Costa Rica- Economía y Pandemia
Alejandro Trapé andres.gutierrez@aden.org | Lunes 05 octubre, 2020
La pandemia y las consecuentes medidas de aislamiento social han provocado en el mundo una recesión económica de una magnitud que sólo se compara con la Gran Depresión de los años treinta del siglo XX. Esta recesión proviene del ámbito de la salud, es mucho mayor que las anteriores: todos los países del mundo y sectores económicos y proviene de la retracción combinada de la oferta y la demanda total de la economía.
Esto obligó a los líderes mundiales a tomar decisiones de aislamiento que se tradujeron en efectos económicos negativos. Las “políticas de alivio” no se demoraron y fueron dirigidas a paliar la situación angustiosa de familias y empresas y sostener el funcionamiento de los sistemas financieros.
Dado que la situación no está resuelta, la política económica deberá continuar amortiguando las pérdidas de ingreso de los hogares con medidas sustanciales y bien focalizadas, además de brindar apoyo a empresas que sufren restricciones obligatorias a la actividad. Sin embargo no todos los países cuentan con “espacios fiscales” suficientes para hacer frente a un escenario de auxilios que se dilate en el tiempo.
Costa Rica es un ejemplo exitoso en términos de desarrollo en varios aspectos. Se lo considerado un país de ingreso medio alto que ha experimentado crecimiento económico sostenido en los últimos 25 años gracias a su estrategia orientada al exterior, atracción inversión extranjera y liberalización comercial. Antes de iniciarse la pandemia, mostraba una de las tasas de pobreza más bajas de América Latina y el Caribe (11%) y muy buenos indicadores de desarrollo humano.
En la composición de su PBI se observa un predominio del sector educativo y de salud, situación que distingue al país del resto de los latinoamericanos (que promedian 7%) En el primer trimestre de 2020 el sector de la construcción y el sector de actividades de alojamiento y servicios de comida son los que tienen la mayor contracción. El sector comercial registró un decrecimiento del 1,6% en su actividad y en el caso del sector de transporte este registró una caída del 1%.
El enfriamiento de la economía ha llevado a que la tasa de inflación se encuentre en 0,9% anual. El comercio exterior también ha mostrado un retroceso, en función de la debilidad del consumo interno y de la recesión mundial. Las exportaciones del segundo trimestre de 2020 se encuentran 11% por debajo de las del mismo período de 2019 y las importaciones un 25% por debajo. En cuanto a las medidas económicas dirigidas a moderar el impacto de la pandemia, el gobierno ha intentado compensarlos a través del “Plan Proteger”, que incluye bonos a la población cuya condición laboral se ha visto afectada directamente.
En política monetaria la tasa de política monetaria del Banco Central fue reducida un punto porcentual (de 2,25% a 1,25%) y se produjeron cambios en las regulaciones del encaje mínimo legal.
En materia de política fiscal también se observan acciones expansivas en 2020: moratoria para los pagos parciales del impuesto a las ganancias y moratorias en el impuesto al valor agregado. A pesar del pobre desempeño económico esperado para 2020, Sin embargo, para 2021 se espera un repunte a medida que se levanten las restricciones y con el apoyo de una política monetaria acomodaticia y de reformas relacionadas con el proceso de adhesión a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
La situación fiscal continuará siendo una vulnerabilidad crítica. La reforma fiscal aprobada en diciembre de 2018 fue un paso histórico para restablecer la sostenibilidad fiscal, pero la pandemia de COVID19 ha impactado significativamente, pues la desaceleración económica mundial y las medidas de contención necesarias la complican. Por ello, una vez que se alivien los efectos de la pandemia, el problema fiscal deberá atenderse de inmediato. Precisamente la ajustada situación de las finanzas públicas provocará que la recuperación de la crisis sea más lenta en comparación con otros países, pues la reactivación económica será más difícil en un ambiente de tasas de interés elevadas.
Mg Alejandro Trapé
Instituto de Competitividad
ADEN International Business School