Evo Morales contraataca
| Miércoles 18 junio, 2008
Evo Morales contraataca
La Paz
EFE
El presidente Evo Morales "contraatacó" ayer la llamada a consultas del embajador de Estados Unidos en La Paz, Philip Goldberg, y pidió que el Gobierno de George W. Bush también cite a los grupos que "conspiran" contra la democracia en Bolivia.
Las relaciones entre Morales y Estados Unidos, caracterizadas por la permanente tensión, se encuentran en un momento crítico tras la llamada a consultas del embajador Goldberg, que ayer mismo partió a Washington para explicar a su Gobierno la situación de seguridad en que se encuentra su legación.
La decisión obedece a la violenta marcha que el 9 de junio llevaron a cabo miles de ciudadanos de El Alto (ciudad aledaña a La Paz y "feudo" de Morales) contra la embajada de EE.UU., en protesta por el asilo político concedido al ex ministro Carlos Sánchez Berzaín, acusado de genocidio por más de 60 muertes ocurridas en disturbios en octubre de 2003.
Los manifestantes intentaron rebasar la seguridad de la oficina diplomática con petardos, palos y piedras, pero fueron repelidos con gases lacrimógenos por los agentes, lo que causó el relevo del comandante de la Policía de La Paz, coronel Víctor Hugo Escobar.
El Departamento de Estado de EE.UU. ha puesto en duda la disposición del Gobierno de Bolivia a cumplir la Convención de Viena relativa a la protección del personal e instalaciones diplomáticas.
Ante esta situación, Morales insistió en denunciar que grupos como la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) conspiran contra su Gobierno y contra la democracia en Bolivia, por lo que pidió a Bush que también les convoque para dar explicaciones.
Además, justificó la protesta contra la embajada como "la reacción del pueblo contra las políticas del Gobierno de EE.UU., que va protegiendo y encubriendo a delincuentes", en alusión a Sánchez Berzaín y al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, también acusado de genocidio en Bolivia.
Morales, su canciller David Choquehuanca y su partido, Movimiento al Socialismo (MAS), han restado importancia a la llamada a consultas de Goldberg, que consideran una cuestión de "rutina".
El diputado del MAS Gustavo Torrico expresó su convencimiento de que las relaciones con Estados Unidos no se romperán y recordó que el Gobierno de Bush ha mantenido sus vínculos con países donde sus embajadas han sido incluso atacadas con coches-bomba.
EE.UU. "se busca el trato que se les da" porque actúa como "el sargento del mundo" interviniendo en los asuntos internos de los Estados, apuntó.
Tras descartar que se produzcan nuevas movilizaciones en La Paz contra la embajada estadounidense, Torrico opinó que "lo óptimo" en esta situación sería que este país designara un nuevo embajador para Bolivia.La nueva crisis con Estados Unidos suscitó ayer también la reacción de los opositores a Morales, que acusaron al mandatario de alimentar un enfrentamiento para ocultar los verdaderos problemas de Bolivia.
El senador Roger Pinto, de la alianza conservadora Podemos, instó a Morales a romper las relaciones con Estados Unidos si puede demostrar la conspiración que "sistemáticamente" denuncia.
Pinto criticó el comportamiento "falso y mentiroso" del jefe de Estado en relación a EE.UU y le acusó de confundir a los bolivianos y de arriesgar incluso sus vidas promoviendo manifestaciones como la del día 9.
El senador de Podemos señaló que Morales ha logrado confrontar a Bolivia "con todos los países". "Sólo nos llevamos bien con (el presidente de Venezuela, Hugo) Chávez y (el mandatario iraní, Mahmud) Ahmadineyad", indicó.
Los "roces" entre Morales -que se define como anti-imperialista- y el Gobierno de Estados Unidos han sido constantes desde que el mandatario indígena llegó al poder a finales de 2005.
Además de mantener enconadas diferencias en políticas comerciales y de narcotráfico, Morales ha acusado a Estados Unidos -y especialmente al embajador Goldberg- de promover una conspiración para derrocarlo, de espionaje y de financiar económicamente a sus opositores.
