De nuevo Kittel
Dinia Vargas dvargas@larepublica.net | Miércoles 09 julio, 2014
De nuevo Kittel
El alemán suma ya tres victorias en el Tour. Froome se cayó, Nibali sigue líder
Marcel Kittel, el rey del sprinter. El alemán es voraz, no deja espacio para nadie más y desembarcando en suelo francés aprovechó para firmar su tercer triunfo en el Tour.
La otra noticia del día, en la cuarta fecha de la vuelta gala, fue la caída de uno de los favoritos, el británico Chris Froome, con unos cuantos golpes pero terminando la jornada sin consecuencias en la tabla general, que comanda el italiano Vincenzo Nibali.
Ya en tierra francesa, aunque con algo de Bélgica de por medio, el Tour arrancó con unos cuantos hechos que sobresaltar.
El primero que en la línea de salida no se presentó, Andy Scheleck, quien no pudo superar la caída del día anterior y su lesión en la rodilla, necesitará operación.
Y, ya en carrera, la noticia saltó cuando se fue al suelo Chris Froome.
El vigente campeón del Tour “besó” el suelo al poco de darse el banderazo de salida. Es más, cuando entraba en la temida etapa del pavés con algunas dudas. Se cayó junto al holandés Mollema y el campeón de España, Jon Izagirre.
Con heridas en el muslo, el glúteo, la rodilla, el brazo y la muñeca derecha, el británico pudo seguir en carrera para después ser atendido.
Su director le facilitó una muñequera y quitó hierro al asunto. “Ha sido un susto sin consecuencias”, dijo. Luego, en un comunicado de prensa, el equipo confirmaba que Froome solo sufrió “abrasiones en la pierna izquierda y la cadera, y en el codo izquierdo, y una pequeña herida en la mano derecha”.
El viaje de 163,5 kilómetros entre Le Touquet y Lille tenía la etiqueta de transición, pero con los 15 kilómetros de adoquines que obligan a agarrar el manillar con más fuerza de la habitual en busca de evitar caídas hacia la parada más esperada, la de hoy rumbo a Roubaix.
Salvo Froome, los demás favoritos salvaron el día pensando en esta cita. Nibali entrará líder en el “Infierno del norte” y Alberto Contador ganó dos plazas en la general. Ahora es quinto, dato trascendente porque en el pavés podrá llevar el coche de equipo más adelantado. Ante una avería puede ser un detalle decisivo. “Llega una etapa de supervivencia, una lotería”, a la que el ciclista de Pinto llega a dos segundos del líder y empatado con el resto de los “gallos”.
“Creo que habrá dos carreras. Una de los especialistas, entre los que destaca (Fabian) Cancellara, pero también (Peter) Sagan, y otra de los que buscan la general. Será importante estar arriba, pero no hay que perder la cabeza porque quedan días importantes”, explicó Nibali sobre lo que viene.
Los encargados de animar el trayecto esta vez fueron el español Luis Ángel Maté (Cofidis), “el Lince andaluz” y el veterano aventurero francés Thomas Voeckler.
Aventura extinguida de antemano, controlada para echarla abajo a 17 kilómetros de meta, cuando los trenes del Garmin y Omega tiraban a toda máquina.
A 1.500 metros de la meta de Lille aparecieron en cabeza los hombres de Kittel, un tal John Degenkolb y Tom Veelers, ciclistas que podrían ser perfectamente líderes en otros equipos.
Pero al noruego Alexander Kristoff se le ocurrió la idea de atacar de lejos en la recta de meta. La idea era tratar de sorprender a Kittel, y lo logró, porque abrió un pequeño hueco, sin embargo cuando el monstruo alemán metió una marcha más, el ciclista de Katusha solo vio un rayo pasar rumbo a su tercer triunfo en este Tour.
“No estábamos tan bien situados como en los otros días y me he tenido que poner a rueda de un rival, que ha sido Kristoff. He tenido algo de suerte y si la etapa dura 200 metros más creo que habría sido segundo. Esto demuestra que no soy imbatible”, comentó el alemán.
“Estaba algo nervioso porque he visto que se marchaban algunos rivales y no sabía cuándo iba a lanzar el sprint, pero he decidido acelerar en un momento dado y me ha salido bien”, añadió Kittel, quien hoy ya no sería tan protagonista y ahora llega el momento de los favoritos.
Dinia Vargas
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