Banca Estatal, puentes para el desarrollo
| Miércoles 28 septiembre, 2011
Banca Estatal, puentes para el desarrollo
Llama poderosamente la atención que en el más reciente estudio de competitividad que realizó el Foro Económico Mundial se señale como una debilidad la escasez de recursos financieros para el sector privado; sobre todo porque es bien sabido que el costarricense ha favorecido a la banca estatal poniendo en ella sus ahorros y que esta tiene esos recursos en instrumentos de ahorro más que en cartera crediticia.
En una de las celebraciones de aniversario del Banco Nacional se realizó un foro donde se analizó el papel que ha tenido en el pasado la banca estatal en el desarrollo del país, y se analizó el nuevo rol que debería cumplir y que se recogía es una frase: “banca estatal, tendiendo puentes para el desarrollo de Costa Rica”.
En esa visión se pretendía soltar a la banca de la leyes que la atan y que le restan competitividad, se hablaba de permitir a la banca realizar inversiones con la empresa privada (capital en riesgo), participar activamente en actividades como cogeneración eléctrica, biocombustibles, concesiones de obra pública, desarrollos satelitales en la industria de alta tecnología, condominios habitacionales para clase media y baja, utilización de la infraestructura de comunicación (autopistas de comunicación) que tenía para el manejo de información de las instituciones públicas (gobierno digital), alfabetización financiera a través de la Banca de Desarrollo, y muchas ideas más, todas inspiradas en el modelo del Banco Do Brasil.
En aquel entonces se hablaba de un banco del Estado enfocado a las empresas, otro al crédito retail (personal) y otro a impulsar la Banca de Desarrollo. Se hablaba de integrar la red de cajeros, proveedurías comunes, unificación de los sistemas de cómputo, de utilizar a BICSA para internacionalizar la banca estatal y de una sola junta directiva general y gerentes institucionales que dieran respuestas a los planes de desarrollo que el Estado les iba a encomendar.
Urge retomar esas ideas. Que la banca, sin dejar la excelencia requerida por los modelos de supervisión, pueda ser liberada de la contratación administrativa a que es sometida, que se realicen los cambios en la legislación para que fluyan los recursos hacia el sector privado, que las juntas directivas sean integradas por personas comprometidas con las tareas que su dueño (el Estado) les ha encomendado y que se convierta en el pulmón de desarrollo apoyada en los ahorros que los ticos le hemos confiado.
Mynor Retana C.
Ingeniero
mretanaca@gmail.com
Llama poderosamente la atención que en el más reciente estudio de competitividad que realizó el Foro Económico Mundial se señale como una debilidad la escasez de recursos financieros para el sector privado; sobre todo porque es bien sabido que el costarricense ha favorecido a la banca estatal poniendo en ella sus ahorros y que esta tiene esos recursos en instrumentos de ahorro más que en cartera crediticia.
En una de las celebraciones de aniversario del Banco Nacional se realizó un foro donde se analizó el papel que ha tenido en el pasado la banca estatal en el desarrollo del país, y se analizó el nuevo rol que debería cumplir y que se recogía es una frase: “banca estatal, tendiendo puentes para el desarrollo de Costa Rica”.
En esa visión se pretendía soltar a la banca de la leyes que la atan y que le restan competitividad, se hablaba de permitir a la banca realizar inversiones con la empresa privada (capital en riesgo), participar activamente en actividades como cogeneración eléctrica, biocombustibles, concesiones de obra pública, desarrollos satelitales en la industria de alta tecnología, condominios habitacionales para clase media y baja, utilización de la infraestructura de comunicación (autopistas de comunicación) que tenía para el manejo de información de las instituciones públicas (gobierno digital), alfabetización financiera a través de la Banca de Desarrollo, y muchas ideas más, todas inspiradas en el modelo del Banco Do Brasil.
En aquel entonces se hablaba de un banco del Estado enfocado a las empresas, otro al crédito retail (personal) y otro a impulsar la Banca de Desarrollo. Se hablaba de integrar la red de cajeros, proveedurías comunes, unificación de los sistemas de cómputo, de utilizar a BICSA para internacionalizar la banca estatal y de una sola junta directiva general y gerentes institucionales que dieran respuestas a los planes de desarrollo que el Estado les iba a encomendar.
Urge retomar esas ideas. Que la banca, sin dejar la excelencia requerida por los modelos de supervisión, pueda ser liberada de la contratación administrativa a que es sometida, que se realicen los cambios en la legislación para que fluyan los recursos hacia el sector privado, que las juntas directivas sean integradas por personas comprometidas con las tareas que su dueño (el Estado) les ha encomendado y que se convierta en el pulmón de desarrollo apoyada en los ahorros que los ticos le hemos confiado.
Mynor Retana C.
Ingeniero
mretanaca@gmail.com