Zúñiga alega que Gobierno no hace la tarea
Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Lunes 28 marzo, 2011
Diputado liberacionista critica al Ejecutivo por no allanar el camino a la reforma fiscal
Zúñiga alega que Gobierno no hace la tarea
Mandataria debería recordar lo que le pasó a don Abel con su propuesta tributaria, añade legislador
La aparente despreocupación con la cual el Gobierno impulsa el Plan fiscal, podría ser uno de sus principales enemigos en la tarea de impulsar dicho proyecto de ley.
Guillermo Zúñiga, presidente de la Comisión de Hacendarios del Congreso y diputado oficialista, no duda en asegurar que el Poder Ejecutivo no está haciendo la tarea que le corresponde para allanar el camino a la iniciativa.
Por el contrario, la forma como ha venido trabajando hasta el momento, ha permitido que el proyecto estrella de esta administración se entrabe con miles de mociones, las cuales solo se podrían superar si existe una negociación directa entre el Gobierno y los legisladores que las presentaron.
La preocupación de Zúñiga está más que justificada, ya que para conocer solo las 1.200 mociones de revisión que hay presentadas, los congresistas tendrían que sesionar por al menos 200 horas.
El debate del proyecto se ampliaría también con la extensa lista de comparecencias que atiende la comisión, las eventuales mociones de fondo y las más de mil mociones de orden presentadas, por lo que al final, se podría decir que el proyecto quedará empantanado cuando terminen las comparecencias. Por cada moción, el debate podría ser de hasta 30 minutos.
El diputado del Partido Liberación Nacional (PLN) manifestó que entre los responsables de la negociación con los partidos de oposición en el Congreso se encuentran los ministros Fernando Herrero, de Hacienda, y Marco Vargas, de la Presidencia.
Por otra parte, entre quienes han presentado más objeciones al Plan fiscal se encuentran Walter Céspedes y Luis Fishman, legisladores del Partido Unidad Social Cristiana.
“No veo este proyecto saliendo adelante todavía. Hay miles de mociones que entorpecen el trabajo de la comisión, muchas de las cuales se salen de las manos. Por ejemplo, el diputado Céspedes ha presentado un número importante de ellas, porque tiene interés en negociar otros asuntos con el Poder Ejecutivo y así lo ha dicho abiertamente, pero el Gobierno no le ha dado respuestas satisfactorias y es allí donde siento que debe sentarse con él y otros diputados a negociar”, manifestó Zúñiga.
Abel Pacheco, ex presidente de la República (2002-2006) trató durante su Gobierno de impulsar un plan fiscal; sin embargo, la oposición frenó el avance del proyecto con la presentación de miles de mociones. En el Congreso de aquel entonces, Laura Chinchilla, actual mandataria del país, era diputada por el PLN.
“Espero que esta iniciativa no vaya por la misma senda de la anterior reforma fiscal. Doña Laura conoce bien lo que sucedió en ese entonces y creo que esa experiencia acumulada debería hacerle entender que hay que buscar rutas alternativas para sacar adelante este proyecto”, añadió Zúñiga.
La reforma fiscal fue presentada por el Gobierno en enero anterior. La iniciativa pretende aumentar en ¢500 mil millones la recaudación anual, lo que significaría un 2,5% de la producción anual del país
Para lograrlo, el plan fiscal incluye la aprobación del Impuesto de Valor Agregado, el cual gravaría todos los bienes y servicios.
La mayoría de las mociones fueron presentadas por el diputado Céspedes, quien reiteró que no las retirará porque el plan afecta a las clases más desprotegidas con nuevos y altos impuestos.
“Antes de pedir más impuestos, el Gobierno debe demostrar su capacidad para cobrar lo que ya se está evadiendo. Por otra parte, las instituciones deben reducir los gastos no necesarios como viajes al exterior, publicidad, viáticos, consultorías y otros. Lo peor de todo es que el plan fiscal golpea a los más pobres y por eso, no tendrá mi apoyo. Las mociones se mantendrán ahí”, indicó Céspedes.
En caso de que el plan fiscal no se apruebe, la inflación aumentaría considerablemente, de acuerdo a las estimaciones del Banco Central de Costa Rica (BCCR), mientras que con la reforma el impacto del encarecimiento de los precios sería mucho menor.
“La inflación acumulada con el plan fiscal sería de un 31% en caso de que se apruebe el plan tributario, de aquí a 2016, mientras que si no se aprueba, todos los bienes y servicios se estarían encareciendo en un 51% en ese mismo período”, indicó Rodrigo Bolaños, presidente del BCCR.
Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net
Zúñiga alega que Gobierno no hace la tarea
Mandataria debería recordar lo que le pasó a don Abel con su propuesta tributaria, añade legislador
La aparente despreocupación con la cual el Gobierno impulsa el Plan fiscal, podría ser uno de sus principales enemigos en la tarea de impulsar dicho proyecto de ley.
Guillermo Zúñiga, presidente de la Comisión de Hacendarios del Congreso y diputado oficialista, no duda en asegurar que el Poder Ejecutivo no está haciendo la tarea que le corresponde para allanar el camino a la iniciativa.
Por el contrario, la forma como ha venido trabajando hasta el momento, ha permitido que el proyecto estrella de esta administración se entrabe con miles de mociones, las cuales solo se podrían superar si existe una negociación directa entre el Gobierno y los legisladores que las presentaron.
La preocupación de Zúñiga está más que justificada, ya que para conocer solo las 1.200 mociones de revisión que hay presentadas, los congresistas tendrían que sesionar por al menos 200 horas.
El debate del proyecto se ampliaría también con la extensa lista de comparecencias que atiende la comisión, las eventuales mociones de fondo y las más de mil mociones de orden presentadas, por lo que al final, se podría decir que el proyecto quedará empantanado cuando terminen las comparecencias. Por cada moción, el debate podría ser de hasta 30 minutos.
El diputado del Partido Liberación Nacional (PLN) manifestó que entre los responsables de la negociación con los partidos de oposición en el Congreso se encuentran los ministros Fernando Herrero, de Hacienda, y Marco Vargas, de la Presidencia.
Por otra parte, entre quienes han presentado más objeciones al Plan fiscal se encuentran Walter Céspedes y Luis Fishman, legisladores del Partido Unidad Social Cristiana.
“No veo este proyecto saliendo adelante todavía. Hay miles de mociones que entorpecen el trabajo de la comisión, muchas de las cuales se salen de las manos. Por ejemplo, el diputado Céspedes ha presentado un número importante de ellas, porque tiene interés en negociar otros asuntos con el Poder Ejecutivo y así lo ha dicho abiertamente, pero el Gobierno no le ha dado respuestas satisfactorias y es allí donde siento que debe sentarse con él y otros diputados a negociar”, manifestó Zúñiga.
Abel Pacheco, ex presidente de la República (2002-2006) trató durante su Gobierno de impulsar un plan fiscal; sin embargo, la oposición frenó el avance del proyecto con la presentación de miles de mociones. En el Congreso de aquel entonces, Laura Chinchilla, actual mandataria del país, era diputada por el PLN.
“Espero que esta iniciativa no vaya por la misma senda de la anterior reforma fiscal. Doña Laura conoce bien lo que sucedió en ese entonces y creo que esa experiencia acumulada debería hacerle entender que hay que buscar rutas alternativas para sacar adelante este proyecto”, añadió Zúñiga.
La reforma fiscal fue presentada por el Gobierno en enero anterior. La iniciativa pretende aumentar en ¢500 mil millones la recaudación anual, lo que significaría un 2,5% de la producción anual del país
Para lograrlo, el plan fiscal incluye la aprobación del Impuesto de Valor Agregado, el cual gravaría todos los bienes y servicios.
La mayoría de las mociones fueron presentadas por el diputado Céspedes, quien reiteró que no las retirará porque el plan afecta a las clases más desprotegidas con nuevos y altos impuestos.
“Antes de pedir más impuestos, el Gobierno debe demostrar su capacidad para cobrar lo que ya se está evadiendo. Por otra parte, las instituciones deben reducir los gastos no necesarios como viajes al exterior, publicidad, viáticos, consultorías y otros. Lo peor de todo es que el plan fiscal golpea a los más pobres y por eso, no tendrá mi apoyo. Las mociones se mantendrán ahí”, indicó Céspedes.
En caso de que el plan fiscal no se apruebe, la inflación aumentaría considerablemente, de acuerdo a las estimaciones del Banco Central de Costa Rica (BCCR), mientras que con la reforma el impacto del encarecimiento de los precios sería mucho menor.
“La inflación acumulada con el plan fiscal sería de un 31% en caso de que se apruebe el plan tributario, de aquí a 2016, mientras que si no se aprueba, todos los bienes y servicios se estarían encareciendo en un 51% en ese mismo período”, indicó Rodrigo Bolaños, presidente del BCCR.
Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net