Circo, agua y suspensión
Luis Fernado Rojas lrojas@larepublica.net | Viernes 30 mayo, 2008
Circo, agua y suspensión
Rivalidad entre directivas provocó show de mediodía
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net
Que no habría final porque se suspendería el clásico debido a la tormenta tropical que azota al país lo suponía todo Costa Rica, ayer a las 6 a.m., en medio de un diluvio, e informes sobre inundaciones y pronósticos de que la situación tendía a empeorar. No obstante, tras un show entre las dirigencias del Saprissa y el Alajuelense, tuvo que ser el árbitro designado para este encuentro, Walter Quesada, quien tomara la decisión final hasta poco antes del mediodía.
¿Qué provocó el circo? Lo reglamentario estaba claro; las directivas podían ponerse de acuerdo y decretar la suspensión del encuentro, antes de las 11 a.m., pero mientras los liguistas reiteraban que así no se podía jugar, en el Saprissa le dejaron la decisión al árbitro Quesada, alegando que ellos querían que el partido se realizara.
Quesada, en una improvisada conferencia de prensa, recalcó que asumía la decisión final debido a que había intereses de una y otra parte y que no hubo acuerdo; dijo que independientemente de cómo estuviese la cancha en el momento de decidir, “nosotros tenemos que saber también cómo iniciar un encuentro que se puede alargar a 120 minutos y a penales”.
El silbatero llamó la atención de que el sector norte de la cancha estaba inundado de lombrices, lo cual tampoco era nada conveniente para la realización de partido.
Después del silbatero, fue Jorge Romero, secretario del Consejo Director de la UNAFUT, quien anunció que el juego se trasladaba para el próximo domingo a las 11 a.m.
El dirigente explicó que tenían informes de que el temporal se alargaría por lo menos dos días más y señaló que siendo así, el sábado se utilizaría para la recuperación de la cancha y el domingo, si el clima ayuda, se realizaría la final.
En la reunión, al parecer, la posición morada expresada por su vicepresidente Mariano Varela era que el partido se reprogramara para el martes, ya que era obvio que iba a seguir lloviendo.
Tras la decisión ambos equipos se retiraron de la cancha rumbo a sus respectivos entrenamientos, los morados al estadio Saprissa y los rojinegros al Complejo Wilmer López.
Luis Diego expresó que aprovecharía estos días para afinar aspectos tácticos en la cancha.
Por el lado morado, el director técnico saprissista alegó que independientemente del día y la hora lo de ellos es conquistar el campeonato y para eso están preparados, aunque aceptó que ahora tendrán que cambiar un poco la planificación.
Cancha empeorará
El ingeniero agrónomo Fabio Enrique Ruiz, quien colabora con el mantenimiento del terreno de juego del Morera Soto, señaló como normal y no peligrosa la situación de las lombrices que detalló ayer el silbatero Walter Quesada, pero dijo que de aquí al domingo la cancha podría encontrarse en muy mal estado.
“Es una reacción normal para cualquiera que ha vivido en el campo. El calor (del cobertor) y la falta de oxígeno hacen que las lombrices salgan, porque no saben qué tienen arriba, esto no tiene ningún peligro, excepto que un jugador se las comiera todas”, expresó el profesional en tono de broma.
Ruiz explicó que es lógico ver muchas lombrices arriba recién quitado el cobertor, pero luego de un rato ellas vuelven a la profundidad.
Consultado sobre su criterio por la cancha, auguró que “si sigue lloviendo así la cancha estará espantosa para el domingo, porque este campo requeriría ya por lo menos dos días de sol para recuperarse”.
Rivalidad entre directivas provocó show de mediodía
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net
Que no habría final porque se suspendería el clásico debido a la tormenta tropical que azota al país lo suponía todo Costa Rica, ayer a las 6 a.m., en medio de un diluvio, e informes sobre inundaciones y pronósticos de que la situación tendía a empeorar. No obstante, tras un show entre las dirigencias del Saprissa y el Alajuelense, tuvo que ser el árbitro designado para este encuentro, Walter Quesada, quien tomara la decisión final hasta poco antes del mediodía.
¿Qué provocó el circo? Lo reglamentario estaba claro; las directivas podían ponerse de acuerdo y decretar la suspensión del encuentro, antes de las 11 a.m., pero mientras los liguistas reiteraban que así no se podía jugar, en el Saprissa le dejaron la decisión al árbitro Quesada, alegando que ellos querían que el partido se realizara.
Quesada, en una improvisada conferencia de prensa, recalcó que asumía la decisión final debido a que había intereses de una y otra parte y que no hubo acuerdo; dijo que independientemente de cómo estuviese la cancha en el momento de decidir, “nosotros tenemos que saber también cómo iniciar un encuentro que se puede alargar a 120 minutos y a penales”.
El silbatero llamó la atención de que el sector norte de la cancha estaba inundado de lombrices, lo cual tampoco era nada conveniente para la realización de partido.
Después del silbatero, fue Jorge Romero, secretario del Consejo Director de la UNAFUT, quien anunció que el juego se trasladaba para el próximo domingo a las 11 a.m.
El dirigente explicó que tenían informes de que el temporal se alargaría por lo menos dos días más y señaló que siendo así, el sábado se utilizaría para la recuperación de la cancha y el domingo, si el clima ayuda, se realizaría la final.
En la reunión, al parecer, la posición morada expresada por su vicepresidente Mariano Varela era que el partido se reprogramara para el martes, ya que era obvio que iba a seguir lloviendo.
Tras la decisión ambos equipos se retiraron de la cancha rumbo a sus respectivos entrenamientos, los morados al estadio Saprissa y los rojinegros al Complejo Wilmer López.
Luis Diego expresó que aprovecharía estos días para afinar aspectos tácticos en la cancha.
Por el lado morado, el director técnico saprissista alegó que independientemente del día y la hora lo de ellos es conquistar el campeonato y para eso están preparados, aunque aceptó que ahora tendrán que cambiar un poco la planificación.
Cancha empeorará
El ingeniero agrónomo Fabio Enrique Ruiz, quien colabora con el mantenimiento del terreno de juego del Morera Soto, señaló como normal y no peligrosa la situación de las lombrices que detalló ayer el silbatero Walter Quesada, pero dijo que de aquí al domingo la cancha podría encontrarse en muy mal estado.
“Es una reacción normal para cualquiera que ha vivido en el campo. El calor (del cobertor) y la falta de oxígeno hacen que las lombrices salgan, porque no saben qué tienen arriba, esto no tiene ningún peligro, excepto que un jugador se las comiera todas”, expresó el profesional en tono de broma.
Ruiz explicó que es lógico ver muchas lombrices arriba recién quitado el cobertor, pero luego de un rato ellas vuelven a la profundidad.
Consultado sobre su criterio por la cancha, auguró que “si sigue lloviendo así la cancha estará espantosa para el domingo, porque este campo requeriría ya por lo menos dos días de sol para recuperarse”.