Canal interoceánico en Nicaragua
| Sábado 28 julio, 2012
Canal interoceánico en Nicaragua
El Congreso de Nicaragua aprobó recientemente una ley que permitirá llevar a cabo la construcción de un canal interoceánico que uniría el mar Caribe con el océano Pacífico, aprovechando el río San Juan, donde la margen derecha es territorio costarricense.
En el tratado de límites de 1858 y en el Laudo Cleveland de 1888, quedaron estipulado los derechos de ambos países y cualquier acción llevada a cabo por alguno de los dos integrantes es vinculante. Es por esto que no se debe construir un canal utilizando este río sin antes tener la aprobación de Costa Rica.
Ante esta iniciativa nicaragüense, nuestro país deberá ser muy vigilante, cauteloso y actuar con firmeza, debido a que una obra de tal magnitud podría afectar nuestra zona limítrofe, con un posible impacto ambiental y un aumento de la tensiones en las relaciones bilaterales entre ambos países, la cual se ha venido deteriorando aún más en los últimos años a raíz de la invasión de la isla Calero y el dragado en el río San Juan, querella que se encuentra en manos de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El nuevo canal se pretende construir en un plazo de diez años y se calcula que su costo girará alrededor de $30 mil millones, sumado un estudio de viabilidad por $350 millones. De acuerdo con las autoridades nicaragüenses, el Gobierno aportaría el 51% y el 49% se adjudicará mediante licitación, algunos de los países que han mostrado interés son: Brasil, China, Corea del Sur, Japón, Rusia y Venezuela.
Sin embargo, para lograr una adecuada participación de socios, se tendrán que hacer estudios muy serios en donde se demuestre la viabilidad y factibilidad del proyecto. Las inversiones son muy altas y podrían incrementarse al hacer su construcción completamente dentro de su territorio.
Este canal de Nicaragua, con una longitud de 286 kilómetros, tendrá gran profundidad y ancho, permitiendo la navegación de buques con un peso de hasta 250 mil toneladas, de 400 metros de largo, 59 metros de ancho y 22 metros de calado, marcando así una diferencia en relación con el canal de Panamá que cuenta con 80 kilómetros de longitud y una capacidad por buque de alrededor de 100 mil toneladas.
El canal de Panamá inaugurado en 1914 y administrado durante 85 años por los norteamericanos dejó al gobierno de Panamá $1.875 millones; a partir de 1999 cuando pasó al dominio panameño ha logrado recaudar alrededor de $7 mil millones.
Por el canal de Panamá transita el 5% del comercio mundial y Nicaragua proyecta un 3,.9% de la carga y según cálculos tendrá capacidad de 450 millones de toneladas métricas por año.
Independiente de este megaproyecto de nuestro vecino del Norte, Costa Rica debe concluir la trocha fronteriza, obra vital para fortalecer nuestra seguridad nacional e integrar al desarrollo a las 30 comunidades pobres que viven en la zona y olvidadas por todos los gobiernos.
José Francisco Bolaños Arquín
Administrador de negocios
Profesor universitario
josebolarquin@yahoo.com
El Congreso de Nicaragua aprobó recientemente una ley que permitirá llevar a cabo la construcción de un canal interoceánico que uniría el mar Caribe con el océano Pacífico, aprovechando el río San Juan, donde la margen derecha es territorio costarricense.
En el tratado de límites de 1858 y en el Laudo Cleveland de 1888, quedaron estipulado los derechos de ambos países y cualquier acción llevada a cabo por alguno de los dos integrantes es vinculante. Es por esto que no se debe construir un canal utilizando este río sin antes tener la aprobación de Costa Rica.
Ante esta iniciativa nicaragüense, nuestro país deberá ser muy vigilante, cauteloso y actuar con firmeza, debido a que una obra de tal magnitud podría afectar nuestra zona limítrofe, con un posible impacto ambiental y un aumento de la tensiones en las relaciones bilaterales entre ambos países, la cual se ha venido deteriorando aún más en los últimos años a raíz de la invasión de la isla Calero y el dragado en el río San Juan, querella que se encuentra en manos de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El nuevo canal se pretende construir en un plazo de diez años y se calcula que su costo girará alrededor de $30 mil millones, sumado un estudio de viabilidad por $350 millones. De acuerdo con las autoridades nicaragüenses, el Gobierno aportaría el 51% y el 49% se adjudicará mediante licitación, algunos de los países que han mostrado interés son: Brasil, China, Corea del Sur, Japón, Rusia y Venezuela.
Sin embargo, para lograr una adecuada participación de socios, se tendrán que hacer estudios muy serios en donde se demuestre la viabilidad y factibilidad del proyecto. Las inversiones son muy altas y podrían incrementarse al hacer su construcción completamente dentro de su territorio.
Este canal de Nicaragua, con una longitud de 286 kilómetros, tendrá gran profundidad y ancho, permitiendo la navegación de buques con un peso de hasta 250 mil toneladas, de 400 metros de largo, 59 metros de ancho y 22 metros de calado, marcando así una diferencia en relación con el canal de Panamá que cuenta con 80 kilómetros de longitud y una capacidad por buque de alrededor de 100 mil toneladas.
El canal de Panamá inaugurado en 1914 y administrado durante 85 años por los norteamericanos dejó al gobierno de Panamá $1.875 millones; a partir de 1999 cuando pasó al dominio panameño ha logrado recaudar alrededor de $7 mil millones.
Por el canal de Panamá transita el 5% del comercio mundial y Nicaragua proyecta un 3,.9% de la carga y según cálculos tendrá capacidad de 450 millones de toneladas métricas por año.
Independiente de este megaproyecto de nuestro vecino del Norte, Costa Rica debe concluir la trocha fronteriza, obra vital para fortalecer nuestra seguridad nacional e integrar al desarrollo a las 30 comunidades pobres que viven en la zona y olvidadas por todos los gobiernos.
José Francisco Bolaños Arquín
Administrador de negocios
Profesor universitario
josebolarquin@yahoo.com