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La rezagada ley de jornadas excepcionales

Álvaro Sáenz redaccion@larepublica.net | Viernes 04 junio, 2021

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Álvaro Sáenz S.

Empresario

El mercado más grande en Costa Rica, por mucho, es el laboral. El Código de Trabajo data de 1943, tiene 78 años sin actualizarse en el tema de jornadas laborales, en un medio cambiante y un mundo globalizado.

El proyecto de Ley 21.182 propone cambios importantes en las jornadas excepcionales, con la reforma de varios artículos, que potenciarán -de manera incremental- el aprovechamiento diario de la infraestructura digital y vial del país.

Entre los beneficiados estarán las micro, pequeñas y medianas empresas nacionales; que son las artífices de los encadenamientos productivos y grandes democratizadores exitosos en áreas económicas como: agricultura y zonas francas.

Mejorará la vida del trabajador en todos sus niveles; retendrá el talento humano, un justo reparto de las tareas hogareñas, el tiempo familiar, la equidad de género, reducirá el absentismo laboral, aumentará la productividad y competitividad empresarial.

Con un trabajo, personal dependiente e independiente más eficiente es como se forjan oportunidades para muchos trabajadores, y como se puede abatir el desempleo y la informalidad.

En otros países -cuando la economía se reactiva- el desempleo baja rápidamente. Costa Rica tiene un problema estructural de desempleo subyacente, que destapó la pandemia.

Es imperativo que actuemos. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) todavía tendremos un 14% de desempleo en el 2022, y la recuperación del trabajo será muy lenta.

La Ley de Empleo Público mejoraría la eficiencia del Estado, vía eliminación de desórdenes salariales y fomentando eficiencia en el aparato Estatal.

Pero hay una realidad ineludible. El 87% de la población económicamente activa trabaja y depende del sector privado. Por tanto, para dialogar en serio de reactivación económica es esencial también aprobar la ley de jornadas flexibles.

Esa reforma fue presentada y está en trámite en la Asamblea Legislativa, desde hace varios años. El sector empresarial debe de insistir en la importancia de ampliar las alternativas de jornadas laborales actuales.

Este marco jurídico es un cambio fundamental; hace yunta con la inserción del país en los mercados mundiales y está alineado con la modernización que requiere Costa Rica, en los modelos educativos y otros campos de la innovación

La ley actualizaría el Código de Trabajo, para que exista la posibilidad -no la obligación- de flexibilizar las jornadas –de común acuerdo entre las partes- y adecuar los horarios a las nuevas condiciones del país.

Todo en un ambiente jurídico seguro para los involucrados, congruente con la modernización de leyes aprobadas en el 2020, sobre Educación Dual y Teletrabajo.

El desempleo heredado por la Covid-19 evidenció la relevancia de migrar a sistemas menos rígidos, y aprovechar las oportunidades derivadas de la diversificación en la producción e intercambio de bienes y servicios nacional e internacional.

Las empresas y los emprendimientos deben de ser capaces de ofrecer calidad, confianza, rapidez y flexibilidad, a la vez que generen rentabilidad para que puedan sobrevivir, independientemente del sector en el cual se encuentren.

Es hora de demostrar que los congresistas de nuestra Asamblea son solidarios con los desempleados. Solo así mejoraremos todos juntos.






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