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¡El soberano del barro!

EFE | Lunes 09 junio, 2014


La potencia física del mejor tenista del planeta, fue determinante en el triunfo de Rafael Nadal en la arcilla de Roland Garros. Kenzo Tribouillard/AFP-La República


¡El soberano del barro!

La arcilla de Roland Garros fue escenario de la novena corona de Rafa Nadal

Rafael Nadal remontó un set ante el serbio Novak Djokovic para ganar Roland Garros por novena vez, la quinta consecutiva, algo que ningún otro tenista logró antes.
El mallorquín, de 28 años, conserva además el número uno del mundo, tras imponerse por 3-6, 7-5, 6-2, 6-4 en tres horas y 31 minutos, en un partido que el serbio cerró con una doble falta.
Nadal aguantó el torbellino del serbio en el primer set, pero con el paso de los minutos la fatiga, agudizada por el fuerte calor y la humedad, que se acercó al 80% hicieron más mella en Djokovic, que fue perdiendo la precisión a medida que avanzaban los minutos.
El español sumó su decimocuarto título grande, los mismos que Pete Sampras y se sitúa a tres del suizo Roger Federer.
Es la cuarta vez que Nadal derrota a Djokovic en una final de Grand Slam, por tres triunfos del serbio.
Djokovic que buscaba sumar el único Grand Slam que todavía no gana, saltó a la pista Philippe Chatrier con un juego impresionante, sin apenas cometer errores y barriendo las líneas, lo que trastocó el tenis de Nadal, impotente para contrarrestar el torbellino que se le vino encima.
Djokovic jugaba con plena confianza, le había ganado a Nadal los cuatro partidos previos y sumaba a favor el noveno set de los últimos diez disputados.
Las señales de alerta se encendieron en el lado del defensor del título, incapaz de dar la vuelta al partido ante el peor rival posible. Pero el guiso no estaba todavía acabado y el calor, cada vez más asfixiante y húmedo de la capital francesa, iba jugando en favor de Nadal, más acostumbrado a esas condiciones.
En el sexto juego del segundo set rompió el saque de Djokovic, que lo recuperó en el siguiente. Pero ahí entró en barrena. Tras el undécimo juego, Nadal ganó cinco consecutivos, lo que le sirvió para igualar a un set y colocarse con una ventaja de 3-0 en el tercero.
Tocado psicológicamente por el giro que tomó el partido, Djokovic acusó el golpe. Sus disparos ya no eran tan certeros y lo que en el primer set habían sido líneas se transformaron en errores. En dos ocasiones pudo recuperar la desventaja el serbio, sobre todo en el larguísimo sétimo, que duró 11 minutos, pero en esos momentos apareció la mejor versión del mallorquín, que para entonces ya veía fallas en el campo adverso.
En el tercer set, Djokovic pareció resurgir y aguantar un pulso en el que los dos tenistas mostraban rasguños por el cansancio. Pero Nadal estaba en una situación más ofensiva. Rompió en el sexto juego y, aunque el serbio recuperó en el siguiente, en el décimo, al resto, el español se hizo con la victoria.

París/EFE







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