Binóculos para Matosas

Solo faltan cinco semanas para que se inicie la Copa Oro; el 16 de junio en el Estadio Nacional Costa Rica recibe a la Nicaragua de Henry Duarte.

Terminado el Clausura, el técnico de la Selección Nacional, Gustavo Matosas, dará la lista de jugadores seleccionados y la justicia dicta que en la nómina merecen estar futbolistas de dos de los mejores equipos del campeonato, San Carlos y Pérez Zeledón, ignorados —salvo el portero norteño Marco Madrigal—, por el charrúa en las primeras convocatorias.

La lógica indica que si los norteños fueron el mejor equipo del Clausura y terminaron en el primer lugar, de su nómina el técnico Matosas debería citar a varios de sus jugadores a la Tricolor.

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Incluso se nos ocurre que no sería mala idea convocar a futbolistas con recorrido para reforzar el seleccionado a la Copa Oro y a los más jóvenes proyectarlos a la eliminatoria hacia Catar, igual con Pérez Zeledón.

Futbolistas de fuste, espuela, con colmillo, de esos que no se asustan, como los sancarleños Carlos Acosta y Álvaro Saborío, y generaleños tipo Edder Monguío, Keylor Soto, José Sánchez, Josué Mitchell, entre otros, caerían de perlas dentro del grupo de legionarios y las piezas tradicionales de Herediano, Saprissa y Alajuelense, usuales en las citas de don Gustavo.

Y para la etapa que sigue terminada la Copa Oro, dos de los mejores equipos del Clausura pueden aportarle a la Tricolor lo mejor de su juventud.

Los futbolistas Aarón Salazar y Alberth Villalobos de San Carlos merecen una oportunidad en el equipo de todos, igual que los guerreros, el portero Bryan Segura, quizá el mejor del campeonato y el pimientoso mediocampista Jeykel Venegas.

Hay otros futbolistas de ver en estos dos equipos “intrusos” en semifinales: Roberto Córdoba, Diego Madrigal, José Luis Cordero, Mauricio Núñez, Dennis Castillo, Rafa Rodríguez, Luis Carlos Barrantes, Osvaldo Rodríguez, Yuaycell Wright.

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En la primera convocatoria para enfrentar a Estados Unidos, el técnico Matosas convocó a jóvenes figuras como Kevin Chamorro, Keysher Fuller, Jaikel Medina, Pablo Arboine, José Rodolfo Alfaro, Ronaldo Araya, Marvin Loría y Jean Scott.

Para los amistosos ante Guatemala y Jamaica, repitió Araya y llegaron Ian Smith, Juan Pablo Vargas y el griego José Mora.

Es fácil apuntar que no hay un solo jugador de San Carlos ni de Pérez Zeledón, con la excepción ya señalada del portero Marco Madrigal, citado incluso como emergente por la lesión del morado Aarón Cruz.

¿Qué argumentación puede tener el señor Matosas para ignorar y desechar jugadores de dos de los mejores equipos del campeonato?

¿No es justo que los guerreros del sur y los toros del norte tengan representación en la Selección Nacional?

¿Por qué solo legionarios y futbolistas de los clubes tradicionales del país?

¿Se imaginan a un Álvaro Saborío como centro delantero en la Copa Oro y a un Keylor Soto a la par de Kendall Waston y Pipo González en el centro de la retaguardia Tricolor?

Jamás van a desentonar, serían refuerzos de alto voltaje en el equipo y, además, representarían en el seleccionado a dos de los mejores equipos del campeonato.

La calidad y la justicia se harían presentes en la Selección Nacional.