Las ballenas están bien defendidas
| Lunes 05 noviembre, 2007
Las ballenas están bien defendidas
Recientemente tuvo lugar la Quincuagésima Novena Reunión Plenaria de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), a la cual Costa Rica regresó después de 23 años de ausencia, y que se celebró recientemente en Anchorage, la ciudad más poblada del estado de Alaska, Estados Unidos. Esta es una rendición de cuentas para el pueblo costarricense, pues los acuerdos que defendimos y logramos los compartimos junto con los cerca de 50 mil costarricenses que firmaron una petitoria en este sentido.
En primer término, es importante destacar que se mantuvo vigente la moratoria, o prohibición, de la caza comercial de las grandes ballenas establecida en 1986 en razón del estado crítico en que se encontraban todas las especies, y aún hoy día ninguna población de las 13 especies de ballenas y del cachalote se encuentran en condiciones de sostener una caza comercial.
También se aprobó una resolución dirigida a que las delegaciones de los países miembros de la CBI respeten los acuerdos que esta tome en la reunión de la Convención Internacional para el Tráfico de Especies Amenazadas (CITES), de manera que los países con intereses balleneros no lleguen a la reunión de CITES, como ocurre, a tratar de “ganar” lo que no se aprobó en la CBI en un determinado año.
Igualmente, se reconoció vía resolución que es la referencia al bienestar de las ballenas, buscando que su muerte, cuando sea legal, tenga lugar lo más humanitariamente posible en los casos en que esto sea permitido (caza aborigen y la cuestionada caza científica). A la vez se consideró el uso no letal de las ballenas como la forma más sostenible de aprovechar dicho recurso natural.
Asimismo, si bien se aprobaron las cuotas de subsistencia para las comunidades aborígenes de la Siberia, Alaska, Groenlandia y San Vicente y las Granadinas (Antillas Menores), se denegó autorizar este tipo de cuotas a cuatro comunidades japonesas, pues resultó claro que no calzaban con la definición de aborigen y que el uso que darían a esas ballenas sería comercial.
Muy importante fue la resolución que avaló el informe del Comité Científico de la CBI que establece que los Programas de Caza Científica de Japón en la Antártida (JARPA I y II) no han cumplido con los objetivos planteados después de más de diez años de operar, y que tampoco han podido demostrar que sea indispensable matar la ballena para obtener la información científica lograda, lo que da una clara opción de prohibir dichas actividades en próximas plenarias.
La preocupación sobre el estado de los ecosistemas marinos fue palpable y, de hecho, se aprobó una resolución para instar a los gobiernos miembros a dar un enfoque ecosistémico a los acuerdos multilaterales de carácter ambiental y económico.
En esa misma dirección, se acordó que los gobiernos de los estados miembros apoyen más la investigación sobre acciones de origen humano que afecten a las ballenas y otros cetáceos, pues por su condición de animales en el tope de las redes alimenticias, la información que se genere sobre las problemáticas que los afectan también da una perspectiva clara del estado del ecosistema marino.
En cuanto al futuro de la CBI, se resolvió que es necesario un proceso de modernización de la misma, adaptándola a la realidad actual de las poblaciones de ballenas, en lugar del proceso de normalización que promueven los países que buscan la caza comercial de ballenas, que desean que la CBI vuelva a sus orígenes en 1946 y permita de nuevo dicha caza.
Además, las delegaciones del bloque latinoamericano solicitaron facilitar logísticamente la participación de más investigadores de la región en el Comité Científico de la CBI. Actualmente son muy pocos y en los últimos diez años es mucha y muy valiosa la información que se ha generado en la región sobre los cetáceos y en particular sobre las ballenas.
Por otra parte, fue un logro muy importante para la región y un motivo de alegría, la elección del comisionado de Chile como relevo del de Gran Bretaña en el Comité Asesor de la CBI, así como también fue muy celebrada la incorporación del idioma español en las traducciones simultáneas.
Fueron bienvenidos los países que participan por primera vez, entre los que destacan Guatemala y Ecuador, por ser de nuestra región.
Fue además motivo de sano orgullo constatar el peso y el respeto que tiene la posición de nuestro pequeño país en los foros internacionales de corte ambiental, lo cual facilitó mucho la participación activa que tuvo la delegación tica, la que fue así reconocida por otras delegaciones y que propicia su posicionamiento en el corto plazo. En este sentido, fue claramente la delegación más activa de la región centroamericana y aquí influye también el mayor manejo científico-técnico que sobre los cetáceos ha desarrollado el país, principalmente por la labor de organizaciones no gubernamentales, nacionales y extranjeras. También nuestra representación, aunque respetando la diversidad, propició la consolidación del bloque latinoamericano, el cual tiene objetivos de conservación e investigación específicos los cuales requieren, no solo apoyo, sino también acciones bien coordinadas.
Desde el punto de vista administrativo-diplomático, causó una honda impresión que un funcionario con nivel de ministro asumiera dicha representación. De hecho, muchos delegados comentaron que para la CBI de 2008 debería ir su Ministro del Ambiente. Quizá resume la buena participación del país en este retorno el que, a solicitud del Comisionado de Argentina, Costa Rica hiciera la intervención de cierre, en nombre oficial de la región, el último día de la plenaria.
