Tengo el título… y también una asignatura pendiente
| Jueves 31 enero, 2013
Soy la típica hija que cree que sus padres son los mejores del mundo y que soy quien soy gracias a ellos, pero ante la pregunta ¿soy emprendedora por ellos?, la respuesta es no
Tengo el título… y también una asignatura pendiente
¿Quién o cómo es un emprendedor? Para mí la naturaleza misma del ser emprendedor es: una persona que se hace y se reinventa independientemente de dónde y cómo haya nacido o de lo que haya hecho en su pasado cercano o remoto.
Creo que en Costa Rica no creamos emprendedores. ¿Quiénes de ustedes prefieren promover en la identidad de sus hijos la postura de que serán dueños de empresas y quiénes priorizan antes el anhelo de trabajar para alguien más e idealmente que ese alguien más sea en el aparato estatal porque solo de esa forma tendrían estabilidad laboral?
Soy la típica hija que cree que sus padres son los mejores del mundo y que soy quien soy gracias a ellos, pero ante la pregunta particular: ¿soy emprendedora por ellos?, la respuesta es no: ellos soñaban con la seguridad laboral que me hubiese podido “garantizar” el sector público.
Comparto mi historia porque la creo ejemplo de miles de familias ticas. En nuestra sociedad los padres tienen muy arraigado el “efecto gallina” que difícilmente se encuentra en países como Noruega u Holanda después de los 15-16 años.
No digo que estas culturas sean mejores que la nuestra. Solo son diferentes.
Lo que digo es que así como nos hemos aculturizado con el consumo de comidas rápidas, hábitos importados de países como Estados Unidos; podríamos también aprender de países como Israel que son pioneros en muchas industrias y proyectos de vanguardia.
Lo más interesante de todo es que en Costa Rica tenemos el “factor de producción” más valioso en emprendedurismo: el capital humano.
Creo que en nuestro “rompecabezas-país” una de las piezas aún sueltas es la del emprendedurismo y no por uno ni cinco factores, simplemente la pieza aún no encaja. Por eso mismo, aunque solo trabaja sobre una de las asignaturas pendientes, quiero compartir con ustedes una fábula que me marcó desde hace muchos años que la escuché, ojalá usted la conozca:
“¿Sabías que no se puede dejar a un cangrejo solo en una cubeta porque se sale?... Sin embargo si lo dejas con otros cangrejos: ¡No necesitas tapar la cubeta! Porque si uno está logrando salir: los demás se encargan de impedirlo!
¿Te has puesto a pensar que eso mismo pasa en nuestro país? Con nuestros compañeros de trabajo, patrones, familiares… con cualquiera que veamos que está logrando salir de la cubeta.
…esto nos convierte en profesionales de la derrota. ¿Somos un país de resentidos? ¡¿Por qué no dejamos de jalar a los demás y nos empujamos todos hacia delante?!”
Mi voz es hoy para usted: no se deje jalar al fondo de la cubeta.
Hace un par de días me compartía un amigo “la historia del piloto”, sin titubear le recomiendo buscarla. Nos dice que “siempre existirán las críticas constructivas y serán bienvenidas. Pero también estarán los roedores, aquellos que solo corretean entre los pies de los que andan en las alturas… Cuando sientas ratas en tus pies sube más alto. Las ratas nunca soportarán la altura”.
Por querer evitar el dolor del fracaso a los nuestros, no seamos roedores en sus vidas. Y usted emprendedor: construya mejores rutas, aprenda del fracaso cuando llegue, pague el precio de la crítica, crea en usted y nunca deje de dar esa milla extra que la mayoría no dará nunca, pero usted sí es capaz.
Alejandra Esquivel
Gerente Corporación Álvarez y Marín
alejandra@esquivelguzman.com