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Código Oficina: Emociones contagiosas

Melissa González mgonzalezt@larepublica.net | Jueves 29 marzo, 2012





Emociones contagiosas

El mal humor de su jefe podría contagiarlo y arruinar su paz en la oficina y el hogar
Tener un jefe con poca capacidad para manejar sus emociones puede afectar la salud a sus colaboradores, ya que se estima que la ansiedad y el estrés que se pueden sentir en el trabajo y que incluso se llevan al hogar pueden tener como fuente precisamente a esa persona que está en una posición más alta en la organización.
Las emociones positivas como la confianza, la tranquilidad y la esperanza, también se pueden transmitir, por ello es importante que los jefes tengan presente esto.
Se considera que las emociones negativas pueden causar un gran daño en la productividad, ya que por lo general están dirigidas a descalificar lo positivo.
“Es importante tener claro que las emociones en general, están ligadas con las actitudes y estas a su vez con las conductas y un comportamiento negativo puede llegar a dañar la organización”, comentó la Shirley Garita, psicóloga.
Por ello resalta que si bien es cierto en la vida laboral en muchas ocasiones no se tiene el control sobre cómo resultan las cosas, sí se puede tener control de cómo se responde ante ellas.
En un artículo publicado en el sitio cnn.com.mx, Daniel Goleman, autor de “Liderazgo: El Poder de la Inteligencia Emocional”, afirmó que las personas ponen más atención e importancia en lo que hacen y dicen los líderes, especialmente en el trabajo.
“Esto significa que un líder empresarial, por ejemplo, tiene la responsabilidad emocional de orientar sus emociones más básicas en una buena dirección. Hay muchos estudios que demuestran que si un líder está de mal humor, sus seguidores pueden contagiarse y su trabajo lo resiente; si está de buen humor, este se extiende y aumenta la productividad”, dijo.
La recomendación para estas personas es que traten de canalizar estas reacciones de manera más constructiva, teniendo presente que esta conducta tiene un impacto negativo en las relaciones del grupo.
“Es necesario tomar la responsabilidad de nuestros actos y elegir responder a lo que está sucediendo de forma funcional, ya que una actitud saludable hace la diferencia”, comentó Garita.

Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net






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