Keylor Navas y su voluntaria inactividad

El medio de comunicación deportivo francés: “L’ Equipe”, en mayo de este año, publicó el salario mensual de Keylor Navas como jugador del PSG: 336 millones de colones por mes.

Puede que el dato sea falso o verdadero, pero en las Grandes Ligas del fútbol europeo, se cancelan esas sumas e incluso otras mucho más altas.

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Cuando los técnicos del PSG acordaron que el portero titular del equipo sería el italiano, Gianluigi Donnarumma, el arquero costarricense aceptó profesionalmente la decisión de sus patronos y se dispuso a tomarse “unas vacaciones” en los frondosos asientos de cuero fino, donde reposan los futbolistas suplentes de cada club.

Inactivo en la liga francesa, Navas también decidió desenchufarse de la Selección Nacional y le comunicó en su momento al entonces técnico Gustavo Alfaro, que no jugaría la Copa Oro, el inicio de la eliminatoria mundialista con los dos partidos frente a San Cristóbal y Nieves y Granada y tampoco la Copa América.

Solito y sin que nadie lo empujara, don Keylor se metió en el congelador, se escondió en una gaveta y le puso llave al archivo.

El portero que le dio la vuelta al mundo cuando ganó con el Real Madrid tres “Champions”, por voluntad propia desapareció del mapa.

Terminada la liga francesa, Keylor quedó libre, sin compromiso y a la orden para fichar con cualquier equipo del mundo.

Sin embargo, el éxito monumental de su brillante carrera, enfrentaba tres obstáculos de tan alto voltaje como su innegable calidad: un precio muy alto, que aún rebajándolo no es viable para centenares de clubes del planeta fútbol: segundo, su edad. Cumple 38 años en diciembre y tercero su voluntaria inactividad, porque, repetimos, si no podía jugar en el PSG por decisiones del cuerpo técnico, pudo hacerlo defendiendo la portería de la Selección Nacional, en competencias internacionales muy seguidas: Copa Oro, eliminatoria mundialista, Copa América y ahora la Liga de Naciones.

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Quizá, y esto es mera especulación, si Navas hubiese estado activo en tantos juegos de la Tricolor y no congelado en la refrigeradora del PSG, se le hubiese facilitado hallar más puertas abiertas en las diferentes ligas del universo futbolístico y tener ya un contrato firmado, en lugar de ser hoy un distinguido huésped de un amplio sector de futbolistas de renombre que, con varios mercados cerrados, no encuentran equipo.

gpandolfo@larepublica.net