Roberto Dobles Mora
Ministro del Ambiente
Javier Rodríguez Fernández L
Presidente Fundación Promar
Recientemente tuvo lugar la Quincuagésima Novena Reunión Plenaria de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), a la cual Costa Rica regresó después de 23 años de ausencia, y que se celebró recientemente en Anchorage, la ciudad más poblada del estado de Alaska, Estados Unidos. Esta es una rendición de cuentas para el pueblo costarricense, pues los acuerdos que defendimos y logramos los compartimos junto con los cerca de 50 mil costarricenses que firmaron una petitoria en este sentido.
En primer término, es importante destacar que se mantuvo vigente la moratoria, o prohibición, de la caza comercial de las grandes ballenas establecida en 1986 en razón del estado crítico en que se encontraban todas las especies, y aún hoy día ninguna población de las 13 especies de ballenas y del cachalote se encuentran en condiciones de sostener una caza comercial.
También se aprobó una resolución dirigida a que las delegaciones de los países miembros de la CBI respeten los acuerdos que esta tome en la reunión de la Convención Internacional para el Tráfico de Especies Amenazadas (CITES), de manera que los países con intereses balleneros no lleguen a la reunión de CITES, como ocurre, a tratar de “ganar” lo que no se aprobó en la CBI en un determinado año.
Igualmente, se reconoció vía resolución que es la referencia al bienestar de las ballenas, buscando que su muerte, cuando sea legal, tenga lugar lo más humanitariamente posible en los casos en que esto sea permitido (caza aborigen y la cuestionada caza científica). A la vez se consideró el uso no letal de las ballenas como la forma más sostenible de aprovechar dicho recurso natural.
Asimismo, si bien se aprobaron las cuotas de subsistencia para las comunidades aborígenes de la Siberia, Alaska, Groenlandia y San Vicente y las Granadinas (Antillas Menores), se denegó autorizar este tipo de cuotas a cuatro comunidades japonesas, pues resultó claro que no calzaban con la definición de aborigen y que el uso que darían a esas ballenas sería comercial.
Muy importante fue la resolución que avaló el informe del Comité Científico de la CBI que establece que los Programas de Caza Científica de Japón en la Antártida (JARPA I y II) no han cumplido con los objetivos planteados después de más de diez años de operar, y que tampoco han podido demostrar que sea indispensable matar la ballena para obtener la información científica lograda, lo que da una clara opción de prohibir dichas actividades en próximas plenarias.
La preocupación sobre el estado de los ecosistemas marinos fue palpable y, de hecho, se aprobó una resolución para instar a los gobiernos miembros a dar un enfoque ecosistémico a los acuerdos multilaterales de carácter ambiental y económico.
En esa misma dirección, se acordó que los gobiernos de los estados miembros apoyen más la investigación sobre acciones de origen humano que afecten a las ballenas y otros cetáceos, pues por su condición de animales en el tope de las redes alimenticias, la información que se genere sobre las problemáticas que los afectan también da una perspectiva clara del estado del ecosistema marino.
En cuanto al futuro de la CBI, se resolvió que es necesario un proceso de modernización de la misma, adaptándola a la realidad actual de las poblaciones de ballenas, en lugar del proceso de normalización que promueven los países que buscan la caza comercial de ballenas, que desean que la CBI vuelva a sus orígenes en 1946 y permita de nuevo dicha caza.
Además, las delegaciones del bloque latinoamericano solicitaron facilitar logísticamente la participación de más investigadores de la región en el Comité Científico de la CBI. Actualmente son muy pocos y en los últimos diez años es mucha y muy valiosa la información que se ha generado en la región sobre los cetáceos y en particular sobre las ballenas.
Por otra parte, fue un logro muy importante para la región y un motivo de alegría, la elección del comisionado de Chile como relevo del de Gran Bretaña en el Comité Asesor de la CBI, así como también fue muy celebrada la incorporación del idioma español en las traducciones simultáneas.
Fueron bienvenidos los países que participan por primera vez, entre los que destacan Guatemala y Ecuador, por ser de nuestra región.
Fue además motivo de sano orgullo constatar el peso y el respeto que tiene la posición de nuestro pequeño país en los foros internacionales de corte ambiental, lo cual facilitó mucho la participación activa que tuvo la delegación tica, la que fue así reconocida por otras delegaciones y que propicia su posicionamiento en el corto plazo. En este sentido, fue claramente la delegación más activa de la región centroamericana y aquí influye también el mayor manejo científico-técnico que sobre los cetáceos ha desarrollado el país, principalmente por la labor de organizaciones no gubernamentales, nacionales y extranjeras. También nuestra representación, aunque respetando la diversidad, propició la consolidación del bloque latinoamericano, el cual tiene objetivos de conservación e investigación específicos los cuales requieren, no solo apoyo, sino también acciones bien coordinadas.
Desde el punto de vista administrativo-diplomático, causó una honda impresión que un funcionario con nivel de ministro asumiera dicha representación. De hecho, muchos delegados comentaron que para la CBI de 2008 debería ir su Ministro del Ambiente. Quizá resume la buena participación del país en este retorno el que, a solicitud del Comisionado de Argentina, Costa Rica hiciera la intervención de cierre, en nombre oficial de la región, el último día de la plenaria.
Roberto Dobles Mora
Ministro del Ambiente
Javier Rodríguez Fernández L
Presidente Fundación Promar