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Código Oficina: Enfrentar a un mentiroso

Melissa González mgonzalezt@larepublica.net | Jueves 22 septiembre, 2011





Enfrentar a un mentiroso

Las mentiras en el trabajo pueden surgir principalmente para no asumir la responsabilidad de los propios actos
Decir mentiras es de humanos, sin embargo, algunas personas se pasan y convierten las mentiras en parte de su vida, incluso en el trabajo.
De hecho, se dice que hasta pueden llegar a convertirse en un hábito casi patológico que afecta no solo a quien las dice sino también a su entorno, ya que pueden causar estrés, tensión y frustración, según indica el sitio jobs.aol.com
“Todos podemos tolerar la mentira de alguien ocasionalmente. Sin embargo, la confianza en una persona en cualquier tipo de relación es fundamental. Cuando alguien cae en la mentira en el plano personal o laboral, fácilmente dejamos de confiar en esa persona”, comentó, Shirley Garita, psicológica y consultora.
El costo de mentir es muy alto, puede significarle a un individuo perder su trabajo, su familia, una amistad significativa e incluso su reputación profesional.
En el ámbito de la oficina, el mentiroso es aquel que no asume las consecuencias de sus actos y decisiones, que engaña y luego lo niega, que inventa historias para quedar bien, que le sobran razones o excusas para no asumir responsabilidades, que tergiversa la información y que involucra a otros en sus acciones.
“Como la mentira solo conlleva más mentira, estos empleados tarde o temprano son detectados y en ese momento es conveniente confrontarlos y darles la oportunidad de explicar sus actuaciones”, recomienda la experta.
Por su parte considera que el trabajador debe estar dispuesto a corregir sus errores y ordenar sus prioridades, ya que no basta con que ofrezca excusas o se muestre a la defensiva, además es importante que si se le da otra oportunidad se establezcan claramente las consecuencias con el hecho de volver a mentir.
“Estos colaboradores necesitan estructura dentro de la organización, por lo cual hay que poner límites claros, lógicamente que no dañen la dignidad de esa persona”, comentó.
Entre ellos está el acordar que se presenten informes con cierta regularidad, que la comunicación sea preferiblemente por escrito, que se le capacite sobre aquellos temas que no domina, además estar muy atento a aquellas incongruencias que la persona manifieste.
Garita aclara que el cambio debe ser observable y comprobable, no solo una manifestación verbal y que la persona debe llegar a desenvolverse apropiadamente en su trabajo.
A los que tienen compañeros mentirosos la recomendación principal es que no pierdan el control y actúen de una forma paciente.
Entre las mentiras más frecuentes, según el sitio especializado careerbuilder.com, está decir que “todo está bajo control”, o que estuvo “pegado en el tráfico”, entre otras.

Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net






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