Chávez influye sobre aliados de EE.UU. con crudo
| Martes 07 octubre, 2008
Chávez influye sobre aliados de EE.UU. con crudo
El presidente Hugo Chávez ha ideado la manera de usar las enormes reservas petroleras de Venezuela para aumentar su influencia regional y disminuir la de Estados Unidos: casi regala el crudo.
El autoproclamado revolucionario socialista está dejando que empobrecidos aliados de Estados Unidos como Honduras y la República Dominicana compren petróleo a descuento con préstamos de intereses bajos. Después devuelve la renta a esos países en forma de ayuda, con las condiciones que él fija.
La riqueza petrolera de Venezuela le da “mucha más capacidad para tener una política exterior pujante”, dice José Manuel Puente, profesor del Centro de Política Pública del Instituto de Estudios Superiores de Administración en Caracas. “Uno puede cultivar su revolución y multiplicarla, y crear más fricciones con Estados Unidos”.
Los precios récord del crudo han permitido que el Presidente venezolano de 54 años aumente los gastos en tales acuerdos este año. Las exportaciones de crudo de Venezuela, el mayor exportador petrolero del continente americano, se han disparado desde 2007.
Los precios del crudo han subido el 52% desde principios del año pasado. En julio llegaron a un récord de $147,27 por barril antes de retroceder a $92,70 el 3 de octubre. La renta de la Petróleos de Venezuela S.A., controlada por el Estado, subió el 69% en la primera mitad del año, a $72.400 millones, según la declaración de ganancias de la compañía.
El programa de subvenciones petroleras de Chávez es para los 18 países de Centroamérica y el Caribe que forman parte de Petrocaribe, alianza creada por él en 2005.
Los países miembros, mucho de los cuales han padecido de inflación en los precios de los combustibles, los alimentos y otras necesidades, reciben créditos, con una tasa de interés de un 1%, para sus compras y puede que se les requiera pagar un mínimo de un 30% del precio de mercado por el petróleo dentro de 90 días, y después tienen 25 años para amortizar el resto, explicó Chávez en una conferencia cumbre de Petrocaribe celebrada en la ciudad venezolana de Maracaibo.
Mediante el programa, Venezuela suministra más de 200 mil barriles diarios a esos países, la mayoría de los cuales dependen totalmente del combustible importado. Algunos países reciben créditos para cubrir más de la mitad de sus importaciones petroleras.
Mientras, una parte de la amortización de los préstamos no se destina ni a la tesorería de Venezuela ni a PDVSA; en su lugar, se la deposita en un fondo de ayuda para los países de Petrocaribe controlado conjuntamente por Venezuela.
El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, dijo en una entrevista el 26 de setiembre que planea unirse a Petrocaribe y que espera recibir 20 mil barriles de productos petroleros al día.
“Esto será una ayuda grande para un país pequeño con una factura petrolera tan alta como la nuestra”, dijo Arias. “Nos dará un enorme alivio para nuestra balanza de pagos”.
Si bien Arias insistió en que la “ayuda tangible” de Chávez no afectará la política del Gobierno costarricense, el efecto de los esfuerzos del dirigente venezolano, tanto en lo político como en lo económico, puede verse por toda la región.
En Honduras, que empezó a aprovechar la generosidad de Chávez en enero, una larga historia de relaciones amistosas con Estados Unidos —Honduras recibió asesoramiento económico del Banco Mundial, una entidad dirigida por el Gobierno estadounidense, en los años 90, y ha permitido que Estados Unidos use bases militares en suelo hondureño— cedió el paso a un tono más duro.
En agosto, el presidente hondureño Manuel Zelaya denunció el “imperialismo” de Estados Unidos, y elogió el modelo económico de Chávez.
“Si el sistema que gobernó Honduras por 40 años hubiera resuelto la pobreza, la indigencia, la exclusión de más de 4 millones de hondureños, no estaríamos mirando al sur, hacia el socialismo”, dijo Zelaya el 25 de agosto en Tegucigalpa al suscribir un acuerdo para obtener nuevas líneas de crédito venezolanas para programas agrícolas y subvenciones petroleras.
