Gimnasia impone su ritmo

Quince medallas en el pasado Centroamericano son una buena señal, afirma dirigente

 

Si bien la gimnasia rítmica fue la gran ausente en los pasados Juegos Centroamericanos, eso no impide que los talentos en este deporte sigan surgiendo y figurando.

María José Mendoza fue la única representante del país en la categoría mayor y obtuvo dos platas. Cortesía de Natalia Brenes/La República

En el Centroamericano de esta disciplina que se realizó en Guatemala, a principios de agosto, las ticas regresaron con 15 medallas, lo que sus dirigentes miran como una clara señal de progreso.
Natalia Brenes, jueza internacional y quien viajó como delegada de la federación a esa competencia, destacó la actuación de las gimnastas Sofía Murillo, Camila Vásquez, Leonela Solano y María José Mendoza, y en el caso de las dos primeras, el hecho de que se coronaran como campeonas centroamericanas.
Dijo que si bien el año pasado la competencia se había realizado en Costa Rica, este año se obtuvo una mejor participación en tierras chapinas, donde enfrentaron a atletas de Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
“Tuvimos mejores resultados de lo que esperábamos, pese a que solo participamos en infantil y una atleta en categoría mayor”.
Brenes destacó la importancia de estos torneos para darles competencia a las gimnastas del área. Dijo que hasta hace poco más de tres años solo enfrentaban a sus rivales en los Juegos Centroamericanos, o en algunas copas que se organizaban en estos países; no obstante, “llegamos a un acuerdo las federaciones centroamericanas de que cada año se haga un campeonato”.
Natalia, quien también ha sido entrenadora desde que tenía 16 años de edad, y es la madre de Camila, tuvo la oportunidad de viajar con ella a participar en un campamento en España, donde estuvieron entrenando en el mismo sitio que una campeona olímpica. “Eso es una motivación inigualable y la alumna entiende por qué tiene que esforzarse y entrenar más”.
El Centroamericano también sirvió para que los nacionales midieran fuerzas con sus rivales del área y evaluaran su crecimiento. “No podemos brincarnos etapas, hay que quemarlas y poner los pies sobre la tierra de que aún nos falta mucho camino por recorrer”.
Para Brenes la decisión que tomó la federación de gimnasia de masificar esta disciplina hace aproximadamente diez años, mediante un proyecto que se gestó en el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder) ha dado buen resultado.
No obstante, asegura que las diferencias aún persisten con respecto a países como Guatemala, por ejemplo, que invierte dinero en entrenadores para que se hagan cargo de sus selecciones, como fue el caso de una rumana que estuvo en ese país durante diez años, y a quien el Comité Olímpico guatemalteco le pagaba para que entrenara a tres o cuatro atletas.
Natalia considera que no solo falta más apoyo para las gimnastas ticas, sino que estas deben enfrentar la poca colaboración en el sistema educativo, “porque aquí a las niñas algunas veces las limitan, les ponen más trabajos, les exigen mejores calificaciones o las escuelas les frenan los permisos para entrenar”, mientras en Guatemala les acomodan un espacio para el estudio en medio de dos entrenamientos diarios.
Por el momento lo que viene para la gimnasia rítmica es el campeonato nacional, del 24 al 28 de setiembre en el Gimnasio Nacional, con la participación de todas las asociaciones del país, y luego los Juegos Nacionales. Para noviembre asistirán al Panamericano de Clubes en Bolivia, si les alcanza el presupuesto.
“El Icoder da un aporte a la federación que hay que dividirlo entre las diferentes selecciones de la disciplina, por eso para ese viaje a Bolivia, los papás están ahorrando para no atenerse a la plata de la federación; el problema es que a algunos padres les cuesta más que a otros”.

Luis Rojas
lrojas@larepublica.net