Nota de Tano

Uno de los grandes aciertos tácticos de Rodrigo Kenton desde que asumió como técnico de la Selección Nacional fue “eliminar” de la alineación, al clásico medio de marca, o volante de contención como se le llama, tipo Rodrigo Cordero, Danny Fonseca, Mauricio Solís, José Luis López, Randall Azofeifa, Cristian Oviedo, Esteban Granados y otros, para dar paso a un medio campo con jugadores de características mixtas, tipo Celso Borges y Walter Centeno, que marcan, recuperan y construyen.

Esto lo analizamos en varias ocasiones como uno de los mayores logros de Kenton y como una de las variantes tácticas más revolucionarias, en comparación con las formaciones de Hernán Medford, más cómodo con el volante de marca, en mucho porque Hernán jugaba con líbero y Rodrigo lo hace con línea de cuatro.

Nos parece y ha sido verdad, que Costa Rica ha mostrado un fútbol más fluido en ofensiva, desde que Celso Borges, fuera de protagonismo con Hernán, se incorporó a la titularidad de la tricolor.

Lo que sucede es que cada torneo es como un mundo aparte y los equipos, aunque formen con los mismos jugadores, seres humanos que son, sufren alteraciones, bajan y suben su accionar dependiendo de diferentes factores.

Es ahí donde debe verse la mano del entrenador y nos parece que en la Copa Oro, Kenton no ha querido captar o no ha creído necesario, recurrir a los volantes de marca típicos que llevó a la Copa Oro, como Oviedo y Granados, para fortalecer y dar equilibrio a una cintura que se ha visto mal en la competencia.

En los partidos contra El Salvador y Jamaica, el medio campo costarricense ha sido superado por su homólogo de la acera de en frente y en ninguna de las dos confrontaciones, Rodrigo Kenton se decidió a fortalecer la cintura de la formación con los ingresos de Granados u Oviedo.

Ha preferido hacer variantes en zona defensiva y en las segundas partes, sustituir a Froylán Ledezma para dar paso a otro artillero, o a un volante de llegada, pero lo cierto es que las lagunas que ha mostrado Costa Rica en zona de retaguardia en los dos juegos, no han sido tapadas por los hombres que mejor saben hacerlo: los volantes tapadores; marcadores; bloqueadores.

Los periodistas que acompañan a la Selección en el periplo estadounidense, han hecho énfasis en este detalle táctico y los apoyamos, porque ha sido notorio y evidente que nuestra cintura ha quedado atrapada y ahogada en los dos partidos; se han retratado yerros defensivos de grueso calibre, nuestra retaguardia ha sido cazada fuera de posición varias veces, detalles que se podrían mejorar y corregir si el cuerpo técnico se decide, aunque sea como variantes en el desarrollo de los juegos, a utilizar a sus volantes de marca y recuperadores, mínimo como lección para ellos mismos de cómo sería la reacción del equipo.

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