, 2008
"La Cobra" Riccó
Carlos Torres
EFE
El italiano Riccardo Riccó, llamado "La Cobra" por su "afición a picar" dentro y fuera de la carrera, asume el papel de hombre espectáculo en el Tour de Francia, con dos exhibiciones, en Super Besse y Bagneres de Bigorre, que recuerdan al inolvidable Marco Pantani, su ídolo desde niño, de quien heredó una explosividad en los puertos "imposible de aguantar", según sus rivales.
Su comportamiento en carrera, su aptitud para reventar la carrera en los puertos, guarda relación con su carácter desafiante y ambicioso. La timidez no se inventó para este "ragazzo" de Formigine, que a los 24 años encontró acomodo y comprensión en el equipo Saunier Duval, como apuesta personal del director Josean Fernández Matxín, quien le adoptó deportivamente "cuando nadie le quería".
El sobrenombre de "La Cobra" lo asume hasta las últimas consecuencias. "Me gusta picar", dice con sonrisa juvenil, y lo hace dentro y fuera de la carretera, lo que le pone en el punto de mira de la antipatía para cierto sector del pelotón. Entre sus enemigos íntimos se encuentran corredores italianos de mucho rango, como el campeón olímpico y mundial Paolo Bettini y el esprinter Filippo Pozzatto.
Lejos de preocuparle este enfrentamiento con los ilustres, el también llamado "bisontino" saca de ello un lado positivo: "Eso es bueno para el deporte", dice.
Matxín le define como un "killer" y un corredor diferente. "Riccardo Riccó es Riccardo Riccó y no se le puede definir de otra manera. Le quieres o le odias, no admite el término medio. Le da igual lo que digan de él y lo que cree que tiene que hacer lo hace y punto. Es así", señala el técnico vasco.
Riccó ya es un ídolo en Italia, donde despierta pasiones y grandes expectativas.
Sus condiciones de escalador permiten la comparación con Pantani y su velocidad es semejante a Bettini", dice Matxín. Sin embargo, su talón de Aquiles es la contrarreloj.
"Es impresionante, espectacular. Como rival lo veo mal, pero como espectador es una delicia", dijo Eusebio Unzue, director del Caisse D'Epargne. "Es bueno para el espectáculo, pero como rival intratable", añadió Oscar Pereiro.
Riccó llamó a Matxín para ser incluido en el equipo para el Tour. No entraba en sus planes después del Giro, pero se encontraba bien y pidió un hueco. A última hora fue incluido y en poco más de una semana terminó con una sequía de tres años del Saunier Duval en la 'Grande Boucle'. Estrenó el palmarés del equipo español por partida doble. Y anuncia que seguirá mordiendo, sin cortarse. El es así, un terror para sus rivales.
Carlos Torres
EFE
El italiano Riccardo Riccó, llamado "La Cobra" por su "afición a picar" dentro y fuera de la carrera, asume el papel de hombre espectáculo en el Tour de Francia, con dos exhibiciones, en Super Besse y Bagneres de Bigorre, que recuerdan al inolvidable Marco Pantani, su ídolo desde niño, de quien heredó una explosividad en los puertos "imposible de aguantar", según sus rivales.
Su comportamiento en carrera, su aptitud para reventar la carrera en los puertos, guarda relación con su carácter desafiante y ambicioso. La timidez no se inventó para este "ragazzo" de Formigine, que a los 24 años encontró acomodo y comprensión en el equipo Saunier Duval, como apuesta personal del director Josean Fernández Matxín, quien le adoptó deportivamente "cuando nadie le quería".
El sobrenombre de "La Cobra" lo asume hasta las últimas consecuencias. "Me gusta picar", dice con sonrisa juvenil, y lo hace dentro y fuera de la carretera, lo que le pone en el punto de mira de la antipatía para cierto sector del pelotón. Entre sus enemigos íntimos se encuentran corredores italianos de mucho rango, como el campeón olímpico y mundial Paolo Bettini y el esprinter Filippo Pozzatto.
Lejos de preocuparle este enfrentamiento con los ilustres, el también llamado "bisontino" saca de ello un lado positivo: "Eso es bueno para el deporte", dice.
Matxín le define como un "killer" y un corredor diferente. "Riccardo Riccó es Riccardo Riccó y no se le puede definir de otra manera. Le quieres o le odias, no admite el término medio. Le da igual lo que digan de él y lo que cree que tiene que hacer lo hace y punto. Es así", señala el técnico vasco.
Riccó ya es un ídolo en Italia, donde despierta pasiones y grandes expectativas.
Sus condiciones de escalador permiten la comparación con Pantani y su velocidad es semejante a Bettini", dice Matxín. Sin embargo, su talón de Aquiles es la contrarreloj.
"Es impresionante, espectacular. Como rival lo veo mal, pero como espectador es una delicia", dijo Eusebio Unzue, director del Caisse D'Epargne. "Es bueno para el espectáculo, pero como rival intratable", añadió Oscar Pereiro.
Riccó llamó a Matxín para ser incluido en el equipo para el Tour. No entraba en sus planes después del Giro, pero se encontraba bien y pidió un hueco. A última hora fue incluido y en poco más de una semana terminó con una sequía de tres años del Saunier Duval en la 'Grande Boucle'. Estrenó el palmarés del equipo español por partida doble. Y anuncia que seguirá mordiendo, sin cortarse. El es así, un terror para sus rivales.