Día del Trabajador, lleno de música
| Sábado 30 abril, 2011
Día del Trabajador, lleno de música…
Tradicionalmente los primeros de mayo de cada año, los trabajadores de distintas profesiones marchan de forma pacífica por la capital, festejando su día y solicitando reconocimiento por el esfuerzo dignificante realizado.
En nuestro país la primera “marcha” del 1° de mayo se realizó en 1913 como parte de las presiones gremiales para fijar la jornada máxima de ocho horas de trabajo, tal y como había venido sucediendo en diversas partes del mundo desde 1884. Estas luchas provocaron que en diciembre de 1920 se aprobara en Costa Rica la ley que fijó la jornada laboral máxima de ocho horas. Esta decisión produjo alegría y celebraciones en diversos sectores del país.
Entre esos trabajadores que festejan en este día, se encuentran algunos que utilizan como materia prima las vibraciones que viajan por el aire y la tierra, por el agua y por el fuego… Son trabajadores que sacan del alma su esencia y la comparten con los demás sin reparo alguno, trabajadores amantes del caos y del orden, trabajadores que sienten y lloran, trabajadores que día a día luchan por quitarse “cosas” que les sobran para que sus obras sean bellas. Son personas que crean, que interpretan o ejecutan…, son trabajadores de la música.
Curiosamente estos “trabajadores místicos” pocas veces participan “marchando”. Casi siempre festejan este día trabajando, entregando sus melodías a los demás sobre una tarima, sin preocuparse si alguien les pagará doble por trabajar un feriado. Son personas que permiten que la celebración tenga sonido, tenga ritmo…, que esté llena de música.
Lamentablemente nuestro país se encuentra sumergido en un irrespeto a estos trabajadores de la música. El no reconocer en pleno el derecho de sus creaciones y sus ejecuciones o interpretaciones, habla de la cultura de un pueblo.
Actualmente están en vigencia excepciones al cumplimiento de algunos artículos de tratados internacionales y normativas locales que les impiden ejecutar sus derechos económicos por sus trabajos. Recientemente la Alianza Internacional de Propiedad Intelectual, que reúne a las cámaras de productores de música, software, película, etc., envió una recomendación al gobierno de Estados Unidos para que nuestro país sea incluido en la lista de observancia prioritaria (lista negra) de países que irrespetan los derechos de propiedad intelectual por las acciones que el Gobierno ha venido tomando.
Celebremos todos, este año, el día del trabajador, conscientes de la música que acompaña nuestra celebración y conscientes también de los trabajadores que nos facilitan el vibrar. Que este 1° de mayo, esté lleno de música.
Carlos Castro Cantillo
Gerente de Editus Academia de las Artes
Tradicionalmente los primeros de mayo de cada año, los trabajadores de distintas profesiones marchan de forma pacífica por la capital, festejando su día y solicitando reconocimiento por el esfuerzo dignificante realizado.
En nuestro país la primera “marcha” del 1° de mayo se realizó en 1913 como parte de las presiones gremiales para fijar la jornada máxima de ocho horas de trabajo, tal y como había venido sucediendo en diversas partes del mundo desde 1884. Estas luchas provocaron que en diciembre de 1920 se aprobara en Costa Rica la ley que fijó la jornada laboral máxima de ocho horas. Esta decisión produjo alegría y celebraciones en diversos sectores del país.
Entre esos trabajadores que festejan en este día, se encuentran algunos que utilizan como materia prima las vibraciones que viajan por el aire y la tierra, por el agua y por el fuego… Son trabajadores que sacan del alma su esencia y la comparten con los demás sin reparo alguno, trabajadores amantes del caos y del orden, trabajadores que sienten y lloran, trabajadores que día a día luchan por quitarse “cosas” que les sobran para que sus obras sean bellas. Son personas que crean, que interpretan o ejecutan…, son trabajadores de la música.
Curiosamente estos “trabajadores místicos” pocas veces participan “marchando”. Casi siempre festejan este día trabajando, entregando sus melodías a los demás sobre una tarima, sin preocuparse si alguien les pagará doble por trabajar un feriado. Son personas que permiten que la celebración tenga sonido, tenga ritmo…, que esté llena de música.
Lamentablemente nuestro país se encuentra sumergido en un irrespeto a estos trabajadores de la música. El no reconocer en pleno el derecho de sus creaciones y sus ejecuciones o interpretaciones, habla de la cultura de un pueblo.
Actualmente están en vigencia excepciones al cumplimiento de algunos artículos de tratados internacionales y normativas locales que les impiden ejecutar sus derechos económicos por sus trabajos. Recientemente la Alianza Internacional de Propiedad Intelectual, que reúne a las cámaras de productores de música, software, película, etc., envió una recomendación al gobierno de Estados Unidos para que nuestro país sea incluido en la lista de observancia prioritaria (lista negra) de países que irrespetan los derechos de propiedad intelectual por las acciones que el Gobierno ha venido tomando.
Celebremos todos, este año, el día del trabajador, conscientes de la música que acompaña nuestra celebración y conscientes también de los trabajadores que nos facilitan el vibrar. Que este 1° de mayo, esté lleno de música.
Carlos Castro Cantillo
Gerente de Editus Academia de las Artes