Cómo Chávez arruinó la economía más rica de América Latina
Bloomberg | Viernes 28 agosto, 2015 12:00 a. m.
Cómo Chávez arruinó la economía más rica de América Latina
En 1999, cuando Hugo Chávez asumió por primera vez como presidente de Venezuela, el país no era exactamente un modelo económico para nadie. La gran riqueza petrolera había sido repetidamente despilfarrada.
La inflación era un problema recurrente –había superado el 100 por% en 1996. La economía no estaba creciendo demasiado. Casi la mitad de la población vivía por debajo de la línea de pobreza. Un politólogo, evaluando la situación transcurridos unos meses de la presidencia de Chávez, llegó a declarar que el país estaba “en ruinas”.
De todas maneras, Venezuela seguía siendo el país más rico de América Latina gracias a todo ese petróleo. Sus finanzas públicas se hallaban en un estado tolerablemente bueno, también gracias al petróleo.
Las cosas se mantuvieron más o menos así en los seis o siete primeros años de Chávez en la presidencia. Sí, destinó una cantidad de dinero a los pobres e hizo montones de cosas para volver locos tanto a los sindicatos como a los dirigentes empresarios. El responsable de la cámara de comercio del país lo reemplazó incluso como presidente en un intento de golpe en 2002 que fracasó después de dos días. Con todo, en 2005 Venezuela todavía tenía el producto interno bruto per cápita más alto en América Latina (ajustado por la paridad del poder adquisitivo) y no tenía problemas para pagar sus cuentas. Los defensores de Chávez podían incluso señalar algunos indicadores de que la pobreza y la desnutrición disminuían.
Ahora, por supuesto, la economía es un desastre. El gobierno dejó de publicar estadísticas económicas con regularidad en diciembre, pero un funcionario dijo a Bloomberg que la tasa de inflación anual es de 150%. La estimación más reciente de Troubled Currencies Project dirigido por Steve H. Hanke del Cato Institute-John Hopkins, por su parte, es que la inflación alcanza el 808%.
La escasez de alimentos se ha convertido en un problema, una cesación de pagos sobre su deuda es casi segura y no se puede descartar un colapso económico total. En 2014, según la contabilidad ajustada por la paridad del poder adquisitivo del Banco Mundial, cayó hasta el quinto lugar en el PIB per cápita de América Latina, detrás de Chile, Cuba (¡!), Uruguay y Panamá.
¿Qué le pasó a Venezuela entre 2005 y el momento actual? Pues, ocurrió lo siguiente:
Cabe notar que la divergencia entre los ingresos y el gasto en Venezuela comenzó mucho antes que la caída del precio del petróleo el verano pasado. Cuando los precios del petróleo alcanzaron un máximo histórico en julio de 2008, los ingresos públicos –de los cuales un 40% proviene directamente del petróleo, ya estaban cayendo. El principal problema fue la producción petrolífera venezolana, que cayó desde 3,3 millones de barriles diarios en 2006 hasta 2,7 millones en 2011.
Venezuela no se está quedando sin petróleo. Sus reservas confirmadas aumentaron desde 2000 cuando los geólogos se interiorizaron más sobre el crudo pesado en el Cinturón del Orinoco. Pero llegar a ese petróleo requerirá muchos recursos y experiencia, dos cosas de las que la compañía petrolera estatal de Venezuela, Petróleos de Venezuela (PVDSA, más conocida en los Estados Unidos por su subsidiaria Citgo) viene careciendo desde que Chávez inició una suerte de compra hostil a partir de los años 2000.
Alrededor de 2005, Chávez comenzó a llamar su metodología de gobierno “Socialismo del siglo XXI”. Pero se pareció más bien a lo que el politólogo Terry Lynn Karl apodó “petrolización” –transformar el gasto del dinero del petróleo en el objetivo principal del gobierno, aun después de que éste comienza a agotarse. Esto ha dejado al país en una situación imposible. Para pagar sus cuentas, el gobierno pidió prestados $45 millones a China, pero también emitió toneladas de dinero. Y sí, se podría decir que la Reserva Federal en los Estados Unidos también emitió dinero durante la crisis financiera y posteriormente, pero en Venezuela la creación de dinero alcanzó proporciones tan épicas que la gente debe llevarlo en bolsos.
Chávez ya no está, pero ésta es claramente su crisis. Tomó un país que avanzaba a los tumbos y lo encaminó a convertirse en un caso perdido. Hay peores clases de gobernantes –los que masacran a su propio pueblo o llevan a sus naciones a guerras imposibles. Pero en términos de gestión macroeconómica básica, Hugo Chávez debe ser considerado uno de los líderes más desastrosos que ha visto el mundo en mucho tiempo.
Justin Fox
Bloomberg