Nibali pega primero
Dinia Vargas dvargas@larepublica.net | Lunes 07 julio, 2014
Nibali pega primero
El italiano, entre los favoritos al Tour, gana la segunda etapa
La temporada ha sido difícil para Vincenzo Nibali, pero aun así el italiano se ha encargado de decir presente en tan solo la segunda jornada del Tour de Francia.
El llamado “Tiburón” mordió con voracidad en la “miniclásica” británica de la vuelta gala, para mandar un mensaje a quienes serán sus principales rivales durante la mayor vuelta ciclística: el británico Chris Froome y el español Alberto Contador.
El campeón italiano entró señalando precisamente la bandera de su país dibujada en el pecho, que hace una semana había ganado su derecho de portar.
“El objetivo del equipo era llegar a este Tour en buenas condiciones y creo que esta victoria muestra que estamos en buena situación. Es un signo muy positivo”, aseguró el campeón de la Vuelta a España en 2010 y el Giro de Italia en 2013.
Su primer triunfo en el Tour fue también una forma de decirles “aquí estoy” a sus principales rivales. “Voy a tratar de no perder la cabeza. Va a ser difícil conservar el liderato hasta París, pero mi objetivo es llevármelo a casa, aunque sé que ahí están Contador y Froome”, explicó.
La “mini Lieja-Bastoña-Lieja”, un recorrido de 201 kilómetros entre York y Sheffield, resultó ser toda una prueba de supervivencia, que despedazó completamente el pelotón.
Sin el local Mark Cavendish, quien se cayó en el cierre del primer día y ayer no se presentó a la salida, la jornada fue dura con el alemán Marcel Kittel —ganó en la inauguración—, pero se despidió de la prenda dorada a las primeras de cambio. Llegó a meta a 20 minutos. También fue demasiado para el español Joaquim “Purito” Rodríguez, se dejó un cuarto de hora.
Siete hombres se escaparon de inicio, pero terminó muriendo poco después de la cota de Holme Moss (2a), a 57 kilómetros de la meta, donde solo aguantó Blel Kadri unos kilómetros de rebeldía. En ese punto, Kittel dijo adiós al maillot amarillo.
Ahí arrancó una nueva etapa. Froome, Contador, Alejandro Valverde, y Nibali se agruparon ante una posible batalla. El Garmin con Peter Slagter y Andrew Talansky —otro de los nombres a tener en cuenta— redujo el grupo a 30 unidades.
Allí estaban los gallos preparados para afrontar la última tachuela de Jelkin Road, a 5 kilómetros de meta, y el equipo Cannondale empezaba a preparar el camino para su sprinter Peter Sagan.
Entonces se mostraron los candidatos. Contador atacó en cuanto se levantó la carretera, sin éxito; y luego le contestó Froome con otro acelerón. Fuegos de artificio, de tanteo, para probar. Sin más.
Ya en el llano saltó Sagan, incansable en busca de la victoria, tratando de rematar el esfuerzo de su equipo. Pero el eslovaco tampoco fue lejos. Mientras Contador y Froome se observaban con recelo, a falta de dos kilómetros, Nibali se soltó. Todo o nada. Los demás se quedaron mirando y el italiano se escapó.
Pasó por la meta dos segundos antes que Sagan —el gran perdedor—, Van Avermaet y los demás ilustres.
“El objetivo era estar adelante y no tener problemas en los últimos kilómetros”, comentó Froome, el campeón defensor.
“Ha sido un día superexigente. El equipo me ha arropado muy bien tratando de controlar a Froome. De eso se ha aprovechado Nibali y nadie ha querido sacrificarse”, añadió Contador.
Nibali saldrá de hoy de amarillo, en la tercera y última etapa en suelo británico antes de encaminarse a Francia, ahora sí que será difícil pasar desapercibido para sus “enemigos” de carrera.
Dinia Vargas
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