Los fondos de Petrocaribe no suelen constar en el presupuesto nacional.
El presidente Hugo Chávez ha ideado la manera de usar las enormes reservas petroleras de Venezuela para aumentar su influencia regional y disminuir la de Estados Unidos: casi regala el crudo.
El autoproclamado revolucionario socialista está dejando que empobrecidos aliados de Estados Unidos como Honduras y la República Dominicana compren petróleo a descuento con préstamos de intereses bajos. Después devuelve la renta a esos países en forma de ayuda, con las condiciones que él fija.
La riqueza petrolera de Venezuela le da “mucha más capacidad para tener una política exterior pujante”, dice José Manuel Puente, profesor del Centro de Política Pública del Instituto de Estudios Superiores de Administración en Caracas. “Uno puede cultivar su revolución y multiplicarla, y crear más fricciones con Estados Unidos”.
Los precios récord del crudo han permitido que el Presidente venezolano de 54 años aumente los gastos en tales acuerdos este año. Las exportaciones de crudo de Venezuela, el mayor exportador petrolero del continente americano, se han disparado desde 2007.
Los precios del crudo han subido el 52% desde principios del año pasado. En julio llegaron a un récord de $147,27 por barril antes de retroceder a $92,70 el 3 de octubre. La renta de la Petróleos de Venezuela S.A., controlada por el Estado, subió el 69% en la primera mitad del año, a $72.400 millones, según la declaración de ganancias de la compañía.
El programa de subvenciones petroleras de Chávez es para los 18 países de Centroamérica y el Caribe que forman parte de Petrocaribe, alianza creada por él en 2005.
Los países miembros, mucho de los cuales han padecido de inflación en los precios de los combustibles, los alimentos y otras necesidades, reciben créditos, con una tasa de interés de un 1%, para sus compras y puede que se les requiera pagar un mínimo de un 30% del precio de mercado por el petróleo dentro de 90 días, y después tienen 25 años para amortizar el resto, explicó Chávez en una conferencia cumbre de Petrocaribe celebrada en la ciudad venezolana de Maracaibo.
Mediante el programa, Venezuela suministra más de 200 mil barriles diarios a esos países, la mayoría de los cuales dependen totalmente del combustible importado. Algunos países reciben créditos para cubrir más de la mitad de sus importaciones petroleras.
Mientras, una parte de la amortización de los préstamos no se destina ni a la tesorería de Venezuela ni a PDVSA; en su lugar, se la deposita en un fondo de ayuda para los países de Petrocaribe controlado conjuntamente por Venezuela.
El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, dijo en una entrevista el 26 de setiembre que planea unirse a Petrocaribe y que espera recibir 20 mil barriles de productos petroleros al día.
“Esto será una ayuda grande para un país pequeño con una factura petrolera tan alta como la nuestra”, dijo Arias. “Nos dará un enorme alivio para nuestra balanza de pagos”.
Si bien Arias insistió en que la “ayuda tangible” de Chávez no afectará la política del Gobierno costarricense, el efecto de los esfuerzos del dirigente venezolano, tanto en lo político como en lo económico, puede verse por toda la región.
En Honduras, que empezó a aprovechar la generosidad de Chávez en enero, una larga historia de relaciones amistosas con Estados Unidos —Honduras recibió asesoramiento económico del Banco Mundial, una entidad dirigida por el Gobierno estadounidense, en los años 90, y ha permitido que Estados Unidos use bases militares en suelo hondureño— cedió el paso a un tono más duro.
En agosto, el presidente hondureño Manuel Zelaya denunció el “imperialismo” de Estados Unidos, y elogió el modelo económico de Chávez.
“Si el sistema que gobernó Honduras por 40 años hubiera resuelto la pobreza, la indigencia, la exclusión de más de 4 millones de hondureños, no estaríamos mirando al sur, hacia el socialismo”, dijo Zelaya el 25 de agosto en Tegucigalpa al suscribir un acuerdo para obtener nuevas líneas de crédito venezolanas para programas agrícolas y subvenciones petroleras.
Los fondos de Petrocaribe no suelen constar en el presupuesto nacional.