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Acrobacia en tela: ¡anímese a volar!

Carolina Barrantes redaccion@larepublica.net | Lunes 19 agosto, 2013


Dahiana Chaves, instructora de acrobacia en telas y yoga, a rmó que cualquier persona puede practicar acrobacia en telas.Esteban Monge/La República


ESPECIAL

Acrobacia en tela: ¡anímese a volar!

La disciplina de origen circense brinda beneficios psicológicos y físicos a quienes la practican

Mezclar el arte con el ejercicio, sentir el viento cuando roza el cuerpo, retar la gravedad y tener la libertad de danzar por los aires: este es el mundo mágico de la acrobacia en telas.

La disciplina de origen circense ha ganado terreno en el país, y no es para menos, ya que en cada rollo, vuelta y caída que se hace con las telas, las personas se llenan de vitalidad e ilusión.
Este tipo de acrobacia es una práctica que involucra ejercicios, destreza, coordinación, fuerza muscular y flexibilidad, y se ejecuta colgando de una tela y haciendo secuencias de movimientos, de acuerdo con Dahiana Chaves, instructora de acrobacia en telas y yoga.
Un punto positivo es que cualquier persona puede practicarla, ya que la condición física o la edad no son una limitante. Lo que sí es vital es  tener actitud positiva y mucha disposición para aprender.
“Las clases de telas incluyen un segmento de acondicionamiento físico por lo que no es necesario cumplir con ningún requisito específico, ya que la fuerza, flexibilidad y destreza se irán desarrollando con el entrenamiento. Lo que sí es importante es desarrollar mucha paciencia y perseverancia, ya que no es una práctica sencilla, demanda mucha resistencia muscular”, señaló la instructora.
“Se recomienda (que los interesados) empiecen alrededor de los seis años (de edad) como mínimo, pero no hay un límite específico. Muchos de mis alumnos han iniciado después de los 35 años”, añadió Chaves.
Los beneficios que obtienen las personas que practican la acrobacia en telas son físicos y psicológicos.
Por ejemplo, el primer cambio que observan las personas es un aumento de su masa muscular y en su flexibilidad, por el esfuerzo y las diversas posturas que asumen.
También ayuda, al igual que otras actividades físicas, a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y fortalecer la autoestima, porque “aunque es muy demandante a nivel físico, si uno es constante, se empiezan a ver los resultados, y es gratificante cuando se comienzan a lograr las acrobacias en altura”, explicó Chaves.
Otro factor positivo de esta práctica es que no demanda la compra de equipo o implementos costosos para ejercerla. Así los interesados solo deben portar ropa cómoda que se ajuste al cuerpo, preferiblemente, una lycra o un leotardo.

Carolina Barrantes
cbarrantes@larepublica.net







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