Un conflicto innecesario y absurdo
Costa Rica y Nicaragua no están para conflictos por sus fronteras. El esfuerzo, la energía y el escaso dinero deberían estar volcados hacia crear fuentes de trabajo para disminuir la pobreza
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 08 noviembre, 2010
Es realmente lamentable que en momentos en que Costa Rica vive los graves problemas causados por las condiciones del clima y de nuestra infraestructura, cuando aún hay personas desaparecidas y el país está de luto por los que perdieron su vida a causa de esto, una parte de la atención y el esfuerzo se deba dedicar a resolver, una vez más, un conflicto fronterizo con Nicaragua.
La situación no es nueva, en el pasado ya otras veces hubo que dirimir problemas fronterizos y esto significa a veces incluso la necesidad de invertir recursos económicos que ninguno de los dos países debería tener que gastar en ello.
Costa Rica y Nicaragua no están para conflictos por sus fronteras. El esfuerzo, la energía, el escaso dinero y la atención deberían estar volcados hacia crear fuentes de trabajo para disminuir al menos la pobreza, hacia brindar educación y salud a la población.
Sería lo mejor que las cosas se resolvieran mediante la participación de la Organización de Estados Americanos y que no tuviera que acudirse a otras instancias como ya lo ha anunciado la presidenta Laura Chinchilla. Pero aún si así fuera, habrá que dejar que eso siga su curso entonces sin que distraiga demasiado la atención de los problemas nacionales que exigen soluciones sin demoras.
Las fronteras son importantes y deben respetarse; malo es cuando se provocan desacuerdos en torno a ellas para tratar de enemistar a dos pueblos hermanos que, como en el caso de Costa Rica y Nicaragua, siempre serán vecinos y lo que deben hacer es proyectos conjuntos para salir adelante de sus múltiples dificultades y ser productivos.
Cualquier otra cosa que provoque confrontaciones es un desgaste innecesario, inconveniente y lamentable. Por el camino de los conflictos no podrán encontrar Costa Rica y Nicaragua la ruta hacia el progreso y el desarrollo. No será eso nunca un buen paso para el mejoramiento de la calidad de vida de sus pueblos como sí lo serían la cooperación y coordinación que debería existir para que surjan proyectos productivos de beneficios para ambas naciones.
La mira debe estar puesta en el progreso y el desarrollo, pero el marco necesario para esto es el debido respeto.