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Peor es nada

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 31 marzo, 2010



Peor es nada


Hace unos diez días hice el viaje a Jacó usando la carretera nueva hacia Caldera. Sin duda alguna es una vía bastante superior a la que pasa por “el Aguacate,” pero realmente decepciona en muchos aspectos. Mi opinión personal es que el gobierno nuevo tiene que imponer orden con el concesionario, y también abrir una negociación para terminar la carretera de modo que sirva para todos los usuarios que la ocupan.
La persona con quien viajé posee lo que el concesionario llama un “Quickpass,” instrumento para pasar por los peajes de forma automática y expedita; nos dimos cuenta que en dos puntos abrieron la fila de los “Quickpass,” que también es para los vehículos de emergencia, a todo el mundo, incluyendo los que pagaban en efectivo. El resultado fue que la fila más lenta fue la que supuestamente era exclusivamente para los que pagaron por el “Quickpass”; estos tenían que llegar a la ventanilla, entregar el aparato para que la cajera lo operara manualmente. Hicimos el chiste de que ya que ponían el nombre en inglés, deberían denominar el servicio el “Slowpass.”
Es urgente que alguien abra expediente en la Defensoría del Consumidor a nombre de HSBC y Autopistas del Sol por vender un servicio que no existe en la realidad. También hay que abrir otro expediente con la Defensoría de los Habitantes, porque no es posible que una ambulancia llevando un paciente grave tuviera que esperar en una fila de diez vehículos para llegar a la cajera. Claro, mejor sería que el Ministerio de Obras Públicas diera la orden directa y de oficio al concesionario, obligándolo a cumplir.
Cuando se concibió hace más de 30 años, se visualizaba que la carretera serviría para transportar una cantidad importante de la carga que entra y sale del puerto al Pacífico; por eso se llama Autopista a Caldera. La verdad es que si los furgones comienzan a usarla en forma permanente, y tomando en cuenta que en varios de sus kilómetros es de apenas dos carriles, el ahorro de tiempo y de combustible será mínimo para todos los usuarios. Si se agrega un servicio de autobús, con permiso para subir y bajar pasajeros en ciertos puntos, será peor.
Pudieran decir los concesionarios que regularían fuertemente los buses, pero la verdad es que ya las líneas que pasan por MultiPlaza están de nuevo cargando y descargando pasajeros sobre la pista, dejándolos correr al otro lado, si es que necesitan hacerlo. Esta situación ocurre en carretera bajo el total control de Autopistas del Sol.
Con respecto a los accidentes, con solo dos carriles, ¿en cuánto tiempo ofrece el concesionario remover los vehículos del percance para que siga el flujo normal del tránsito? Si duraran 30 minutos un sábado, pudieran provocar una de las presas más grandes en la historia del país.
Quisiera reiterar que “peor es nada” y hay que admitir que la carretera por “el Aguacate,” originalmente diseñada para carretas con bueyes, no era adecuada del todo. La pista nueva es un avance significativo, pero ¿aguantaría 20 años (el periodo de la concesión) con los aumentos en el tráfico hacia la zona, sin convertirse en una pesadilla? Sinceramente lo dudo.


cdenton@cidgallup.com

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