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El César y su recaudación

| Jueves 16 diciembre, 2010


El César y su recaudación

Conforme al artículo 78 del “Reglamento de Gestión, Fiscalización y Recaudación Tributario, la Administración Tributaria tiene la función del cobro de los impuestos tributarios por parte de los contribuyentes, con el fin de financiar los servicios públicos y los gastos del Estado en cuanto a infraestructura, educación, salud, seguridad social, deuda externa, interna, entre otros. Sin embargo, actualmente Costa Rica ha decaído en cuanto al financiamiento de estos servicios, ya que la falta de mantenimiento de la infraestructura nacional es muy evidente, la inseguridad ha aumentado, el servicio de salud es cada vez peor; en 2009 cerramos con un déficit fiscal de US$893M. Uno se pregunta ¿qué pasa con todos esos ingresos que recibe la Administración Tributaria para ser utilizados en tales fines?
El problema radica de varios aspectos: Primero, los costarricenses no tenemos cultura de responsabilidad para pagar voluntariamente los impuestos tributarios; solo se busca maximizar los ingresos sin importar otros elementos determinantes como la honestidad, conciencia del Estado, que influyen sobre la conducta que se debe seguir en el pago de los impuestos. Al corte de agosto de 2010 Tributación Directa contabilizó ¢857,8 millones entre personas físicas y jurídicas que no han cumplido sus obligaciones al fisco como debían. Esperamos a la suerte en la tómbola del Ministerio de Hacienda para salir corriendo a pagar los impuestos correspondientes.
Otro aspecto es la deficiencia en el sistema de fiscalización y recaudación tributaria, aunque el Código de Normas y Procedimientos Tributarios establece facultades y atribuciones sancionadoras razonables, no se cuenta con el personal suficiente para llevar a cabo la tarea de fiscalización, los procesos de cobro son muy engorrosos y de larga duración y no se dispone de medidas cautelares adecuadas durante el proceso, se carece de facultades de cobros coactivos, dejando en el peor de los casos, oportunidades de que el contribuyente pierda o se deshaga de bienes que serían liquidados si la administración ganara el caso judicial.
Por último tenemos el aspecto del déficit fiscal, cuyo problema radica en la calidad de los ingresos y de los gastos del sector público. Los ingresos del sector público son insuficientes para cubrir todos los gastos que como sociedad hemos encargado al gobierno. El financiamiento del déficit fiscal del gobierno nos ha llevado a un nivel de endeudamiento que está consumiendo los ingresos tributarios. Al corte de 2009 el país cerró con $893 millones en déficit fiscal, en el cual radica un aumento en el gasto publico del 17,7% más que en 2008 principalmente en salarios y financiar programas sociales. De no ejercerse un adecuado control sobre las finanzas del gobierno, el pago de intereses sobre una deuda creciente podría consumir la totalidad de los ingresos del Estado y técnicamente este no podría satisfacer ninguna de las necesidades que la sociedad le ha encargado.
Debemos tomar conciencia de nuestra obligación en el pago de los impuestos tributarios, para contribuir al sostenimiento de los servicios públicos como infraestructura, educación, salud, seguridad social; la Administración Tributaria debería considerar un estudio en los procedimientos de recaudación, ya que sus procesos son engorrosos y no permiten una ágil recaudación se debería contratar y capacitar más personal para llevar a cabo un buen procedimiento de fiscalización, pues existen muchos profesionales calificados sin trabajo que podrían llevar a cabo esta labor.

Sheila Simpson Corrioso
Estudiante de contaduría pública
Universidad Hispanoamericana





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