Acciones urgentes para rescatar a los productores ticos pide Asoagro
En los últimos años se perdieron casi 75 mil puestos de trabajo vinculados a microempresas del sector agropecuario
Brenda Camarillo bcamarillo@larepublica.net | Domingo 03 marzo, 2024 03:40 p. m.
Ante las dificultades que han enfrentado los arroceros y otros sectores agrícolas en el país durante los úlitmos meses, la Asociación de Formuladores y Comercializadores de Agroinsumos de Costa Rica (Asoagro) pide a las autoridades tomar medidas con urgencia.
La alarma se enciende aún más ante la pérdida de casi 75 mil puestos de trabajo vinculados a microempresas del sector agropecuario, entre 2021 y 2023, según la Encuesta Nacional de Microempresas de los Hogares (Enameh) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
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Por otro lado, el impacto de la "Ruta del arroz" ha afectado a los pequeños productores, quienes no han experimentado los beneficios prometidos, sino más bien enfrentan aumentos de precios, según Asoagro.
En este sentido, el precio final del arroz ha aumentado un 4.20% interanualmente, según datos del INEC.
“Desde ASOAGRO-CR, manifestamos la preocupación por la situación que atraviesan nuestros colegas productores de arroz y hacemos un llamado a las autoridades correspondientes, para que analicen, con datos en mano, la difícil situación y puedan proponer soluciones que no afecten aún más la situación de desempleo en las diferentes zonas sobre todo rurales del país”, dijo Carlos Campos, presidente de esta organización.
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La situación se torna aún más preocupante ante la ausencia de ayuda para los productores más vulnerables, cuyos ingresos y empleos se desvanecen sin posibilidad de recuperación inmediata. Esta crisis económica en el sector agrícola rural no solo impacta la estabilidad financiera de las familias, sino que también se asocia con niveles crecientes de delincuencia e inseguridad en el país, de acuerdo con la Asociación.
En este contexto, la entidad hace un llamado a la solidaridad y la acción urgente para evitar que los productores costarricenses queden abandonados ante una crisis que amenaza no solo sus medios de vida, sino la estabilidad de las comunidades rurales en general.
