José Ramírez, ídolo de los fanáticos de Cleveland

Nueva York.

Como periodista deportivo, mis deportes favoritos en su orden son tenis, béisbol de Grandes Ligas y fútbol.

Como fanático de los Indios de Cleveland, hoy Guardianes, en mi larga carrera deportiva tuve la oportunidad de dar cobertura a juegos de La Tribu en Texas, Nueva York, San Diego, Los Angeles, Oakland, San Francisco y lógicamente Cleveland.

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Anoche estuvimos presentes en el Yankee Stadium en el primer juego de la serie entre los Bombarderos del Bronx y los Guardianes. Escribimos esta Nota varias horas antes del inicio del juego, que ojalá no se interrumpa, porque, por ejemplo, la noche del lunes en la ciudad de los rascacielos, fuimos sorprendidos en Times Square por ráfagas sorpresivas de lluvias y vientos fuertes por suerte de corta duración.

Los pronósticos del tiempo anuncian días frescos y cálidos en Nueva York, desde ayer martes y hasta el fin de semana.

Una de las grandes atracciones de presenciar la serie entre Yankees y Guardianes, es ver jugar a las estrellas de cada equipo, donde sobresale el nombre de José Ramírez, la tercera base de los otrora Indios.

Considerado el mejor tercera base del béisbol pudo ser el mejor argumento para que José recibiera un contrato más lucrativo que el recibido por los Guardianes.

Pero para Ramírez, caso aislado en la industria del béisbol profesional, la lealtad y el trato que ha recibido de los fanáticos en Cleveland fue más determinante en su decisión de permanecer con los Guardianes.

Ramírez y los Guardianes acordaron una extensión contractual por cinco años, que le otorga al jugador estrella una suma de $22 millones por campaña.

Decenas de beisbolistas reciben mucho más que él. ¿Pero, qué manifiesta el ídolo de los Guardianes?

«Llegué a un punto donde tenía la opción de ser cambiado o firmar la extensión. Finalmente decidí quedarme en Cleveland, a pesar de que yo estoy consciente de que mi valor es mayor que lo que me ofrecieron. Quiero terminar mi carrera en Cleveland», manifestó Ramírez.

“Yo quiero ser feliz, no ganar mucho dinero y por eso me quedé en Cleveland.

“Yo al final, de corazón, quería quedarme en Cleveland. En esta ciudad estoy cómodo aunque reciba menos dinero.

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Es una ciudad que conozco, fue el primer equipo que me dio la oportunidad, yo quería estar allá. Mi tercera hija nació en Cleveland, tengo mi casa ahí, yo quiero ser feliz, no tener mucho dinero”.

¡Qué ejemplo, verdad!

gpandolfo@larepublica.net