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EDITORIAL


Una verdad que podría ser incómoda

Lo que ocurre con el inglés debería extenderse a la educación en general para determinar la calidad de los conocimientos que recibe el alumnado en el país

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 16 mayo, 2011


Editorial


Se comenzará a realizar, al menos para el idioma inglés, un mapeo que permita saber cuál es el grado de conocimiento de los costarricenses que lo hablan y si esto coincide con las necesidades del actual mercado de trabajo.

La tarea la iniciará la fundación Costa Rica Multilingüe que, según detalla el Ministerio de Educación, ya había realizado un primer diagnóstico a partir de voluntarios en 2008, cuando de unos 3 mil maestros que asistieron a la convocatoria, 1.212 calificaron con niveles bajos, de acuerdo con lo informado por este medio el viernes anterior.

Ahora Costa Rica Multilingüe se propone realizar el primer mapeo nacional, para lo cual se alió con el ICE, el INA, el Banco de Costa Rica y el Consejo Presidencial de Competitividad e Innovación.

Este trabajo arrojará un diagnóstico fundamental para poder tomar acciones a fin de colocar a los nacionales en el grado necesario de dominio del inglés. Las pruebas, que se harán en línea, fueron facilitadas en forma gratuita por la empresa de cursos de idiomas en el extranjero Educación First.

No obstante, para tener el panorama real en cuanto a la disponibilidad que tiene el país de profesores bien capacitados para enseñar un inglés adecuado a las necesidades de hoy, se debería completar el estudio con otro para saber cuántos de los mejor preparados siguen trabajando como profesores y cuántos se van a laborar a un call center debido a mejor salario.

Estas dos investigaciones arrojarían una situación bastante cercana a la realidad y con ese diagnóstico se estaría frente a los problemas que deberán solucionarse para que mejore la calidad de la educación. Una tarea impostergable.

Por otra parte, lo que ocurre con el inglés debería extenderse a la educación en general para determinar la calidad de los conocimientos que recibe el alumnado en el país con relación a la que están recibiendo los estudiantes en los países que mayor nivel han alcanzado en este sentido.

No debemos compararnos con el área, sino con el mundo, porque la globalización hoy nos obliga a eso.

Esta es la gran tarea pendiente porque, aunque nuestra legislación no obligue a seguir procesos permanentes de actualización a nuestros profesores, la realidad lo está haciendo imprescindible en todas las profesiones y carreras técnicas.










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