La Paz
EFE
El presidente Evo Morales "contraatacó" ayer la llamada a consultas del embajador de Estados Unidos en La Paz, Philip Goldberg, y pidió que el Gobierno de George W. Bush también cite a los grupos que "conspiran" contra la democracia en Bolivia.
Las relaciones entre Morales y Estados Unidos, caracterizadas por la permanente tensión, se encuentran en un momento crítico tras la llamada a consultas del embajador Goldberg, que ayer mismo partió a Washington para explicar a su Gobierno la situación de seguridad en que se encuentra su legación.
La decisión obedece a la violenta marcha que el 9 de junio llevaron a cabo miles de ciudadanos de El Alto (ciudad aledaña a La Paz y "feudo" de Morales) contra la embajada de EE.UU., en protesta por el asilo político concedido al ex ministro Carlos Sánchez Berzaín, acusado de genocidio por más de 60 muertes ocurridas en disturbios en octubre de 2003.
Los manifestantes intentaron rebasar la seguridad de la oficina diplomática con petardos, palos y piedras, pero fueron repelidos con gases lacrimógenos por los agentes, lo que causó el relevo del comandante de la Policía de La Paz, coronel Víctor Hugo Escobar.
El Departamento de Estado de EE.UU. ha puesto en duda la disposición del Gobierno de Bolivia a cumplir la Convención de Viena relativa a la protección del personal e instalaciones diplomáticas.
Ante esta situación, Morales insistió en denunciar que grupos como la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) conspiran contra su Gobierno y contra la democracia en Bolivia, por lo que pidió a Bush que también les convoque para dar explicaciones.
Además, justificó la protesta contra la embajada como "la reacción del pueblo contra las políticas del Gobierno de EE.UU., que va protegiendo y encubriendo a delincuentes", en alusión a Sánchez Berzaín y al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, también acusado de genocidio en Bolivia.
Morales, su canciller David Choquehuanca y su partido, Movimiento al Socialismo (MAS), han restado importancia a la llamada a consultas de Goldberg, que consideran una cuestión de "rutina".
El diputado del MAS Gustavo Torrico expresó su convencimiento de que las relaciones con Estados Unidos no se romperán y recordó que el Gobierno de Bush ha mantenido sus vínculos con países donde sus embajadas han sido incluso atacadas con coches-bomba.
EE.UU. "se busca el trato que se les da" porque actúa como "el sargento del mundo" interviniendo en los asuntos internos de los Estados, apuntó.
Tras descartar que se produzcan nuevas movilizaciones en La Paz contra la embajada estadounidense, Torrico opinó que "lo óptimo" en esta situación sería que este país designara un nuevo embajador para Bolivia.La nueva crisis con Estados Unidos suscitó ayer también la reacción de los opositores a Morales, que acusaron al mandatario de alimentar un enfrentamiento para ocultar los verdaderos problemas de Bolivia.
El senador Roger Pinto, de la alianza conservadora Podemos, instó a Morales a romper las relaciones con Estados Unidos si puede demostrar la conspiración que "sistemáticamente" denuncia.
Pinto criticó el comportamiento "falso y mentiroso" del jefe de Estado en relación a EE.UU y le acusó de confundir a los bolivianos y de arriesgar incluso sus vidas promoviendo manifestaciones como la del día 9.
El senador de Podemos señaló que Morales ha logrado confrontar a Bolivia "con todos los países". "Sólo nos llevamos bien con (el presidente de Venezuela, Hugo) Chávez y (el mandatario iraní, Mahmud) Ahmadineyad", indicó.
Los "roces" entre Morales -que se define como anti-imperialista- y el Gobierno de Estados Unidos han sido constantes desde que el mandatario indígena llegó al poder a finales de 2005.
Además de mantener enconadas diferencias en políticas comerciales y de narcotráfico, Morales ha acusado a Estados Unidos -y especialmente al embajador Goldberg- de promover una conspiración para derrocarlo, de espionaje y de financiar económicamente a sus opositores.